La maldición sexista de Taylor Swift

Taylor Swift es la mujer del año, y no lo decimos nosotros, sino la revista ‘Time’. Se habla ya incluso de "Taylornomics", un término que hace alusión al poder económico de la cantante, que cada vez que visita una ciudad con su gira, enriquecea sus habitantes de la mano de sus fans, que deciden que el verbo "gasta" sea el protagonista antes del show. La gira "Eras", que comenzó en marzo y que finalizó en Estados Unidos en agosto, es la más potente en la historia de los conciertos, pues ha recaudado 261,6 millones de dólares. Swift no solo llena estadios con una capacidad de más de 70.000 personas, sino que sus fans no dudan en hacer las maletas para acudir a sus shows, por lo que se quedan en hoteles y aprovechan esos días en clave “Swift” para comer fuera y disfrutar de los productos que las tiendas crean ad hoc cuando hay un concierto de la estrella en la ciudad. Desde cócteles que se llaman como ella hasta postres con su cara, durante unos días cada ciudad que visita se transforma.

La popular web de venta de entradas online Ticketmaster colapsó el día que estuvieron disponibles los tickets para sus conciertos ante la avalancha de fans que quisieron comprar entradas para ver al icono del pop actual, y quienes las consiguieron se gastaron miles de euros en recrear los outfits que la cantante ha llevado para ir vestidos como ella. Por si fuera poco, su relación con Travis Kelce ha sido la responsable de que las camisetas con el nombre del jugador de fútbol americano hayan aumentado sus ventas un 400 %. Sin embargo, haya donde va tiene que aguantar que alguien haga una bromita sobre su vida sentimental…

La reacción de Taylor en los Globos de Oro

En los ‘Globos de Oro’, Jo Koy, el presentador de la gala, dijo en el discurso de apertura que la diferencia entre los Globos de Oro y la NFL (National Football League) es en los primeros hay menos planos de Taylor Swift. La cámara, por supuesto, enfocó a la cantante, que se negó a ofrecer una complaciente sonrisa y se limitó a dar un sorbo a su copita de champán. Muchos dicen que ha exagerado su reacción, y es posible que quienes así lo creen no pensaran en ningún momento que a Will Smith se le habían ido de las manos el asunto y la ira cuando abofeteó a Chris Rock por haber bromeado con la alopecia de Jada Pinket. Curioso, ¿verdad? Bueno, en realidad, machista.

A Taylor es posible que esta desigual forma de valorar las reacciones de hombres y mujeres no le haya pillado de sorpresa, pues ha asegurado que en la propia industria musical, los términos moldean su significado cuando se trata de un hombre y de una mujer. “Si un hombre hace algo, es estratégico; si lo hace una mujer, está siendo calculadora. Un hombre puede reaccionar, pero nosotras, exageramos nuestra reacción”, ha asegurado.

La vida amorosa de Taylr Swift

La vida amorosa de Taylor Swift se ha convertido en una broma recurrente en el mundo del humor, y lo preocupante es que nos hemos dado cuenta algo tarde de ello. Teniendo en mente que cuando ahora vemos los documentales sobre cómo Britney Spears, Lindsay Lohan y Paris Hilton fueron (mal)tratadas por los medios durante los 2000, nos echamos las manos a la cabeza y nos lamentamos por no haber alzado la voz, ahora seguimos cayendo en la trampa de un mercado que señala a las mujeres exitosas y que en lugar de aplaudir sus logros, se recrea en su vida privada. Sí, en los Globos de Oro nos ha escandalizado el chiste, disculpad, el “chiste” del “cómico”, pero no fue hasta la emisión del documental de Swift, 'Miss Americana', cuando nos dimos cuenta del constante escrutinio al que ha sido ( yes) sometida. Su silueta ha estado siempre en el punto de mira (la cómica Niki Glasser, fan de la cantante, lamenta haber bromeado sobre su peso en uno de sus shows), lo que devino en trastornos de conducta alimentaria, y sus relaciones amorosas se han convertido siempre en el punch bag recurrente del humor.

En 2021 puso un tuit en el que le dio una autentica lección a Netflix, cuya serie ‘Ginny & Georgia’ incluía un chiste sobre ella: “¿Qué más te da? Si superas cada ruptura más rápido aún que Taylor Swift”, decía una de las protagonistas. “Hola, Ginny & Georgia. El año 2010 ha llamado exigiendo que le envieis de vuelta ese chiste tan vago y sexista. Por cierto, Netflix: tras emitir el documental 'Miss America', no quedáis en buen lugar habiendo emitido esto”, escribió la cantante, visiblemente harta de ser el chascarrillo. Al parecer, no es suficiente haber logrado que su gira sea la más taquillera en su categoría en toda la historia, superando a 'This is It', de Michael Jackson, al haber recaudado 261,6 millones de dólares. Tampoco basta con tener un curso en su honor en Harvard ni con ser la artista femenina con más álbumes números uno de la historia. No. Lo único que le importa al mundillo pop es bromear con su vida amorosa, esa que por cierto, ya quisiéramos para nosotras.

En realidad, la maldición de Taylor Swift es la maldición de una sociedad empeñada en ningunear los logros femeninos y en hacer de lo privado un chiste. Si lo personal es político, ¿cómo no va a serlo también el hecho de que la vida íntima de alguien sea siempre motivo de mofa?