Rompiendo falsos mitos

Operación bikini: analizamos las creencias que nos condicionan a la hora de reducir esos kilos de más.

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1 Alimentos buenos VS. malos. Los especialistas aseguran que uno de los problemas que presentan los regímenes de adelgazamiento es que alaban algunos alimentos, dotándoles de propiedades casi mágicas, mientras que demonizan la ingesta de otros, normalmente los que más apetece tomar. Ya lo decía el doctor Grande Covián hace décadas: para mantener la línea hay comer de todo pero en plato de postre.

2 El pan, ¿perjudicial para la figura? Durante mucho tiempo se extendió la idea de que el primer paso a la hora de mejorar la figura, y el más eficaz, era prescindir de ese pan nuestro de cada día. Entonces llegó la dietista Terica Uriol y popularizó la “dieta del bocadillo”: alentaba a tomar pan en distintas comidas y logró que celebrities como Boris Izaguirre o Samantha Vallejo-Nájera mantuvieran la báscula a raya.

3 La fruta no engorda. La dietista norteamericana Brooke Schantz ha realizado un estudio en la Universidad de Loyola (Illinois) del que se deduce que «aunque la fruta es muy nutritiva y rica en fibra nos lleva a ganar peso si se ingiere en grandes cantidades». Por lo tanto, fruta sí, pero con moderación.

4 Los refrescos, ¿enemigos de la línea? Nada más lejos de la realidad a tenor de los resultados del estudio “Energy balance and obesity” (publicado en la revista “Circulation”), que establece que restringir alimentos, como pueden ser las bebidas de cola, no da un resultado efectivo. Al contrario. Apuestan por un aumento de ejercicio físico para lograr rebajar kilos. ¿Lo ideal? Tomar una cocacola después de haber realizado alguna actividad deportiva.

5 Apostar por alimentos integrales. Perfecto para mejorar el tránsito intestinal, reducir colesterol y glucosa en sangre, pero una falacia si se confía en que una tostada de pan integral va a pasar por nuestro organismo sin aportar calorías. Los productos integrales tienen la misma composición, energía incluida, que los refinados.

6 Las dietas proteicas son la panacea. Falso. Según el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, el efecto rebote de los regímenes hiperproteicos (como las aclamadas Atkins o Dukan) es altísimo. Además, el hecho de no lograr los objetivos marcados y recuperar el peso perdido provoca un sentimiento de culpa en el 60% de las personas.

7 No se puede beber en las comidas. Esa idea se ha convertido en ley sin tener ningún fundamento. Beber cuando se ingieren alimentos no cambia su número de calorías; por tanto, da igual en qué momento nos tomemos las bebidas. Y de paso, rompemos otro mito, las burbujas no aportan calorías. Por eso, ¿por qué no tomar un refresco de cola light para acompañar un buen menú?

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