Miaou, o como el corset pasó de símbolo de represión a aliado de la inclusividad
Tras una colaboración con la modelo Paloma Elsesser que ha ampliado su tallaje hasta la 4XL, la firma que Alexia Elkaim creó en 2016 hace honor a su máxima: “crear ropa que haga sentir bien a quien la lleva”.
Alexia Elkaim y Paloma Elsesser tenían 15 y 14 años, respectivamente, cuando se conocieron. Estaban en una fiesta en un castillo hinchable llena de adolescentes desmandados, Paloma bebió de más y terminó durmiendo en casa de Alexia. Desde ese momento se hicieron amigas inseparables. Todo muy Euphoria. Qué pertinente que la serie de HBO –un retrato de las luces y sombras, aunque sobre todo sombras, de la adolescencia actual que oscila entre la hipérbole psicotrópica y un realismo incómodo– fuese uno de los catalizadores del éxito de Miaou: cuando Maddy Pérez –el personaje de de la actriz Alexa Demie– apareció llevando un par de sus diseños en la segunda temporada, las búsquedas se dispararon. Es más, al mes de que empezara la entrega, a principios de este año, las visitas a la web de la marca en Lyst ya habían subido un 76%.
Con un nombre tan travieso como sus diseños, con especial hincapié en los corsets que han llevado desde Billie Eilish, Hailey Bieber, Barbie Ferreira y las hermanas Hadid hasta Julia y Megan Fox y el clan Kardashian-Jenner al completo, la firma que Elkaim fundó en 2016 se ha convertido en un fenómeno de masas. Y un espejo de la estética que han definido las nuevas generaciones, con su obsesión por los 2000, su afán inclusivo y su particular visión de la sexualidad y el feminismo. “Para mi el corset es una celebración del cuerpo de las mujeres”, nos dice la diseñadora de una prenda polarizada y polarizante. Aunque, solo por que quede constancia, los que ella firma también los llevan hombres.
Según la época, este “artilugio” –así lo describía Valerie Steele, comisaria y directora del Museo del FIT de Nueva York y según Suzy Menkes “la Freud de la moda”, en el tomo que acompañó la exposición “The Corset: Fashioning the Body” en el 2000– ha sido símbolo de estatus, moldeador de los cánones de belleza y signo de empoderamiento sexual, con Madonna y el corpiño cónico de Gaultier como emblema. Pero en su última iteración el corset esgrime una resignificación de lo femenino. Si Gloria Steinhem describió a Escarlata O'Hara enfundándose en uno como "el ejemplo perfecto de la esclavitud de la mujer", hoy el feminismo del que la periodista estadounidense fue referente lo ha convertido en su aliado. “Sé que es cuando llevo un corset cuando me siento más sexy y quiero dar a nuestros consumidores el mismo sentimiento de empoderamiento”, defiende Elkaim.
Tras esa intención está el porqué de su colaboración con Elsesser. Una cápsula de 54 piezas en la que no solo ha dado considerable libertad creativa a su amiga del alma, sino que inaugura una oferta de tallaje mucho más amplia –de la XS a la 4XL– que la firma tiene intención de continuar de aquí en adelante. “El primer paso de una conversación más larga”, lo definen. “Paloma y yo hemos colaborado en todos los sentidos de la palabra durante más de 15 años”, nos cuenta la diseñadora. En ese tiempo Elsesser se ha convertido en una modelo de calado internacional y uno de los agentes de la disrupción estética que está echando abajo los cánones en favor de la inclusividad. Y ella ha creado una firma con una de las listas de seguidores influyentes más largas que hemos visto y puntos de venta de París a Australia, pasando por las plataformas digitales que marcan tendencia, de FWRD a Kith y Ssense. Pero siempre han permanecido unidas. “Esta colección ofrece un visión de quienes somos como personas, pero también como amigas, y sirve como testamento de cómo hemos crecido juntas para crear algo que podemos compartir con todo el mundo”. Una especie de culminación de su amistad y valores compartidos.
Creativamente, “fue muy fácil y natural”, asegura Elkaim. Logísticamente, no tanto. Para muchas firmas y minoristas ampliar tallaje se limita a recrear los patrones de las tallas estándar con unas medidas más grandes. Así pasa: el 72% de las mujeres dicen que no están contentas con la oferta de ropa en su talla. Elsesser y Elkaim necesitaron veinticinco pruebas y mucho feedback –de las modelos, amigos y los propios miembros del equipo de la firma con tallas frívolamente llamadas “no normativas”– hasta conseguir dar forma a la colección que imaginaban. Una en el que se tenían en cuenta no solo las necesidades sino también los deseos de los cuerpos más voluptuosos. Cosas como la construcción de un top con la espalda al aire para dar soporte al pecho. Pero también cortes que permitiesen lucir piel y sentirse sexy.
El papel de la ropa como un elemento empoderador siempre ha sido el leitmotiv de Miaou. “Hacer que la gente se sienta bien con lo que lleva puesto”. Aunque son sobre todo los corsets los que se llevan la atención, empezó como una firma de denim: fue la búsqueda de un par de vaqueros que sentasen perfectamente lo que desencadenó la creación de la firma. El nombre salió del apodo por el que todos llamaban a Elkaim –aunque ahora solo su madre y Paloma lo hacen–. Y la inclinación hacia una estética retro sale de su afición a recorrer mercadillos y tiendas vintage entre París, Nueva York y Los Angeles. Tres ciudades, dice, que han hecho de ella y de Miaou lo que son hoy.
Con ese cruce entre la sensualidad naïf de Lolita y la extravagancia camp (no exenta de cierta ironía) de Paris Hilton, la marca tocaba todos los palos para cortejar a unas nuevas generaciones seducidas por la estética de décadas pasadas y a la vez deseosas de romper con todos los moldes. Pero la clave, defiende Elkaim, no está solo en las prendas en sí si no en la narrativa. El famoso storytelling que ahora sale de la boca de todos los expertos en marketing. De ahí que la campaña de la cápsula con Elsesser la fotografiara Zora Sicher –que también retrató a Aaron Philips para i-D y a Brandi Quinones para el prefall 2021 de Marc Jacobs– y la protagonizaran la propia Paloma junto a Reese Thompson y Scarlett Costello, dos de las caras redefiniendo la profesión (y la noción) de modelo. “Hemos sido consistentes con una historia que contamos a través de nuestras imágenes, comunidad y colaboraciones. Y nos hemos asegurado de que nuestros seguidores realmente son y se sienten parte de nuestro mundo”.