Las joyas reales de los Borbones que podría haber recuperado la reina Letizia este año
Las joyas reales se heredan y pasan de generación en generación, pero algunas acaban saliendo a subasta como esta que podría haber recuperado la reina Letizia.
El curioso motivo por el que la reina Letizia aún no ha lucido esta joya
El joyero de la reina Letizia parece no tener fondo. Sin embargo, la consorte de Felipe VI ha lucido en numerosas ocasiones piezas del joyero familiar. Desde que estrenó la tiara de las flores de lis, los pendientes de brillantes gruesos y las pulseras gemelas de las soberanas de España en 2017, en cada ocasión que ha decidido llevar una alhaja histórica se ha acreditado como 'joya de pasar. Esta denominación la acuñó doña María de las Mercedes de Borbón, la madre del rey Juan Carlos, para referirse a las que había heredado su marido, don Juan de Borbón, de su madre.
Hace dos años se subastaron varias de esas joyas en Sotheby's Ginebra. Una de las piezas que se sacó a subasta fue unos pendientes de perlas naturales y diamantes de la infanta Isabel, condesa de Gigenti, que más tarde pasaron a la bisabuela del rey Juan Carlos, María Antonieta de Borbón-Dos Sicilias. Otra fue un brazalete de esmeralda y diamantes creado en 1850 que perteneció a Eugenia de Montijo y heredó la reina Victoria Eugenia. O el broche en forma de lazo de diamantes de la princesa Victoria Luisa de Prusia, abuela de la reina Sofía.
Los pendientes partieron de 28.000 euros, el brazalete de 80.000 y el broche de 50.000. Estos precios son más que asumibles por la casa real, pero decidió no volver a comprarlos y quedarse con otros artículos como la tiara de de zafiros y brillantes de la infanta Pilar que pasó a su hija Simoneta Gómez-Acebo. Este mismo año 2024, doña Letizia ha vuelto a tener la oportunidad de recuperar parte de las joyas de la reina Victoria Eugenia, la esposa de Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos, y así ampliar aún más su joyero histórico.
Un joyero espectacular que se podría haber ampliado
La gran mayoría de estas piezas pasaron a manos de la familia más cercana, pero hubo otras que no, como un conjunto de pendientes y broche espectacular. El broche está formado por dos ejemplares de esta piedra preciosa de origen colombiano y rodeados de diamantes de talla antigua y un pasador que se añadiría en el primer cuarto del siglo XX. En la subasta de este año pidieron por el conjunto más de 200.000 euros. Ni la reina ni la casa real se lanzaron a recuperar esta obra de arte, pero sí tratan de mantener intactas las que tienen.
Poco a poco, doña Letizia ha ido dando forma a su joyero, del mismo modo que hacen ahora sus hijas. La princesa Leonor, por ejemplo, ya tiene el suyo propio y, además de contar con piezas heredadas de un importante carácter histórico, ha ido añadiendo las suyas propias con un estilo mucho más juvenil y actual. Uno de sus accesorios más comentados es un collar en el que se puede leer la palabra 'amor' en árabe ('alhubu') y que lució para su graduación en el UWC Atlantic College.
Tanto Letizia como Leonor saben elegir a la perfección en qué momento deben lucir qué joyas. Una característica que han podido observar también en la emérita doña Sofía, muy apasionada del mundo de las joyas. Aunque Letizia no tiene el mismo gusto que Sofía -a la primera le gusta lucir las perlas heredadas de los Borbones y a la segunda no-, se sabe que han recibido regalos de este tipo, como el brazalete de Cartier que regaló la suegra a la nuera y que esta luce en ocasiones importantes como los Premios Princesa de Asturias.