Desmontando el bolso de la temporada
Lo firma IKKS, se llama The 1 y ya apunta manera de superventas.
Dice Marianne Dreuilhe, directora de estilo de IKKS, la firma roquera por antonomasia, que se puede saber mucho de una persona por el bolso que lleva. "Andando por Nueva York con mi equipo, vi pasar a una mujer y, por el bolso que llevaba y cómo llevaba, pensé: es francesa", explica la creadora. Así empezó todo. "Me empeñé en crear un bolso que destacase, que se reconociese, que identificara la elegancia francesa en cualquier parte". De nombre The 1, es la última adición a un departamento de bolsos que no deja de crecer.
Se inspiró en Nueva York.
Cada año, Marianne y su equipo vuelan a la Gran Manzana en busca de inspiración. ¿Por qué Nueva York? . El Meatpacking District solía ser su lugar favorito porque, mientras trabajaba en Fast Company, holding de Theory, allí vio fraguarse una nueva idea de la moda. "Estaban las oficinas de Theory, con Olivier Theyskens al frente; Diane Von Furstenberg; el Soho House, donde podías cruzarte con Beyoncé y Jay-Z. En un barrio que antes era de carniceros. Me gustaba esa paradoja". Aunque ahora son Brooklyn, NoLita y el West Village los que llevan la voz cantante, pero Nueva York sigue siendo una fuente de ideas para la diseñadora. "Tiene una mezcla de culturas y tendencias que siempre me inspiran". Y el bolso The 1 no fue una excepción. "Empecé a pensar en aquella mujer que habíamos visto por la calle. En lo que la hacía tan francesa. Y empecé a preguntarme cómo sería el bolso que una francesa llevaría a Nueva York, a cualquier parte, y la identificaría", comenta. "Cuando empecé a diseñarlo tenía todas esas imágenes de la ciudad en la cabeza. De su arquitectura. Para mí Nueva York es en blanco y negro. Tal vez por las fotos de Peter Lindbergh. Pero también las de Chris Colls. Con él hicimos la campaña hace dos años, protagonizada por Laetitia Casta. Me encanta su trabajo, y su punto de vista de la ciudad. Así que mezclé esa energía, las líneas gráficas de los edificios y el toque francés. Quería mezclar el espíritu de Nueva York y el ADN de IKKS, y así nació The 1".
Tuvo carta blanca creativa
Ni briefing ni pautas dictadas por un algoritmo. La única premisa a seguir era que "tuviese sentido dentro de la oferta de la firma", explica Marianne. "En algunas firmas los accesorios suponen hasta el 80% de las ventas. La presión es enorme. En nuestro caso el fuerte es el prêt-à-porter, pero dar fuerza al departamento de bolsos es una parte clave de nuestra nueva estrategia. Eso sí, queremos hacerlo con cabeza. No lanzar 20 modelos distintos al año ni 200 declinaciones del mismo modelo", explica. Se trataba de completar y a la vez complementar la oferta. "El 1440 trata de funcionalidad, de poder llevar toda tu vida en un bolso. El 111 era una cuestión de libertad, de poder personalizarlo para reflejar tu personalidad. Y con The 1 quería hablar de elegancia, de sofisticación, de minimalismo y personalidad francesa. He trabajado en otras casas de moda, de Saint Laurent a Jil Sander, y tengo que admitir que aquí tengo más libertad. Más espacio para jugar. Lo que no significa perder la cabeza. IKKS es una firma conocida por ser real. No tengo ninguna intención de disfrazar a las mujeres. Lo que quiero es darles confianza, seguridad, belleza. Con este bolso la idea es traer sofisticación y elegancia de una manera realista, que se pueda llevar a cualquier hora y en cualquier momento".
No puedes ignorar las tendencias, pero tampoco dejar que te gobiernen. La clave es traerlas a nuestro terreno. Todo lo que hacemos tiene que identificarnos, sobre todo en un mercado tan abarrotado como el actual
Tardaron cuatro meses en gestarlo
Desde el momento en el que empezó a darle forma en su cabeza hasta que lo tuvieron listo para llegar a las tiendas. "Un mes para diseñarlo. Dos semanas para finalizar el diseño. Lo construimos. Con The 1 hicimos hasta tres prototipos. Incluso diseñamos un nuevo cierre. Luego hay que hablar con los proveedores; ahí empieza el toma y daca. Se concreta todo: el tipo de piel, los colores, la cadena, el diámetro de los ojales, el tono del metal... Son muchos pasos, pero nos movemos rápido".
El nombre no es casualidad
Igual que tampoco lo era en el bolso 1440 -que, pensado para llevar la casa encima, hacía referencia al número de minutos de un día en la ajetreada vida de la mujer moderna- ni el 111 -un guiño a las tres partes que se podían mezclar y conjugar en el primer bolso personalizable de la casa-. "Lo llamamos The 1 porque es un bolso esencial. El que llevas para todo, con todo. El que nunca que te va a fallar. Puedes combinarlo con un look básico o más sofisticado, de día y de noche". Sin que versátil signifique básico o anodino. "Destaca, pero no deja de ser elegante. Es, sin duda, un bolso diferente. Juega con códigos clásicos pero tiene una silueta fuerte y un espíritu roquero. Es clásico y moderno. Es la personificación de la coexistencia de conceptos aparentemente opuestos... pero funciona. Me encanta ese encuentro inesperado. Es lo que lo hace único", dice Marianne.
Lo llamamos The 1 porque es un bolso esencial. El que llevas para todo, con todo. El que nunca que te va a fallar
Se declina en cuatro colores
Negro, plata, oro y rosa metalizado. Nada de tocar todo el abanico cromático. "Primero, porque es la mejor manera de evitar la sobreproducción y la saturación. Y segundo, porque son colores que nos identifican. IKKS es rock y el rock es negro. El 80 % de los artículos que vendemos son de color negro. Los metales fueron una cuestión de tendencia: las influencers y las nuevas generaciones los adoran". Pero, como con todo, en IKKS no siguen la última moda al tuntún. "No puedes ignorar las tendencias, pero tampoco dejar que te gobiernen". ¿Cómo elegir qué tendencia seguir en un mercado en el que se lleva todo y nada? "Cuando tienes un ADN tan fuerte como el nuestro, es fácil. Eso es lo que nos marca el camino. Incluso con tendencias que en un primer momento no parecen nada IKKS. ¿El rosa? Claro, por qué no, pero no de un modo Barbie, sino rock. ¿Transparencias? También, pero con estampados para que sigan siendo sexys pero más sutiles. La clave es traerlas a nuestro terreno. Todo lo que hacemos tiene que identificarnos, sobre todo en un mercado tan abarrotado como el actual", defiende Marianne. "Hoy existen servicios que te dicen qué color es el más buscado en internet, qué silueta se vende más, qué look de los desfiles ha sido el más visto. Es interesante tener esa información, pero no puede ser tu única guía. Se pierde la creatividad, la intuición, el toque humano... No podemos dejar que todo lo decida un algoritmo".
Supone la primera vez que la firma experimenta con el upcycling
A las versiones The Timeless -todo en negro-, The Rock -con tachuelas y asa de cadena plata- y The Glitter -con acabados metalizados-, han sumado una cuarta declinación: The Caviar, una edición limitada a 300 unidades hecha a mano en un taller de Nápoles con cuero rescatado del excedente de firmas de lujo. "El cuero granulado, de una calidad excelente, evoca la textura del caviar, de ahí el nombre", nos cuenta Marianne. "Para conseguirlo hemos trabajado con Adapta, una compañía muy enfocada en el desafío medioambiental de la industria de la moda que repiensa y reutiliza materiales de primera. Encuentran las mejores pieles y textiles que se quedan olvidados en los suministros de las grandes casas de lujo para evitar el desperdicio y la sobreproducción", explica la diseñadora. Es el último paso en un plan de sostenibilidad y responsabilidad social que es piedra angular de IKKS. "Hemos hecho grandes avances. Sobre todo en el tema de los materiales. Hoy, más del 40% de nuestras colecciones son orgánicas, recicladas o suprarrecicladas. Nuestro objetivo es llegar al 75% en 2028. Desde marzo hemos certificado y ya podemos etiquetar nuestros productos con el sello GOTS (Global Organic Textile Standard), GRS (Global Recycle Standar) y RWS (Responsible Wool Standard). También hemos reducido el uso de plásticos en nuestros embalajes en un 30%, añadido códigos QR que muestran la trazabilidad de nuestros productos. Y ahora estamos trabajando en proyectos de reparación y segunda mano para nuestras tiendas físicas y online. Por supuesto, queda mucho por hacer".
Está llamado a ser un icono
Cuando Marianne se unió a IKKS, en 2017, lo primero que hizo fue sumergirse en los archivos de la enseña y lanzar una cápsula, a la que llamó "Be your own icon", que interpretaba las piezas emblemáticas de la firma: el tabardo, la camiseta de rayas, la chupa de cuero... "Algo icónico forma parte de la herencia de una marca. Se refiere a creaciones que son distintivas y que perduran, en el sentido de que dejan una marca en la cultura y el diseño. Y mi idea siempre ha sido que The 1 se convierta en un icono de IKKS. Se lo merece: es una pieza fundamental y distintiva que encapsula todo lo que es IKKS. Pero son las mujeres quienes deciden lo que alcanza el estatus de icono. No es algo que puedas dictar o forzar. Ser un icono implica un nivel de reconocimiento, y lleva tiempo".
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