La dolorosa carta de Begoña Villacís tras la muerte de su hermano Borja

La exvicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís ha compartido en redes una publicación en la que muestra sus sentimientos tras la muerte de su hermano pequeño, Borja.

Begoña Villacís en una foto de 2022
Begoña Villacís en una foto de 2022 / Gtres

La muerte violenta el pasado 4 de junio de Borja Villacís, hermano pequeño de Begoña Villacís, conmocionó a muchos y asaltó los titulares de todos los medios de actualidad españoles. La reacción de la exvicealcaldesa de Madrid no llegó, sin embargo, hasta el día siguiente con dos tuits cuyo contenido y brevedad dejaba traslucir el dolor de la familia.

"Gracias de corazón por tanto cariño. Mi familia está rota, hemos decidido vivir estos momentos en recogimiento e intimidad", fue el primer mensaje que Begoña Villacís escribió tras la tragedia. Ese mismo día, volvía a Twitter para agradecer la labor de la policía en el caso ("No tengo palabras para describir el inmenso consuelo que ha supuesto la gran profesionalidad y humanidad mostrada por nuestra Policía. Gracias") mientras en Instagram se despedía de Borja Villacís con un retrato de niño de este y una breve dedicatoria: "Adiós, mi niño, mi hermano pequeño. Te quiero, cuídanos. D.E.P".

Desde entonces, el silencio había protagonizado el muro de la abogada. Hasta este lunes. Ha sido entonces cuando ha acudido de nuevo a Instagram para expresar agradecimiento y, también, para despedirse públicamente de su hermano con una carta más extensa que incluye palabras conmovedoras y llenas de cariño. Y en la que refleja el terrible golpe que lo sucedido ha supuesto para toda la familia.

Junto a una imagen en la que aparece un ramo hecho de brezo silvestre atado con un lazo y con un papel enrollado, la expolítica trata de aceptar una noticia que ha golpeado por primera vez su vida con una dureza desgarradora y que, a día de hoy, reconoce, sigue costándole creer que sea real. Y que ha hecho que políticos de todos los signos le expresen su pesar, señala.

"Cada vez que alguien me preguntaba cómo afrontaba alguna adversidad respondía con tranquilidad que a mí la vida todavía no me había tocado. Hasta el pasado martes, el martes la vida por fin me tocó, me atravesó.

Cinco días y sigue siendo igual de irreal.

Me duele la cabeza de tanto llorar y apretar los dientes

Cada abrazo espontáneo que recibo por la calle confirma. "No quiero molestar", empezáis diciéndome. No lo hacéis, reconforta tanto que alguien se pare a transmitirme su pesar y su cariño, conmueve y vence mi incredulidad. Me duele la cabeza de tanto llorar y apretar los dientes.

No he querido leer una sola noticia, la gente que me quiere me dice que no lo haga, que no me hará bien. Quizás entendáis ahora por qué siento una aversión tan intensa y visceral por los extremos, viene de lejos.

Pero Borja siempre será mi hermano pequeño, y yo seré siempre su hermana mayor. La que le cuidó lo mejor que supo, junto con los mejores padres que uno puede llegar a tener, y a la que siempre quiso compensar con sentidos gestos, grandes abrazos, y cariñosos besos. No era de esos chicos que no sabían expresar. A veces hacía de hermano mayor.

Y a veces me volvía y otras se me iba, pero siempre sentí su amor incondicional, nunca hubiese permitido que una mañana me tocase pedir a nuestros padres que se sentasen, que tenía algo que decirles el peor día de nuestras vidas.

No hemos querido compartir nuestro duelo, solo estuvimos los suyos, la familia. Gracias por, aun así, estar presente. Ante el dolor nos deshacemos de ropajes, nos quedamos tal cual somos. La misma compasión en un mensaje de buena gente del PP y del PSOE, las mismas ganas de consolar escritas por un cargo de VOX que orará por mi hermano (gracias), que en un hermoso mensaje de otro de Más Madrid, las mismas ganas de consolar. A todos, aquí tendréis siempre una familia agradecida.

Tengo, la verdad, mucho que agradecer, miles de mensajes que iré contestando, personas que se conjuran para ayudar a una familia devastada: policías con oficio, bregados y profesionales pero sensibles y humanos. A mis amigas, y a quien me ha sabido acompañar de verdad, con silencios más precisos que muchas palabras. A mi familia, que nunca volverá a ser la misma, que está rota para siempre.

A mis padres, que han enterrado a un hijo, mi hermano. Dejo hoy estas flores en la carretera del Pardo. Hay más flores, las de Rebeca, las de otros amigos, y yo no puedo, de verdad que sigo sin poder creer que no lo voy a volver a ver. Mi niño, descansa en paz", concluye la publicación que se ha llenado de comentarios y muestras de pésame.

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