La espectacular exposición 'Christian Dior: Designer of dreams' acaba de inaugurarse en Japón

“En lo más profundo del corazón de una mujer, vive un sueño esperando a despertar”. La frase la pronunció Christian Dior hace casi setenta años cuando sus maravillosas creaciones ideadas entre las paredes de su atelier en el 30 de la Avenue Montaigne en París despertaban los deseos del público femenino alrededor de todo el mundo. 

La precisión, el detallismo y el buen gusto con los que conjugó su particular léxico estético hicieron de su sello una firma inconfundible que todavía hoy perdura en el imaginario popular y cuyas letras figuran impresas en oro sobre las páginas de la historia de la moda. Un legado imborrable al que han sabido dar continuidad durante estas décadas, y tras la repentina desaparición del modisto en 1957, desde Marc Bohan a Maria Grazia Chiuri pasando por Yves Saint Laurent y John Galliano. Su labor al frente de la 'maison' podría resumirse con una concisa aunque significativa frase: mantener vivo el sueño. 

Eso es precisamente en lo que bucea la nueva exposición que la casa parisina acaba de inaugurar en Japón, bajo el nombre de 'Christian Dior: Designer of Dreams' en el emblemático Museo de Arte Contemporáneo de Tokio. Tras haber acaparado la atención y el éxito de miles de visitantes tanto en Nueva York como en París y Londres a lo largo de los últimos años, esta nueva etapa de la muestra se reinventa para analizar la profunda amistad que une a Dior con Japón, un viaje en el espacio y en el tiempo que se prolonga con piezas totalmente inéditas de archivo que relatan el vínculo privilegiado que el creador mantuvo con este país, con quién compartía el sentido de la excelencia y del detalle.

Con 350 piezas de Alta Costura convertidas en el andamio narrativo principal, el arquitecto Shohei Shigematsu ha concebido un fabuloso espacio donde recorrer, estancia tras estancia, las diversas facetas en las que la cultura nipona sirvió a Dior como inspiración para sus diseños. Tras sus diversas colaboraciones durante las versiones anteriores de la exposición en múltiples ciudades, el arquitecto declaraba que “ha sido una oportunidad emocionante para repensar y recontextualizar continuamente la retrospectiva en respuesta a su entorno local específico, muy parecido a la propia expedición e influencia global de Christian Dior”.

Todo en colaboración con la comisaria Florence Müller, que declaraba el mismo día de la inauguración que “Dior tenía mucho respeto por la cultura tradicional japonesa y escribió sobre ella en sus memorias”. 

Desde las influencias artísticas del modisto hasta su amor por los jardines y, sobre todo, por las flores, desde la suntuosa magia invocada en los bailes versallescos hasta su fascinación por la riqueza creativa de Japón; todo tiene cabida en la exposición donde además se permite al visitante descubrir valiosos documentos de archivo, la mayoría de los cuales nunca se habían mostrado en público.

En este evocador y visualmente impactante paseo se pueden descubrir una variedad de temas que han empapado el universo Dior, incluido el Colorama, un espacio colorido y cromático que muestra los accesorios de la firma, desde cosméticos hasta sombreros, desplegados sobre una pared infinita que, como si se tratara de un cuadro, se disponen en un degradado que va desde el blanco hasta el azul.

Otro de los puntos destacados es un jardín encantado confeccionado a base de piezas de papel ideado de la artista Ayumi Shibata, mientras que las creaciones diseñadas por los diferentes directores artísticos de Dior se exhiben junto con las fotografía de Yuriko Takagi, creada especialmente para esta exposición.

Llama la atención también la galería por la que se puede contemplar la evolución de uno de los iconos incontestables de la enseña: el 'Lady Dior'. A modo de túnel el espectador se ve inmerso en los diferentes modelos e intervenciones artísticas que este bolso, que se presentó por primera vez en 1994 bajo la dirección creativa de Gianfranco Ferré. Inicialmente, recibió el sobrenombre de 'Chouchou', que en francés significa "la favorita", y solo se le cambió el nombre un año después, cuando se le regaló a la princesa Diana de Gales, quien lo popularizó.

Una vuelta al mundo de inspiraciones que han dado forma al estilo Dior temporada tras temporada y que cobra vida en un decorado animado. Como sorpresa final, esta experiencia pone la nota final con el vestido elaborado por Penny Slinger en homenaje a la icónica fachada del 30 de la Avenue Montaigne. Cuando el país del Sol Naciente se encuentra con el sueño Dior, del arte a la moda.