Mujeres con esencia

Narciso es un apasionado del arte. Cuando vivió en Madrid, entre 1997 y 2001, visitaba los museos del eje Prado-Re - coletos –Reina Sofía, Prado y Thyssen-Bor nemisza– en busca de inspiración para sus creaciones. Fue este último el que más frecuentó. Del que se sintió más cerca. Tanto como para que mucho tiempo después, cuando volvió a Madrid para celebrar el 15 aniversario de su exitosísimo For Her solicitó que le organizaran una visita privada. En aquellas salas, cerradas al público, solo para él, volvió a quedarse impresionado. Un privilegio que nosotras disfrutamos hoy, junto a la artista Lulú Figueroa: «Vengo mucho al Thyssen, la última vez fue una visita exprés con mis dos hijos. Es importante educarles la mirada des - de pequeños. Yo recuerdo haber crecido rodeada de arte, de ver a mi madre, a mis hermanos, a mi tío Christian pintando », nos cuenta delante del magnífico "Lirio Blanco Nº7" (1957) de Georgia O'Keeffe, una de sus artistas favoritas –«vine tres veces a visitar su exposición»–. También de Narciso: esta ha sido una de las obras seleccionadas por él para la exposición "La imagen de la mujer. Musas y creadoras", organizada para conmemorar el 20 aniversario de For Her.

«Nos pareció una ocasión perfecta para unir arte y perfume. Hablamos con los responsables del Museo, les contamos la historia de For Her y el conservador jefe nos propuso un itinerario a través de 15 cuadros en los que la mujer se sitúa en el centro, ya sea como protagonista, creadora o en un retrato, porque el perfume se llama For Her y porque la mujer es también el centro de la creación para Narciso. Cuando se lo mostramos a él, pidió sustituir 3 obras, que no le en - cajaban en su idea de feminidad. Que dejen participar a un diseñador en la selección es completamente excepcional, pero entendieron que sus propuestas tenían sentido en el itinerario », nos cuenta Sonsoles BlancoHortiguera, dir. de la división de Fragancias de Shiseido e impulsora de esta exposición.

Se trata del citado "Lirio Blanco Nº 7", de Georgia O'Keeffe, de "Habitación de Hotel" (1931), de Edward Hopper y de "Las bailarinas" (1837) de Edgar Degas, tres de las obras más destacadas de esta muestra que lleva por título "La imagen de la mujer. Musas y creadoras". Porque para Narciso, como Gala para Dalí, las musas han sido clave a lo largo de su carrera. De Carolyn Bessette a la que le encantaba el almizcle, que define la familia olfativa de For Her, a Carmen Kass, cuyo retrato en blanco y negro con una trenza griega ha constituido durante años la icónica imagen de la firma que retrataba esa eterna feminidad que representa Narciso, o su sucesora, Lola Nicon, que aporta la visión más fresca, fuerte y a la vez refinada de la mujer For Her. Un perfume que representa la belleza atemporal y que «podría haber utilizado cualquiera de las mujeres, desde el siglo XIII al XX, que protagonizan estos cuadros», como han reconocido los propios responsables del Thyssen.

También Lulú Figueroa lo guarda en su armario olfativo: «Me encantan los empolvados, que no avasallan, y esa faceta del almizcle que varía en la piel de cada mujer que lo lleva. Es una forma de personalizarlo. El perfume, como la moda, dice mucho de cómo eres. Además de evocar recuerdos, que alguien se acuerde de ti por tu aroma me parece maravilloso», nos dice la artista, que se declara en un periodo de transición. «Se me asocia con las flores pero ahora estoy empezando a hacer escenas más familiares, viajes, campos o relacionada a la maternidad con mis hijos... Estoy en un momento de mi vida en el que no paro de trabajar, de cuidar niños, viajar... Estiro mucho el tiempo».

«La auténtica belleza es una cualidad atemporal que se vuelve más poderosa para las mujeres con el paso del tiempo, a medida que ganan confianza y seguridad en sí mismas», Narciso Rodriguez

Concibió el frasco como un objeto artístico, puro, sobrio y arquitectónico, opaco, «en el que no estaba claro qué llevaba dentro. Había que experimentarlo», y que se ha ido adaptando a cada una de las fragancias de la colección For Her, a sus diversas tonalidades y al paso de los años. Porque a Narciso le gustan las cosas que perduran. Con ese clasicismo moderno que ha definido su moda y sus perfumes: «Es una aparente contradicción pero todo debería ser así. Atemporal, inolvidable, cautivador y duradero, audaz, atrevido pero de una forma sutil. Eso es más interesante que lo obvio. Perdemos la cabeza con toda la información, los anuncios, las celebridades... el ruido. Pero lo significativo, para mí y para mi trabajo, es lo clásico, pero no fundamentado en el pasado, sino un clásico que mire al futuro para que, cuando llegue, siga siendo relevante», nos dijo. La historia continúa.