Chandon Garden Spritz, un aperitivo de lujo

Dulce, risueña y creativa, Ana Paula Bartolucci, enóloga en Chandon Argentina, ha creado una chispeante bebida con burbujas y el equilibrio perfecto entre dulzura y amargura: Chandon Garden Spritz. Para disfrutar aún más del vermut.

Imagen cedida por Chandon.

Esa musicalidad argentina tan seductora acentúa su encanto. Sentada tomando un mate, la primera mujer en trabajar en Chandon Argentina y la más joven de todo su equipo de innovación, nos desvela los secretos de una bebida innovadora, una mezcla de vino espumoso y licor artesanal elaborado con naranjas orgánicas de origen local, maceradas con hierbas y especias seleccionadas. Ana Paula Bartolucci nos descubre los secretos de Chandon Garden Spritz y de todo un estilo de vida. «Los argentinos adoramos las bebidas "bitter" y el momento del aperitivo, seguramente porque bebemos mate desde chiquitos y por la influencia de españoles e italianos», explica en la bodega de Mendoza, a los pies de los Andes, donde la compañía amplió sus dominios hace más de sesenta años para cultivar uva de calidad.

¿Qué tiene de especial este nuevo aperitivo?

El vino base tiene las variedades de uva chardonnay, pinot noir y semillon, de las que aquí tenemos una elaboración importante de una frescura propia. Lo que más me gusta es su elaboración 100 % artesanal, todo lo hacemos aquí, desde la selección y el pelado de las naranjas hasta los macerados, esto habla de la calidad del producto. Como enóloga me gusta estar muy encima de todo el proceso y de los detalles.

Chandon Garden Spritz se sirve en copa grande de vino, con dos hielos, una rodaja de naranja seca y una ramita de romero.

/ Imagen cedida por Chandon.

¿En qué te inspiraste para idearlo? 

Todo viene del gusto que tenemos los argentinos por el sabor amargo y de nuestra costumbre de hacer el aperitivo antes de la comida, ese momento tan festivo de picar, que nos encanta como a vosotros. Había que traducir el mundo de lo amargo a los espumantes, empezamos con limones y pomelos y acabamos con las naranjas del norte de Argentina, una materia prima de mucha calidad en la que somos uno de los principales exportadores. Yo vengo de un mundo muy familiar, y mi premisa era hacerlo de forma tradicional, como se preparaba antes en casa con limoncelos y otros licores.

¿Cómo fue el proceso hasta llegar a esta receta ideal? 

Lo que más me gusta ha sido lo más difícil: su equilibrio sutil en boca. Fuimos probando los licores con los macerados hasta llegar a una mezcla que invitara a seguir bebiendo. En la propuesta 37, volvimos a empezar, pusimos más azúcar (aunque contiene la mitad que otros Spritz) hasta la opción 67, donde dimos con algo diferente y delicioso. 

¿Cómo te gusta maridarlo? 

En una comida con un risoto de setas, o una asiática picante, sushi o sashimi. También para un almuerzo ligero y fresco con una focaccia o sándwich de atún. Y en plan tapeo, con queso cheddar viejo o ¡con tortilla y jamón!

¿Cómo te sientes al ser la primera mujer en trabajar en Chandon Argentina?

Para mí es un orgullo formar parte de esta empresa con más de 60 años de historia. Por suerte, la industria vinícola ha ido cambiando en los últimos años; yo a lo largo de mi carrera nunca he sentido dificultades por ser mujer, al contrario. Siempre digo que la posibilidad de llevar equipos o desarrollar tu creatividad es una cuestión de personalidad, no de género ni de edad; es un desafío constante.

Bodega Chandon en Mendoza, Argentina, una de las 6 que hay en todo el mundo.

/ Imagen cedida por Chandon.

¿Las mujeres tienen una sensibilidad especial para el vino?

En mi caso, tengo mucha energía, creatividad y me gusta innovar. Creo en el trabajo de equipo, que se va enriqueciendo con la aportación de cada uno, sus recuerdos olfativos, su trayectoria… Para mí lo que manda es la personalidad.

Transmites la pasión de la juventud, ¿cómo te influye la experiencia de los más veteranos?

La tradición es un pilar básico en Chandon, pero si se puede cambiar algo para mejorar, se hace. Los enólogos jóvenes aquí hemos tenido la suerte de trabajar con otros que suman años y experiencia, nos aporta mucho, y a su vez ellos tienen la mente abierta. Una bebida así, por ejemplo, es una puerta de entrada para los jóvenes al mundo de las burbujas.

Los viñedos de Chandon, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.

/ Imagen cedida por Chandon.

¿Qué te aportó la experiencia de viajar antes de volver a tu país y llegar hasta tu puesto en Chandon?

Aprendí a estar sola, a valorar otras culturas, me conocí mejor y crecí personalmente. En España me acogieron como a una más de la familia en una bodega muy pequeñita de La Mancha, algo que yo ahora hago igual cuando vienen aquí. 

¿Cómo accediste a tu trabajo soñado?

Tras un proceso de selección con más de 400 personas que duró 6 meses. Sabía que era una oportunidad de esas que surgen una vez en la vida. Los cinco finalistas estábamos al mismo nivel académico y de inglés, y me dije: «Exprésate como tú eres, ve y diviértete». Después vino una inmersión total.

¿Cuál es el secreto de la marca y su espumoso para ser reconocidos por muchos como los mejores?

Calidad, tradición e innovación, si no nunca hubiéramos podido sacar un producto como Chandon Garden Spritz. Somos seis bodegas en el mundo y eso tiene muchas ventajas, sabemos lo que ha funcionado y lo que no cada temporada... eso nos hace fuertes. Cada espumoso tiene las características del lugar de donde proviene y todas las botellas tienen una etiqueta en la que se especifica su lugar de origen. 

¿Cuáles son tus próximos retos?

Perseguir otros productos nuevos, un día me gustaría mucho liderar la parte de innovación global en la compañía. A nivel personal he sido mamá hace poquito, así es que con un bebé de un año, entre el trabajo y la familia estoy bien ocupada.

Chandon Garden Spritz es una mezcla de vino espumoso y licor de naranjas orgánicas fácil de tomar, ideal para compartir.

/ Imagen cedida por Chandon.