La combinación de Marta Ortega para ir de boda que no esperábamos quedase tan bien
Maxi jersey calado sobre vestido lencero ha sido el elegante mix por el que ha apostado la hija de Amancio Ortega para ejercer de perfecta invitada en el enlace de Pedro Bravo y Carlota Pérez-Pla.
Por fin este año se han podido celebrar muchas de las bodas que fueron aplazadas por la pandemia y eso significa que hemos tenido la oportunidad de ver muchas y muy variadas opciones con las que convertirse en la invitada perfecta en este tipo de ceremonias. La más habitual sigue siendo la del vestido, ya sea en versión larga o corta, pero, afortunadamente para las amantes de los looks más originales, hay otras alternativas igualmente elegantes.
No creas que nos referimos a sofisticados monos o a trajes, que también, sino a la gran oferta que se nos presenta con cada una de las prendas y las mil y una combinaciones que ofrece cualquiera de ellas. ¿Por qué rendirnos a llevar todo de manera tradicional?
El enlace entre Pedro Bravo y Carlota Pérez-Pla ha congregado en Gijón a multitud de rostros conocidos entre los cuales se encontraba Marta Ortega. La empresaria acudió acompañada por su marido, Carlos Torretta, y fiel a su estilo cargado de personalidad no creas que se decantó por un diseño habitual en este tipo de ceremonias sino que sorprendió a todos con un estilismo que nada tenía que ver.
La heredera del grupo Inditex confió en Valentino, responsable de su vestido de novia, cuya firma era la responsable tanto del vestido lencero de largo midi y escote en uve en un delicado tono topo como del jersey de punto grueso calado en color chocolate que aparecía superpuesto y que dejaba a la vista parte del especial slip dress gracias a su efecto red tan especial.
Una combinación sorprendente que nunca hubiéramos creído sentaba hasta que lo hemos podido comprobar gracias a Marta Ortega, quien le añadió como complementos unos pendientes en forma de gota, un minibolso de ante en la misma gama cromática -también fue su elección para la manicura- y unos zapatos de Bottega Venetta cuya característica principal, además del hecho de estar forrado de strass, era su arquitectónico tacón.
Melena recogida de manera natural con los mechones delanteros sueltos enmarcando el rostro fue su elección beauty junto con un maquillaje que también jugaba con las tonalidades hasta dar el mejor de los resultados.
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