Alejandra Quereda: “En la gimnasia llevamos al límite nuestro cuerpo, pero también nuestra cabeza”

Alejandra Quereda nació en Alicante el 24 de julio de 1992, víspera de la inauguración de los Juegos Olímpicos en Barcelona. Fue subcampeona olímpica de conjuntos en Río 2016 y ahora, otros Juegos, los de París 2024 son su meta como seleccionadora nacional de individual y conjuntos de gimnasia rítmica.

Anya Bartels-Suermondt

Por el camino se quedaron los Juegos de Tokyo. Desde la inclusión de la gimnasia rítmica como deporte olímpico en 1984, era la primera vez que el equipo español no acudía con ninguna representante a la cita olímpica lo que, reconoce, “fue un mazazo duro, nunca mejor dicho”.

Después de darlo todo en el tapiz y conquistar la medalla de plata en Río, las integrantes del “Equipaso” que Quereda capitaneba, pusieron fin a sus carreras deportivas y llegó el momento del relevo generacional. “La transición no se hizo todo lo bien que se hubiera deseado y llegamos tarde a Tokyo, pero lo bueno es que tenemos un equipo joven, competitivo, con mucho talento y ganas de trabajar. Estamos en el camino a París 2024 y espero que el esfuerzo dé sus frutos y alcancemos grandes metas”.

“El mayor reto es dotar al conjunto de experiencia, que crezcan y maduren como equipo y se hagan un hueco en el panorama internacional de este deporte”, explica Quereda. Para lograrlo, “no hay otro camino que la exigencia” y, por ello, este es el rasgo que mejor define su trabajo como seleccionadora. Pero “aunque la exigencia es muy alta, el ambiente es muy bueno e intento que disfruten como lo hice yo. El haber sido gimnasta y tenerlo tan reciente, me ayuda a ponerme en su piel, a empatizar muchísimo, a comprender sus sentimientos y lo que pasa por sus cabezas. No podemos olvidar que en los inicios tratas con deportistas que son niñas y se convierten en adolescentes y mujeres. Tienes que estar a su lado y entender todas esas etapas”, destaca.

Anya Bartels-Suermondt

Cuerpo y mente

Con su experiencia como gimnasta, toda una vida sobre el tapiz y más de 40 medallas en un palmarés brillante, Quereda conoce de primera mano la presión que se puede llegar a sentir en este deporte durante los años que vives en la élite. “Son años de esfuerzo y te la juegas en un minuto y medio o dos minutos y medio. Aquí cada error te penaliza, no puedes ir perdiendo y remontar como en otros deportes”, explica.

Lo mismo ocurre en la gimnasia artística y, por ello, Quereda solo tiene palabras de apoyo y comprensión para la estadounidense Simone Biles, que en Tokyo decidió retirarse del concurso por equipos y también de algunos individuales para cuidar su salud mental. Como señala, “ha sido un ciclo olímpico atípico, marcado por la pandemia y eso se lo ha puesto difícil a todos los deportistas”. Además, “nuestra preparación física es brutal, llevamos el cuerpo al límite, pero también la cabeza. Lo que le ocurrió a Biles fue un baño de realidad para muchos. Creo que fue muy valiente al tomar esa determinación porque mente y cuerpo deben estar conectados para no poner en riesgo tu cuerpo y tu salud”.

Anya Bartels-Suermondt

Mujer y deporte

Las palabras de Quereda cobran más sentido aún al recordar que la alicantina es médico. Compaginó la universidad con su carrera deportiva y tras su retirada, con 24 años, se centró en finalizar los estudios. Su futuro parecía estar en la medicina pero la llamada de la Real Federación Española de Gimnasia supuso un giro en su vida y le abrió las puertas a una nueva etapa que vive con ilusión y responsabilidad. “No entraba en mis planes -confiesa- pero la gimnasia rítmica me sigue emocionando y creo que podemos llegar a hacer cosas buenas por y para este deporte”.

En diciembre de 2019 Quereda fue distinguida por el Comité Olímpico Español como uno de los grandes referentes del deporte femenino español y en su nueva faceta como seleccionadora quiere ayudar además a que el deporte practicado por mujeres siga ganando reconocimiento y visibilidad en nuestro país. “Debemos poner en valor todo lo que las mujeres están haciendo por el deporte español”, destaca la medallista olímpica, al tiempo que agradece la labor de compañías como Iberdrola por “apoyarnos, ayudarnos y acompañarnos durante todo el camino, no solo el día que te cuelgas la medalla. La gente solo ve la competición pero lo más duro es el sacrificio del día a día y es muy importante recibir apoyo para cumplir nuestros sueños”.