Polvos y bases: las claves

La base o fondo de maquillaje es básica para una tez uniforme. ¿El truco para no fallar? Buscar el color más parecido con tu piel. Los polvos matifican y liberan tu rostro de antiestéticos brillos. Consejos para aplicarlos y escogerlos.

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Polvos, en 6 claves

1 Elige polvos con pigmentos amarillos, mejor que rosados, porque favorecen a todo tipo de piel, desde la más blanca a la bronceada. Aportan el efecto de una piel suavemente tostada por el sol.

2. No te pases con la intensidad de color. "Combínalos con blushes rosas o melocotón", aconseja el maquillador François Nars.

3. ¿Sueltos o compactos? Actúan igual. Los sueltos son el origen de este tipo de productos y tienen la ventaja de que con la borla se aplican rápidamente. Los compactos, sin embargo, son más cómodos para llevar en el bolso y retocarte durante el día.

4. ¿Nude o nácar? Los primeros, con pigmentos amarillos, proporcionan más calidez a la piel que los nacarados que potencian el efecto porcelana. A las españolas, en general, les favorecen más los primeros.

5 ¿Cómo se aplican? Con borla o brocha por toda la cara –siempre del centro hacia los lados– o solo en la zona T –frente, nariz y barbilla–. Se pueden utilizar solos o sobre el maquillaje.

6 Polvos bronceadores. Son básicos en el neceser pero no se puede abusar de ellos. Deben aplicarse en forma de 3, desde las sienes, debajo del pómulo y hasta el óvalo y después extenderlo por cuello y escote para lograr un acabado natural.

Bases, manual de uso

1 No tengas un solo fondo de maquillaje en tu neceser, porque tu piel no está igual todos los días. Cambia con las estaciones, las condiciones medioambientales, la dieta, y hasta cómo te levantas ese día. Comprueba los cambios y elige la base que dé a tu piel un aspecto radiante.

2 ¿Qué hay que exigirle a un buen fondo? Comodidad durante su aplicación, que la textura no resulte pegajosa y que la piel conserve durante el día un efecto y tacto sedoso. Los fondos hoy no solo no dañan la piel sino que actúan como tratamiento.

3 Busca tu color con luz natural y fíjate no solo en la intensidad –que debe corresponder exactamente con la de tu piel, ni más oscura ni más clara– sino en

la tonalidad: ¿tu piel es rosada o más bien dorada? La tez de las españolas tira a esta última, pero para confirmarlo, fíjate en tu bronceado de verano: si te bronceas fácilmente, tienes los pigmentos dorados; si tiendes a enrojecerte, tiende a beis rosa.

4 Se llevan las bases con acabado natural, que parezcan invisibles pero que proporcionen luz y un tono uniforme al rostro.

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