Todas las curiosidades sobre la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry que no recordabas

La vida para los duques de Sussex ha cambiado radicalmente desde aquel 19 de mayo de 2018, cuando ambos se daban el 'sí, quiero', empezando a romper algunas normas y tradiciones de las bodas reales que habíamos visto hasta el momento. Ellos marcaron la diferencia desde que se conocieron y su personalidad les ha llevado a que hoy en día se haya roto la relación real con su familia. Recordemos los dos vestidos de novia de Meghan y los detalles más curiosos de aquel soleado día de mayo.

Resulta que a la realeza el mes de mayo le parece una fecha extraordinaria para darse el 'sí, quiero': el rey Felipe VI y la reina Letizia celebraban recientemente su 20 aniversario de casados, con un posado junto a sus hijas de lo más tierno. Por su parte, el príncipe Harry y Meghan Markle no pueden hacer un acto oficial para celebrar este día, aunque seguro que en la intimidad lo están festejando juntos.

Los detalles más curiosos de la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry

Hay que decir que desde el primer momento que se conoció la relación de ambos, el mundo entero estuvo pendiente de todos sus movimientos... Recordemos que ella era una actriz de éxito y él un príncipe, una historia de amor atípica en aquel momento (como nuestra reina Letizia, que era periodista antes de conocer a Don Felipe). El 19 de mayo de 2018 se casaron en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, un día en el que una boda real se convirtió prácticamente en un evento de Hollywood, televisado y seguido por más de 11 millones y medio de personas.

No solo había realeza y grandes políticos entre los invitados, lo que más le gustó a la ciudadanía fue ver a rostros tan destacados del mundo de Hollywood como son David y Victoria Beckham, Serena Williams, los Clooney o también Oprah Winfrey, entre otros. Pero eso no fue lo único llamativo de este día: Meghan demostró que iba a imponer sus propias reglas y rompió una tradición al caminar sola hacia el altar, siendo la primera novia real que entra sin compañía a la ceremonia de su boda, hasta que a medio camino agarró del brazo a su suegro, el actual rey Carlos III.

Al tiempo se descubrió que la tiara que llevaba en la cabeza no fue plato de buen gusto para la reina Isabel II: era la tiara Bandeau, que perteneció a la reina Mary e Isabel II desde que se la regalaron en 1953. Este enfrentamiento se denominó como el 'tiaragate'. Y por si fuera poco, también se comentó mucho sus elecciones de vestimenta para este día tan especial.

Los dos vestidos de novia de Meghan Markle y el uniforme del Príncipe Harry

Fue la diseñadora británica, Clare Waight Keller, la por aquel entonces directora creativa de Givenchy, la encargada de hacer el primer vestido con escote bardot de Meghan Markle. Esto lo acompañó de un velo de intrincados detalles florales de tul de seda que medía cinco metros, dos metros menos que el de Lady Di en su día. El Príncipe Harry también tuvo un poco de polémica, ya que apareció con el uniforme militar de los Blues & Royals de la Guardia Real y con su habitual barba. Este último elemento, se consideraba totalmente fuera de lugar: nadie de la caballería de la reina podía tener vello facial.

Esto fue algo que, según las memorias de Harry (cinco años después), enfadó mucho a su hermano Guillermo. Sin embargo, el príncipe Harry le pidió permiso a su abuela, ya que no formaba parte del Ejército. ¡Pero eso no fue todo! Para su posfiesta de boda, ambos decidieron cambiarse de ropa: el príncipe se puso cómodo con un traje de chaqueta color negro y pajarita. Meghan, por su parte, deslumbró una vez más: llevó un vestido de seda de Stella McCartney con la espalda al descubierto y un elegantísimo cuello 'halter'. Las imágenes de la pareja subiéndose a un Jaguar descapotable para ir a su fiesta tras la ceremonia dieron la vuelta al mundo.