¿Con qué sujetador combinar una camisa blanca? Guía para acertar con la lencería
La elección del sujetador es clave para que una prenda siente bien. El diseño, la copa, el contorno y, por supuesto, el color, son las variables a tener en cuenta antes de renovar la lencería.
Dicen las principales firmas de lencería que la mayoría de las mujeres lleva una talla errónea de sujetador. Por exceso o por defecto, muchas de nosotras no logramos acertar con el que mejor se adapta a la forma de nuestro pecho. Puede que sepamos bien la medida del contorno pero no acertemos con la copa o simplemente colocamos los tirantes excesivamente ajustados o el modelo escogido, aunque sea el que más nos gusta, no es el que mejor va a amoldarse a las características de nuestro cuerpo.
Lo principal es que sea cómodo y, a partir de ahí, podemos ponernos a hablar de la estética. Llegados a este punto entran en juego dos factores como son el de que resulte favorecedor, que nos sintamos a gusto con él puesto, y el de la ocasión para la que va a ser lucido. Es decir, hay sujetadores que por mucho que nos guste cómo nos quedan cuando nos ponemos la ropa encima no funcionan. Hacen marcas extrañas, se transparentan, se pegan al tejido... vamos, que tiran por tierra todo el estilismo en un solo minuto.
En concreto hay piezas de nuestro armario a las que nos cuesta verdadero esfuerzo encajar con un sujetador. Y una de ellas es la camisa blanca. Quién nos iba a decir que uno de los básicos por excelencia estaría bastante reñido con la lencería. Por eso nos hemos propuesto salir de dudas de una vez por todas sobre en qué debemos fijarnos.
Lo primero que pasa por nuestra cabeza es pensar que optar por uno en color carne es la mejor idea porque quitas el factor transparencia. Y así es. Solo hay que dar con el tipo de sujetador con el que más confortable te encuentres en la gama nude y colocar sobre el la camisa.
Pero esta alternativa tan conservadora no es la única ni mucho menos. Quita de la ecuación el blanco porque no conseguirás buen desenlace como tampoco lo harás con los de estampados animales, flores o de cualquier otro dibujo. En cambio sí que puedes atreverte a jugar con los tonos neutros o incluso con el negro si lo que buscas es precisamente explotar la vertiente más sexi y le añades el punto del encaje.
La variante más sorprendente pero que realmente funciona es la de hacer del rojo tu mejor aliado. Un sujetador e color rojo intenso logrará camuflarse de una manera que jamás hubieras pensado. La explicación está en los matices rojizos de la piel que hacen que casi se mimetice con la ropa interior y, por tanto, llegue a ser invisible bajo la camisa.
Más allá de la gama de colores, es imprescindible fijarse también en el estilo. Y aquí dependerá expresamente el patrón de la camisa porque determinará si necesitas lencería con o sin tirantes, con un escote más abierto o cerrado, que realce o reduzca... todo un universo de posibilidades que deberás probar hasta obtener la mejor conclusión.
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