Laura Escanes habla, desde su experiencia personal, sobre la parte más dura que conlleva la fama

La 'influencer' se abría en antena sobre uno de los mayores problemas que conlleva la fama: la anulación de la vida privada.

La reacción de Álvaro de Luna al ser comparado con Laura Escanes por su radical cambio de 'look'

Gtres

Parece que la exposición mediática da el derecho de recibir críticas o sufrir acoso sin una regularización. Estas situaciones son de lo más común en nuestro día a día, sin embargo, son muy dañinas para la persona implicada.

Los rostros reconocidos a ojos de la sociedad son los principales implicados y, ellos mismos, han salido a denunciar este tipo de abusos en numerosas ocasiones. El más reciente, el de Laura Escanes. Alberto Herrera mantenía una conversación con la ‘influencer’ española en la cadena Cope acerca de esa faceta no tan conocida de lo que supone la fama, llegando a incapacitar hacer vida con normalidad y atentando contra la privacidad de la persona; la modelo relataba en directo dos situaciones que ha vivido en su propia piel.

La primera, una amenaza directa en la que los protagonistas afirmaban saber cuál es su dirección exacta, acompañada de mensajes del tipo: “te voy a hacer de todo menos cosas bonitas” expresaba la comunicadora, quien denunció en comisaría esta actividad

"Es una situación de desprotección total"

La segunda, en el momento de su separación y búsqueda, en consecuencia, de una nueva vivienda. Laura relataba cómo los medios de comunicación reportaban el piso audiovisualmente en televisión y en formato escrito para papel, cuando todavía no era ni de su propiedad

 “Yo me acuerdo de los fotógrafos haciendome fotos desde la calle” narraba. "Es que no me puedo asomar más porque me van a hacer más fotos", con estas palabras detallaba el nivel de persecución que estaba sufriendo. Seguidamente, culpaba a ese tipo de contenido de recibir cartas de personas que desconocía. La modelo ejemplificaba este hecho con un texto de un chico en el que afirmaba haber encontrado su dirección por los artículos mencionados anteriormente.

Ante esta situación, Laura manifestaba: “Que sepan donde vivo, donde vive mi hija. Es una sensación de desprotección total”. Pero el problema no se queda ahí, ese sentimiento de inseguridad marcó su ritmo de vida, limitando sus interacciones fuera del domicilio. “Dejaba de quedar con quien sea, porque no quería que se pensaran que era mi pareja. Dejé de llevar a mi hija al cole por la mañana porque no querían que me sacaran fotos con ella”