El mensaje que ha lanzado Sara Carbonero desde el hospital preocupa a todos sus seguidores

Uno de los aspectos a destacar de Sara Carbonero -además de su profesión como periodista- serían las reflexiones que comparte con su comunidad de seguidores. En Instagram, 3, 5 millones de personas son testigos de lo que ocurre en la vida de la toledana. 

Y hace un día, nos alarmaba con una historia que publicaba desde una habitación de hospital. Como si la instantánea hubiera sido sacada desde la cama, la cámara captaba las vistas que se aprecian desde la ventana. En la parte inferior derecha, una frase: “Las mañanas de hospi dan para mucho.” 

La historia se repite cuatro meses después

Conocemos de primera mano que la presentadora padeció hace cinco años un cáncer de ovario y, en menos de dos años ha sido ingresada de urgencia y sometida a una segunda operación, entre los 2021 y 2022. Teniendo en cuenta el contexto, cualquier publicación que provenga de un centro de salud, hace saltar las alarmas. 

Pero no ha sido la única perspectiva que ha subido a su cuenta personal este año. El 19 de marzo, nos mostraba un vídeo acompañado de una reflexión en la que parecía estar hablando desde su experiencia en una habitación hospitalaria. Con comentarios de apoyo a Sara, algunos de sus compañeros de profesión le trasladaban su cercanía en lo que podría ser un momento complicado. 

Acompañando a su madre

En medio de esta incertidumbre, unos días más tarde salía a la luz que su estancia era únicamente de visita. Su madre, Goyi Arévalo, estaba ingresada en la Clínica de Navarra –mismo hospital en la que se estuvo recuperando de su enfermedad-. Por lo que, todo podría apuntar en esta dirección otra vez más. 

Lo que sabemos de Sara Carbonero es que se encuentra totalmente recuperada del tumor y hace un mes, nos ofrecía otra de sus recurrentes reflexiones acerca de su experiencia con la autoestima durante su tratamiento de quimioterapia. Una vivencia muy personal en la que hubo una temporada en la que prefería no mirarse al espejo porque no se reconocía con todos los cambios que había experimentado en su físico.