Caída del cabello en otoño: todo lo que necesitas saber para frenarla

Con el cambio de estación y la llegada del otoño, la caída del cabello se vuelve una preocupación común. A muchas nos ha pasado que, después del verano, empezamos a ver más cabellos en la ducha, en la almohada y hasta en el cepillo. Pero, ¿a qué se debe realmente esta caída estacional? ¿Es algo de lo que deberíamos preocuparnos o simplemente una fase pasajera? Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para cuidar tu melena durante esta época del año y minimizar la pérdida de cabello.

¿Por qué se cae el cabello en otoño?

El otoño es una época en la que el cabello pasa por un cambio natural. Igual que algunos árboles pierden hojas para renovarse, nuestro cabello atraviesa un ciclo similar de renovación. Esta fase de caída suele ser el resultado del ciclo de crecimiento del cabello. Después del verano, durante el cual el cabello está en una fase de crecimiento, en otoño entra en una fase de reposo conocida como “telógena”, que culmina con la caída de los cabellos que ya han completado su ciclo. Es importante no alarmarse, ya que esta pérdida es completamente normal y suele durar unas semanas.

Además, factores como la exposición al sol durante el verano, el cloro de las piscinas y la sal del mar pueden haber debilitado nuestra melena, lo que también contribuye a su caída cuando empieza el otoño.

Estrés y cambios hormonales

No solo el clima afecta. La llegada del otoño puede traer consigo cambios en nuestra rutina, y el estrés de la vuelta a la rutina puede tener un impacto directo en nuestra salud capilar. Además, el cambio en la luz solar afecta a los niveles de melatonina, que influye en el ciclo de crecimiento capilar. Todo esto sumado puede hacer que notemos una caída más notable.

Tips para cuidar tu cabello en otoño

Una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales es fundamental para fortalecer el cabello. Alimentos como el salmón, los frutos secos, las espinacas y los huevos aportan nutrientes esenciales, como la biotina, el zinc y las vitaminas B y E, que ayudan a que el cabello crezca fuerte.

No descuides la hidratación. Elige champús y acondicionadores suaves, que nutran y reparen. Evita el agua demasiado caliente, ya que reseca el cuero cabelludo y favorece la rotura del cabello. Usa mascarillas ricas en aceites naturales una o dos veces por semana.

Un buen masaje capilar mejora la circulación y ayuda a estimular el crecimiento del cabello. Además, es una forma de relajarte y combatir el estrés.

No olvidemos que el cuero cabelludo es la base de un cabello sano. Productos específicos, como exfoliantes capilares suaves, ayudan a eliminar células muertas y a desobstruir los poros. Esto puede contribuir a fortalecer la raíz y prevenir una caída excesiva.

El secador y la plancha pueden debilitar el cabello, sobre todo si ya está algo frágil tras el verano. Cuando puedas, opta por secarlo al aire libre y, si necesitas usar fuentes de calor, no olvides aplicar un protector térmico antes.

Si notas una caída excesiva y que no mejora con el tiempo, puede ser útil acudir a un especialista para evaluar posibles causas hormonales o deficiencias nutricionales. Un dermatólogo o tricólogo pueden ofrecerte una guía personalizada y, en algunos casos, recetar tratamientos específicos.