Paula Cánovas del Vas: “La prenda más sostenible es la que dura”

De trabajar para firmas como Gucci o Maison Margiela a crear una firma propia basada en la artesanía y en una identidad visual muy potente. Así es la diseñadora murciana que ha conquistado el mercado asiático.

Paula Cánovas del Vas SS23

Desfile primavera-verano 2023 Paula Cánovas del Vas

/ Cortesía de la marca

“Esto es un no parar” explica Paula Cánovas del Vas, que, conectada desde Tokio, nos informa de la cantidad de trabajo que implica encabezar una firma como la suya: “La gente se piensa que es crear una colección, venderla y chao, pero es una industria que tiene mucho más”. Paula confiesa que nunca está de vacaciones, pero se muestra agradecida; “Es muy guay tener la oportunidad de venir aquí. Está siendo muy intenso, pero estoy muy contenta”. 

Desde que empezó el máster en la prestigiosa escuela de Central Saint Martins, su forma de trabajar ha sido la misma: “he sido siempre super buscavidas, cuando estaba haciendo la carrera siempre me busqué miles de trabajos porque necesitaba dinero: asistía a fotógrafos, a estilistas, he sido patronista, costurera,..”. Nos cuenta entre risas que haciendo el máster coincidió que una profesora suya estaba haciendo el vestuario de la película de ‘Bridget Jones’, y entre una cosa y otra, acabó confeccionando los velos para la boda de este emblemático personaje cinematográfico. “He hecho miles de cosas super random”, concluye la diseñadora.

Tras un ajetreado inicio en el mundo de la moda empezó unas prácticas para el Gucci de Alessandro Michele, donde aprendió cómo era trabajar para “una super marca, con lo que conlleva una empresa como Gucci, donde es todo muy complejo, y muy jerárquico también”. De la enseña italiana se llevó también un montón de telas de ‘stockage’ –es decir, sobrantes de producción–, con los que confeccionó su primera colección. Así nació una práctica a la que a día de hoy le sigue siendo fiel, que consiste en utilizar tejidos que ya existen, la mayoría reciclados o restos de ‘stock’ de firmas de alta gama tales como Dries Van Noten.

Semifinalista del Premio LVMH 2022 junto a Palomo Spain, después de Gucci la diseñadora continuó su aprendizaje en Maison Margiela mientras finalizaba sus estudios en Central Saint Martins. De su colección de graduación surgió su primer pedido –precisamente para Japón–, que de manera orgánica marcó el inicio de su firma homónima. Desde entonces han pasado tres años en los que ha ido tejiendo una red de producción bien medida, estableciendo a su vez una identidad propia. A sus 31 años sabe que “para una marca joven la repetición es clave”. La forma cóncava se ha convertido en un distintivo que primero utilizó en zapatos y bolsos y después trasladó a todo tipo de prendas. La exploración de los volúmenes en relación al cuerpo femenino le ha ganado la fama de creadora conceptual, pero más allá de la ropa, es en la presentación de sus colecciones cuando las referencias que maneja cobran sentido. “Nuestro vínculo con las prendas y lo que hacemos de ellas es más complejo que lo meramente visual”, proclama del Vas, cuya visión de la moda es multisensorial. 

Paula Cánovas del Vas SS23

Desfile primavera-verano 2023 Paula Cánovas del Vas

/ Cortesía de la marca

Así, abandona la tradicional pasarela por instalaciones que apelan a los sentidos e invitan a cuestionar lo establecido. “Tener un punto de vista es político”, dice. Y con cada decisión deja claro cuál es el suyo. Huir de encasillamientos ampliando tallajes y llevando el calzado hasta la 43, conocer el proceso de fabricación –es ella quien hace el control de calidad de cada producto–, utilizar tejidos que ya existen, y priorizar la calidad con la mentalidad de que “la prenda más sostenible es la que dura” son los pilares de su trabajo.

“Crear productos de calidad” ha sido siempre su prioridad: “para tener una buena marca, y una buena empresa, todo nace del producto”. La diseñadora confiesa que se pasa la vida en la fábrica, aunque en el futuro lo que le gustaría es tener la suya propia. “Así es como tienes el control de lo que sale. Cuando se conoce el proceso de producción es cuando se puede crear algo interesante”, defiende la murciana. “Aunque la marca parezca super creativa tenemos mucho rigor a la hora de hacer las cosas. Para sacar uno de nuestros calzados hay ocho artesanos involucrados”.

Paula Cánovas del Vas

Retrato de Paula Cánovas del Vas

/ Coco Capitán

En 2018 lanzaste tu proyecto personal. ¿Cómo fue ese momento en el que dices ahora me toca a mí?

Nunca he tenido ese momento de eureka. Es cierto que siempre he tenido una personalidad muy ligada a crear mi proyecto personal, siempre he tenido una visión bastante concreta de lo que quería ser. Soy bastante testaruda, tengo muy claro lo que me gusta y lo que no, cómo me gustaría hacer las cosas y cómo no, cómo me gustaría producir y cómo no. Pero la marca surgió de forma muy espontánea, fue a partir del Palais de Tokyo (donde la diseñadora presentó su primera colección en el marco de la Semana de la Moda de París). No invitamos a nadie pero vino mucha gente y de ahí surgió mi primer pedido, precisamente para Japón. Así empezó la marca, tuve esa oportunidad, pasó el tren y me enganché. 

Cada colección se inspira en ideas muy diferentes pero la identidad de tu firma sigue una línea clara ¿Cómo definirías el estilo general que te caracteriza?

Creo que el buen diseño es crear productos que tengan una estampa. Nuestros accesorios han sido desde el primer momento muy potentes. Es curioso porque normalmente la gente empieza a hacer accesorios mucho después, sobre todo las marcas pequeñas, porque es muy complejo. La forma cóncava del zapato se convirtió desde el principio en una seña de identidad, y la hemos usado para crear faldas, para crear bolsos, accesorios,... 

Me encanta investigar y tengo muchas ideas, a veces demasiadas, pero yo misma me retrotraigo porque creo que sobre todo para una marca joven la repetición es super importante. Me encantan las telas así como papelosas, el punto es algo que me apasiona, y sí que me gusta mucho jugar a distorsionar un poco los estándares de la figura femenina. Pero así en tres palabras resumiría la marca en volumen, color –creo que es algo bastante identificativo de la marca– y el utilizar técnicas artesanales y darles un giro más moderno. 

Paula Cánovas del Vas SS23

Desfile primavera-verano 2023 Paula Cánovas del Vas

/ Cortesía de la marca

Se han identificado tus diseños con la exploración de los códigos de género, ¿esta reflexión es intencionada o es algo que te han atribuido?

Era mi intención. Se muestra por ejemplo en una de las primeras instalaciones que hicimos, la de ‘See, Saw, Seen’ (a través de la cual la diseñadora presentó la colección de primavera-verano 2020), donde la reflexión sobre el género no surgió tanto de la ropa en sí sino de cómo el formato en el que la moda se presenta no ha cambiado desde los años 50. Siempre me ha parecido que hay una desconexión entre el día a día, cómo uno vive lo que lleva puesto, y cómo la moda se presenta a una audiencia pasiva utilizando el cuerpo de la mujer como un objeto. Y la cuestión era salir un poco de eso, reflexionar sobre cómo bajo mi punto de vista no hemos avanzado en ese sentido.

Haces también un esfuerzo porque tu ropa sea más inclusiva, con un tallaje más amplio por ejemplo. 

Totalmente. Al principio hacíamos hormas del 37 al 40 porque es lo que más se pide, pero ahora estamos haciendo el esfuerzo de vender hasta el 43. Mucha gente me pregunta cúal es tu musa y yo les digo que como mujeres hemos estado siempre tan encasilladas que eso es exactamente de lo que intento huir. Y por eso fabrico productos para que los tenga quien quiera, pero para que pueda ponérselos quien quiera tiene que haber un abanico de posibilidades. Es una inversión complicada, especialmente para una marca pequeña, pero yo tengo clarísimo que tiene que existir ese tipo de oferta. 

Paula Cánovas del Vas SS23

Desfile primavera-verano 2023 Paula Cánovas del Vas

/ Cortesía de la marca

Has comentado en alguna ocasión que puedes pasarte meses buscando referencias e inspiración para tus colecciones. ¿Por dónde sueles empezar? ¿Crees que esa base sobre la que se sustenta la colección es algo intelectual o más bien emocional?

Hay una parte de mí que es muy técnica –comprendo cómo se hacen las prendas a nivel técnico, el patronaje me apasiona–, y luego hay una parte que es mucho más conceptual, mucho más libre. Tengo que lidiar con esa dualidad de perspectivas, pero esa tensión entre la una y la otra es lo que creo que hace que la marca exista y que podamos movernos como marca creativa pero que también tiene una viabilidad comercial: yo soy diseñadora pero también soy empresaria. La marca –y yo misma– vivimos entre esta dualidad, entre dos facetas que me interesan por igual. Y cuanto más pasa el tiempo más me doy cuenta que una Paula vive y se nutre de la otra.

Pequeñas pinceladas -y a veces no tan pequeñas- de tu proyecto dejan entrever una reflexión social que va más allá de la moda ¿Crees que es posible hacer política a través de la moda?

Creo que hoy en día tener un punto de vista es político. Yo no me planteo si lo que hago es político o no, pero creo que la decisión de trabajar con una maquilladora como Crystal (@crystabelmakeup), que tiene una disciplina a la hora de los productos que utiliza, que ninguna de las marcas con las que trabaja tienen plástico, para mi eso puede tener un punto de vista político. 

Creo que como creativa –es un punto de vista muy personal– tengo una responsabilidad, y la moda es algo que bebe del momento sociocultural por el que estamos pasando. Entonces yo hago un esfuerzo por mantenerme informada sobre los estragos por los que pasa la gente que me rodea, mirar alrededor mío y entender cómo puedo responder mediante la ropa que hacemos a lo que está pasando en el mundo. Lo que hago lo hago de una manera muy intuitiva. Y hay colecciones que sí que han tenido un mensaje más claramente político pero al final creo que la base de todo está en el interés y en tener esa curiosidad, esa inquietud por tener un punto de vista. 

Tu familia está presente en tu proyecto de manera activa; tu madre hizo a mano el crochet de los zapatos de la colección de primavera verano del año pasado, y tu abuela estuvo pintando para el ‘scrapbook’ de la colección SS21…¿Cómo ha sido trabajar con ellas? 

No sé cómo seré como diseñadora pero lo que realmente se me da bien es convencer al personal para que me eche un cable. Me siento muy afortunada porque mi familia y mis amigos siempre me han apoyado mucho. Por ejemplo, el control de calidad lo hago yo… Sin dinero, que es como lo hemos hecho todo siempre. Si no tienes una estructura familiar y de amigos que te ayude es imposible. Antes me daba más corte pedir ayuda pero ahora tengo un morro que no veas. Trabajar con la familia a veces es duro pero cuando las cosas van bien es un orgullo de grupo.

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