El triunfo del maximalismo y cómo ‘Emily in Paris’ predijo el espíritu que dominará el armario en 2023
La época festiva ha terminado pero las lentejuelas, las plataformas y el brillo se resisten a abandonar el vestidor. Te contamos por qué la ropa de fiesta será tu aliada perfecta este nuevo año.
No ha pasado tanto tiempo desde que ir al cine era un evento social digno de las mejores galas. Cada sala tenía un piano para acompañar la cinta con música en directo, donde mujeres con zapatos relucientes y enormes abrigos se dejaban ver contoneándose del brazo de hombres trajeados que desprendían el característico perfume del fijador en polvo que se estilaba en aquella época. Ahora que vamos a ver una película vistiendo un chándal de Adidas o unos vaqueros rotos de Diésel, al recordar esta escena nos puede parecer un tanto exagerada, un dramatismo de tiempos pasados que pueden, o no, parecernos mejor. Y es que buena parte del siglo pasado, y por supuesto del actual –con Virgil Abloh como mesías–, han sido testigos de una relajación de los códigos de vestimenta que ha culminado en la introducción del streetwear en el intocable santuario de la Alta Costura.
La historia del calzado refleja este cambio mejor que ninguna otra. Si anteriormente existía una clara distinción entre los zapatos diseñados para un atuendo casual, como podían ser unas sandalias Birkenstock o unos Kickers, y aquellos que pertenecían a un ámbito más formal, como los mocasines o los zapatos de baile, la aparición del streetwear sobre la pasarela ha hecho cada vez más indistinguible ambas categorías, convirtiendo la mezcla de traje y deportivas en un estilismo ganador, a la vez que versátil, que nos sirve tanto para salir a tomar algo con las amigas como para acudir a la oficina. De esta disolución de fronteras nacen colaboraciones como la de Birkenstock con Manolo Blahnik, quien revistió las famosas sandalias con su icónica hebilla joya: símbolo del triunfo reciente de las prendas confortables, que, sin embargo, se revelan perfectamente compatibles con la ostentación.
Y es que una vez probado el chándal como uniforme diario, es muy difícil renunciar a su comodidad (palabra clave para este 2023). El efecto de la pandemia se ha dejado notar en el impensable triunfo de las Crocs, la vuelta de la plataforma –que olvida los tacones de aguja en el fondo del cajón– y la popularidad de prendas como el chándal de cachemir de Burberry o las sudaderas de Hugo Boss –firma tradicionalmente conocida por su impecable sastrería–. De esta forma proliferan estilismos que mezclan el streetwear con prendas más formales, una combinación que dominan celebridades como Kendall Jenner o Gigi Hadid.
A pesar del triunfo del confort en el armario, la relajación de las restricciones sanitarias que comenzaron en 2021 nos hicieron volver a pisar la calle con más fuerza que nunca. ‘Revenge dressing’ o moda dopamina son dos categorías que no dejamos de leer en referencia a una explosión de color, de texturas y de combinaciones atrevidas que han seguido a la pandemia. Y la reina de todo este revuelo es, sin lugar a dudas, Emily, el personaje que encarna Lily Collins en la controvertida y tremendamente adictiva serie de Netflix ‘Emily in Paris’.
Unas plataformas de Malone Souliers para morirse –elevaban a Emily nada más y nada menos que 13 centímetros– terminadas con un broche enjoyado en forma de corazón es lo que eligió la protagonista para dar un paseo por el Jardín de las Tullerías. Para visitar a un viejo amigo en el hospital escogió una chaqueta de Andrew GN con unas hombreras de todo menos discretas, igual que los botones joya que cerraban la prenda. Los improbables estilismos de Emily, que incendian las redes sociales cada temporada, serán la referencia para vestirse en 2023, sin importar que el evento sea una tranquila tarde en la biblioteca, un café con una amiga o un encuentro con el último chico de Tinder.
Y es que arreglarse en 2023 tiene un significado más ambiguo que nunca. Lejos queda la división del armario entre las prendas apropiadas para pasar el tiempo libre, aquellas destinadas a los eventos de negocios, y las que se reservaban para las ocasiones más especiales, como las celebraciones familiares. En el caos que impera actualmente en el vestidor, la moda formal se reinventa. Aquellas prendas más ruidosas, como las adornadas con lentejuelas, son apropiadas tanto para salir a bailar como para salir a hacer la compra, y la clave de su versatilidad no es más que el estilismo que haga encajar la prenda con cada escenario.
El triunfo de las prendas maximalistas ha sido redondo. En comparación con la época pre-pandémica, los vestidos de lentejuelas han crecido en ventas un 52%, mientras que los tacones han multiplicado su crecimiento en un 121%. Los expertos en moda avalan estos números: casi el 40% espera que la vestimenta formal sea una de las tres categorías que aumenten su popularidad en 2023, según apunta una encuesta de Business of Fashion. Una tendencia que va mucho más allá de esa trillada expresión ‘vuelta a la normalidad’, bajo la cual se produjo un boom de celebraciones, bodas y toda clase de eventos especiales que necesitaron de una inversión en el vestidor, y, por supuesto, mucho más allá de la temporada festiva que, acabando enero, ya tenemos casi olvidada.
A pesar de la generalización del sentimiento de querer arreglarse para cualquier evento, por cotidiano que sea, una encuesta de Business of Fashion revela que el 72% de los consumidores no está dispuesto a sacrificar el confort para ello. Es decir, no vale cualquier zapato de fiesta. Prueba de la caducidad de la frase ‘para presumir hay que sufrir’ es el hecho de que las búsquedas de tacones de plataforma han crecido un 75% entre 2021 y 2022, terminando de rematar el olvido de los stilettos. A cambio, triunfarán el calzado plano enjoyado, el tacón kitten y los mocasines, de todos los colores y formas.
La moda de 2023 viene pisando fuerte, y todo apunta a que sus intenciones son hacernos brillar. Y quién sabe, quizás volvamos a acudir al cine con enormes abrigos de pelo y guantes hasta los codos mucho antes de lo que esperamos.
Síguele la pista
Lo último