El legado de Alessandro Michele en 9 claves que revolucionaron Gucci y con las que hizo historia de la moda
Desde traspasar (y derribar para siempre) las barreras de género a elevar el neorromanticismo como clave estética esencial. Repasamos algunas de las aportaciones inolvidables que marcaron el paso del diseñador por la firma italiana.
Sin previo aviso ni precedido por un aluvión de rumores que preparan a la audiencia. El anuncio de que Alessandro Michele abandonaba la dirección creativa de Gucci se hizo público el pasado 23 de noviembre y desde entonces las alabanzas hacia la figura del romano no han cesado. Aunque su figura ganó protagonismo de cara a la galería desde que debutara con su primera colección como director creativo en 2015, Michele ha formado parte de la enseña durante los últimos 20 años, concretamente desde que fuera contratado por Tom Ford para formar parte de su equipo. De ahí que su implicación fuera tan personal e intensa.
Lo explicaba él mismo en la nota de prensa que acompañaba el anuncio del cese de su relación con la empresa. “Hay momentos en los que los caminos se separan por las diferentes perspectivas que cada parte tiene. Hoy termina para mí un viaje extraordinario, de más de veinte años, dentro de una empresa a la que he dedicado incansablemente todo mi amor y pasión creativa. Durante este largo período, Gucci ha sido mi hogar, mi familia adoptiva. A esta familia extensa, a todos los individuos que me han apoyado y cuidado les mando mi más sinceros agradecimientos”.
Llenar los zapatos de Frida Giannini, a quien sucedió a finales de 2014, no era una tarea fácil cuando se enfrentó por primera vez a esta vertiginosa tarea. Especialmente dado el cariz hipersexualizado y femenino que la diseñadora había imprimido a sus creaciones durante más de una década. De ahí que la decisión más inteligente de Michele, aunque poco comprendida al comienzo, fuera dar un golpe de timón estético y apostar por algo completamente diferente y que, sin embargo, tomaba el pulso al signo de los tiempos que estaban por venir.
Inconformismo, romanticismo e intelectualidad fueron los tres ingredientes principales de los que quiso partir para dar forma a su iconoclasta visión, no solo de Gucci en sí misma como marca sino de lo que la moda del nuevo milenio en general debía representar. Adentrarse en su universo no siempre era sencillo y desde luego primaba una querencia a ahondar en cuestiones que superaban lo estilístico para coquetear con lo filosófico o lo social.
La línea de razonamiento de Michele nunca fue lineal. Las colecciones que creaba eran auténticos caleidoscopios, tan diversos visualmente como infundidos por significados a veces impermeables a interpretaciones elementales. En Gucci, Michele ha llevado sus colecciones a lugares de encanto esotérico e inquietante: la Promenade des Alyscamps de Arles, una antigua necrópolis, o los Musei Capitolini de Roma con vistas a los Fori Imperiali, donde los restos arqueológicos emiten vibraciones de esplendor y decadencia. Desde sus puestas en escena a las colaboraciones con creativos emergentes o personajes clave del universo cultural contemporáneo, la herencia que nos cede es tan grande que estas nueve claves que repasamos no son suficientes para abarcar todo su legado pero sí para tener una visión general.
2015: un comienzo prometedor
Tras la salida de Frida Giannini, la sucesión de Michele al frente de Gucci se precipitó de cara al desfile de hombre ese mismo mes de enero. Al inesperado giro andrógino de sus diseños entre los que destacaban camisas sedosas con abultados cuellos cerrados con una lazada, así como la inclusión de algunas modelos femeninas, se le puso la guinda definitiva con el accesorio estrella que perduraría durante varías temporadas y se convertiría en una de las nos pocas piezas superventas del diseñador: el mocasín destalonado forrado de pelo. Descrito como una incongruencia y una excentricidad irreverente en un primer momento pero que demostró conectar con el público instantáneamente.
2016: lenguaje universal
Solo le hizo falta un año para acaparar la mayoría de las conversaciones que se generaban en los círculos más entendidos de la industria y ser descrito como todo un mesías. En el crisol estético en el que convirtió sus colecciones destacó la esta temporada, una en la que las referencias históricas a Catalina de Medici se mezclaban con los retazos vintage de la indumentaria deportiva de los años 70. Aquí fue precisamente donde hizo aparición en algunas prendas y accesorios la que se convertiría en una de las frases de referencia de la enseña durante los siguientes años: Blind for Love (L'Aveugle Par Amour) o Ciego de amor traducido al castellano.
2017: un nuevo renacer
Fascinado por la cultura urbana underground y la corriente estética vintage que celebraba la originalidad e individualidad de los años 70 y 80, Michele invocó un nuevo espíritu joven e irreverente en el que le acompañaban ídolos de masas actuales como el actor Jared Leto (que poco a poco fue convirtiéndose en un alter ego idéntico físicamente del propio creador) o la cantante Florence Welch. El barroquismo de las prendas, llenas de volantes y chorreras, mezclado con giros sartoriales de trajes de chaqueta entallados y con deslumbrantes estampados así como una cierta reminiscencia a tienda de segunda mano británica ya se había hecho un hueco en el imaginario del público empezaba a encumbrar a como una de las firmas que más éxito de ventas cosechaban.
2018: para perder la cabeza
Aunque no destacaran por su utilidad, desde luego sí se convirtieron sin ninguna discusión en el accesorio más exitoso de la temporada Otoño/Invierno 2018. Hablamos de las cabezas cortadas que algunos de los modelos lucieron bajo el brazo mientras recorrían la pasarela y que más tarde supimos que tardaron seis meses en fabricarse a tamaño natural. Para rematar la temática de cyborgs también se incluyeron desde cuernos, dragones bebés, iguanas hasta, lo que es más poético, un tercer ojo. Tres meses después, el primer lunes de mayo, Jared Leto, acudió vestido de Gucci de pies a cabeza para la Gala del Met, cuya temática giraba en torno al camp, con un vestido rojo brillante hasta el suelo y joyas corporales con incrustaciones de diamantes de imitación y completado con una réplica de su cabeza (melena castaña incluida) entre las manos.
2019: el poder está en el mensaje
Una serie de chaquetas de fuerza reformuladas en tonos beige fueron las prendas con las que arrancó un desfile de potentes pretensiones dirigidas a hablar sobre la salud mental. “Biopolítica”, dijo Michele en la nota de prensa con la que lo presentaba, “es el poder sobre la vida y el cuerpo. El poder que legitima unas existencias, confinando otras. Un poder que impone conductas y caminos, que prescribe umbrales de normalidad, clasificando y refrenando la identidad, y encadenándola a lo preconcebido.” Citando al filósofo francés Michel Foucault en su inspiración, las chaquetas representaban que a través de la moda, el poder es la fuerza máxima que se ejerce. La modelo Ayesha Tan Jones incluso hizo su propia protesta personal escribiendo "La salud mental no es moda" en la palma de su mano. Michele explicó que los diseños bloquean y restringen para anonimizar al individuo, y van más allá de la expresión individual para reflexionar sobre la uniformidad.
2020: de dentro hacia fuera
Siempre dispuesto a subvertir todo lo esperado, Michele dio la vuelta a los esquemas tradicionales para la presentación de la pasarela Otoño/Invierno 2020. Lo hizo brindando una mirada íntima que llevaba al espectador detrás de escena, donde los peluqueros y maquilladores se mostraban preparando a los modelos para salir. Cuando sus looks estuvieron completos, las modelos se acercaron a la pared de vidrio transparente para girar en el carrusel.
2021: cien años en buen compañía
La fecha estaba marcada con letras de oro en el calendario de la firma. Se cumplía un siglo desde la creación de Gucci y semejante onomástica requería un despliegue a la altura de las circunstancias. Y vaya si lo estuvo. Bajo el nombre de Aria, la colección recogía los códigos ecuestres históricos de la casa, dándoles un giro fetichista en el que las modelos zarandeaban el látigo mientras avanzaban por la pasarela. También repitió uno de los mayores éxitos de Tom Ford, el esmoquin de terciopelo rojo del otoño de 1996 que popularizó Gwyneth Paltrow. Pero la sorpresa mayúscula fue la colaboración con Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, en la que ambos establecieron una conversación estética que declinaba los códigos de ambas visiones para crear una amalgama que llevaban a un nuevo nivel el concepto de icónico.
2022: derribar géneros
Desde que Alessandro Michele y Harry Styles confluyeran en una relación creativa imparable, ir más allá de los límites de la industria fue uno de sus grandes objetivos. Desde su aparición en la gala del Met en 2019 con una camisa negra de gasa transparente, el dúo evolucionó hasta llegar a crear una colección conjunta lanzada este mismo invierno y bautizada como HA HA HA. En ella trabajaban la visión compartida de la sastrería como un instrumento del vanguardismo para actualizar la cultura masculina, el uso diario y funcional de un armario de ensueño. Una exhibición de una vanidad masculina libre de la hipocresía y los falsos reparos que dictan los convencionalismos.
2022: doble o nada
Como si se tratara de una apuesta, o más bien de un órdago a la grande. Michele puso todas sus cartas sobre el tablero el pasado septiembre en Milán. A sabiendas quizás de que sería su último desfile al frente de Gucci, hizo un despliegue soberbio que disertaba sobre la identidad. Dividiendo a los asistentes en dos a través de un tabique forrado desde el techo hasta el suelo, se sucedieron dos espectáculos simultáneos que no se entendieron a medias hasta que los últimos modelos se abrieron paso por la pasarela. Luego, la pared de se levantó, revelando otro conjunto de gradas y otro conjunto de modelos con apariencias idénticas. Para el final, las gemelas emergieron de lados opuestos del set, estiraron sus brazos a lo largo de la pasarela y unieron sus manos: “Iguales, pero no iguales'', como entonó Marianne Faithfull en la banda sonora.
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