Entrevista a Carmelo Gómez y Silvia Abascal
Días de vino y rosas, en la versión teatral, cuenta una historia de amor y alcoholismo que te emocionará.
Dos grandes de la escena, Carmelo Gómez y Silvia Abascal, se suben al escenario de la mano de Tamzin Townsend para interpretar ‘Días de vino y rosas’, la versión teatral de la aclamada película de Blake Edwards. Una historia de amor y alcoholismo que te emocionará.
¿Es la obra fiel a la película?
Silvia: La base, sí, pero los personajes que hay alrededor de la pareja en la película, aquí no están. Carmelo y yo estamos solos en las nueve escenas.
¿El público saldrá llorando?
Carmelo: Son dos personajes para querer, para reírse con ellos y para compadecerlos. Sí, espero que lloren también.
Una interpretación tan intensa, ¿desgasta mucho?
Silvia: Trabajar el alcoholismo es trabajar la autodestrucción, la mentira, la falta de dignidad… Son salvajes emocionalmente, pero ahí está la riqueza de este trabajo. En el teatro, eso no deja de ser una liberación: vivir eso y desahogarte. Los dos nos sentimos con responsabilidad: en Alcohólicos Anónimos han sido muy generosos a la hora de informarnos y dejarnos asistir a las sesiones que realizan periódicamente.
Los protagonistas de la obra exorcizan sus demonios a través del alcohol, ¿y vosotros?
Carmelo: Está muy bien el psicólogo, pero yo prefiero a los amigos. Sin borrachera: he dejado de beber lo poco que bebía, ya no fumo ni bebo, estoy hecho un toro. Tengo otro método, pero es inconfesable (risas).
Silvia: Para mí, mi profesión es muy terapéutica.
Días de vino y rosas acaba de estrenarse en el Teatro Lara de Madrid y estará en cartel durante doce únicas semanas.
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