La número uno del padel

La española Paula Josemaría se acaba de convertir en la mejor jugadora del mundo, junto a su compañera, Ariana Sánchez, tras ganar en Ámsterdam. Explosiva, potente y fiable, como CUPRA, la marca que la apoyó en su hazaña

Paula Josemaría posando junto al trofeo de Roland Garros tras ganar la final junto a Ariana Sánchez.
Paula Josemaría posando junto al trofeo de Roland Garros tras ganar la final junto a Ariana Sánchez. / Cupra

En cuanto aparece ante nuestros ojos, tras entrenar en la Caja Mágica de Madrid, entendemos por qué la llaman 'Paulita Dinamita': pequeña y simpática, sin dejar a un lado la timidez, se mueve con ademanes rápidos y precisos, efectivos, como quien no está habituada a perder el tiempo. La extremeña, a sus 27 años, es una crack no sólo en la pista. A pesar de competir al máximo nivel desde hace 10 años, robándole horas al sueño se ha sacado una ingeniería, Bioquímica, y un máster en Educación para poder ser profesora, como sus padres. Además, acaba de lograr el sueño de su vida: tras ganar el Roland Garros parisino -la meca de los juegos de raqueta- hace dos meses, ha conquistado matemáticamente el número uno del mundo del World Padel Tour... y en él acabará 2023. Aunque restan dos torneos (México y el Master Final de Barcelona), nadie podrá bajarla a ella y a su compañera de lo más alto del podium mundial.

¡Enhorabuena! El año pasado se os escapó el número uno de las manos, pero acabais de conseguirlo, por fin...

Es un tornado de felicidad... así es como me siento. Lo hemos conseguido. Un sueño hecho realidad. Desde aquí animo a todo el mundo: aunque parezca difícil, los sueños se pueden cumplir. El año pasado lo pasamos mal... pero ahí nacimos un poco más fuertes.

Y, además, habeis batido un récord: el de 13 victorias en el circuito WPT en un mismo año...

Ha sido un buen balance (91% de victorias), aunque en la otra competición, la Premier Padel, sólo ganamos uno de tres: eso sí, la victoria fue en la pista principal de Roland Garros, la Philippe Chatrier. Desde que empecé a jugar a tenis, siempre soñé con ser algún día jugadora profesional y poder hacerlo en esa pista, un templo del deporte. Y ganar en París fue una pasada. Esa victoria se la dediqué a mi padre. Ha sido la persona más importante de mi carrera.

También está tu compañera, Ari Sánchez: ¿qué sería de ti sin ella?

Si nos separaran, no seríamos nada. Hemos conseguido el número uno porque nos ayudamos mutuamente, aprendemos, mejoramos juntas, nos completamos la una a la otra. Llevamos tres años como pareja porque, cuando discutimos, lo hacemos desde el respeto y sumando.

Somos muy autocríticas las dos y, cuando nos decimos algo, es de verdad para mejorar. Eso nos hace bien.

«Mi padre ha sido la persona más importante de mi carrera: le dediqué Roland Garros porque nos lo merecíamos los dos»

Cuando una cumple su meta: ¿qué le queda?

Yo quiero ser número uno desde que me levanto hasta que me acuesto, sí, pero al final, la meta es seguir mejorando, superarme a mí misma en cada entrenamiento, en cada partido y disfrutar haciéndolo.

¿Cómo te definirías?

Constante y explosiva. Tengo grandes golpes, pero los mantengo a lo largo del tiempo, por eso estoy arriba.

Una buena jugadora debe tener...

Lo más importante es la parte mental: ser una persona positiva y gestionar bien los errores, porque no puedes meter todas las bolas. Luego, para ser una jugadora completa, necesitas la parte física -trabajando día a día, la puede conseguir todo el mundo- y la parte técnica, asociada al talento. Unos tienen más; y otros, menos.

Paula Josemaría y Ariana Sánchez levantando el trofeo de Roland Garros tras ganar la final y proclamarse campeonas.

Paula Josemaría y Ariana Sánchez levantando el trofeo de Roland Garros tras ganar la final y proclamarse campeonas.

/ CUPRA

A punto de sumar diez años de carrera profesional, ¿qué ha sido lo mejor y lo peor?

Lo mejor son las victorias, muy reconfortantes. Pero a mí lo que me gusta, lo que me hace levantarme cada mañana es el hecho de entrenar y ser autocrítica, que eso es lo que te lleva a jugar mejor. ¿Lo peor? Los momentos de desconfianza, de tensión, que no gestionas bien, más emocionales que físicos. Todos tenemos días malos en el trabajo, ¿verdad? Pero si te pilla en un partido... pues mal.

¿Lo has tenido más complicado por el hecho de ser mujer?

Como el padel es un deporte nuevo, da la sensación de que las desigualdades entre hombres y mujeres no han existido, pero no es así. Nuestras antecesoras han sufrido mucho para lograr la igualdad económica y nosotras estamos disfrutando los avances. También la gran popularidad que está viviendo este deporte desde hace un par de años nos ha ayudado mucho. ¡Hasta me piden fotos por la calle!

¿Hay mucha diferencia con el padel masculino?

La diferencia más grande es la fuerza: los chicos hacen puntos más cortos porque rematan desde cualquier parte de la pista. Nuestros partidos son más largos.

¿Qué tiene que tener una marca para que tú le digas que sí?

Elegancia y potencia, como yo. Eso es muy CUPRA, ¿no?

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