Entrevista a Adolfo Domínguez

El diseñador presenta su primera línea de joyería y abre nuevas tiendas: valentía e imaginación ante la crisis.

Adolfo nos recibió, muy cariñoso, junto a su mujer y su hija Adriana, en una de sus tiendas de Mad

Adolfo nos recibió, muy cariñoso, junto a su mujer y su hija Adriana, en una de sus tiendas de Madrid.

A sus 58 años, Adolfo Domínguez lo ha hecho casi todo: estudió Arte y Cine en París, conquistó a los españoles con una frase popular («La arruga es bella»), publicó un libro (‘Juan Griego’, 1993), produjo una película (‘La Moños’, 1996) y ha hecho de la sastrería familiar que su padre abrió en Ourense en los 50, todo un imperio. No está nada mal para un hombre que dice no tener metas en la vida: «A partir de cierta edad, te das cuenta de que vivir es lo que te sucede mientras trabajas. A mí me encanta escribir y con tener un ratito para hacerlo cada pocos días, me conformo. Con los años, vas apreciando el camino, las pequeñas cosas.» Refl exivo y amable, Adolfo destapa su ingenio emprendedor para afrontar una posible crisis del sector: «Cada cinco o seis años, hay que reinventarse y este es el mejor momento. También será clave reducir costes todo lo posible, intentando ser mejores y más efi cientes. De aquí tenemos que salir fortalecidos. Las crisis se resuelven haciendo mejor lo que haces.» Otra solución pasaría por diversifi car el negocio, pero es difícil encontrar una línea nueva por la que apostar, ya que este empresario aglutina un montón de universos bajo su marca (ropa de mujer, de hombre, para jóvenes, niños, tallas grandes, complementos, decoración, perfumes, maletas, relojes, gafas...). «Aún quedan otras opciones, como la joyería: en septiembre estará lista nuestra primera colección, que diseñamos y producimos nostros y que se venderá en tiendas propias hacia febrero», explica el creador. Sus propuestas serán piezas de plata combinadas con piedras semipreciosas sin pulir, como la amatista o el cuarzo rutilado: «Es una línea muy orgánica, de estilo art nouveau, porque soy un apasionado de René Lalique: ese joyero del XIX que medía las piezas por su belleza, no por el peso de los materiales nobles, ni por el valor de las piedras preciosas.» También habrá oro, aunque se venderá en joyerías, por temas de seguridad.

Además de trabajador, Adolfo Domínguez es valiente, porque sigue empeñado en salir fuera del mercado español, abriendo tiendas por todo el mundo: «La siguiente crisis tiene que cazarnos con el 50% de los puntos de venta fuera de España. La inversión casi total será en el extranjero: queremos abrir unas 33 tiendas en Japón, llegar a tres a Miami, ampliar las de Suramérica...» ¿Sabéis cuál es la clave de su éxito, aparte de «tenacidad, inteligencia y suerte», como él sostiene? El conocimiento de su público: «El cliente es el rey, marca lo que quiere y al precio que quiere pagarlo. O te adaptas a él, o estás perdido. Más que productos, vendemos sueños.»

UN ESCRITOR... CONCIENCIADO

La ecología como moda: «Ha llegado para quedarse, no es algo pasajero. Somos hijos de la Tierra y, si la maltratamos, nos será devuelto. El Premio Nobel de Al Gore significó una toma de conciencia por parte de la clase política y, sobre todo, de los medios de comunicación.»

Un libro: «’La naturaleza humana’, de Jesús Mosterín. Es algo complicado de leer, pero merece la pena.»

Una pista: «’Well dreased?’, un estudio de la Universidad de Cambridge que demuestra que el algodón orgánico contamina mucho más que el poliester.»

Una verdad: «Escribes para que alguien te lea, igual que vistes para que la gente te quiera. La escritura, para mí significa meditación: es la forma de poner en orden mis ideas, de dar sentido a una vida.»

Síguele la pista

  • Lo último