Zero Waste: “Debemos aprovechar esta última oportunidad de salvar el mundo”
La escritora Ally Vispo publica Zero Waste, un manual que recoge los mejores tips de este movimiento en auge que propone un estilo de vida sostenible para reducir nuestro impacto medioambiental y generar los mínimos residuos posibles.
El movimiento Zero Waste promueve un estilo de vida sostenible para reducir nuestro impacto medioambiental y generar los mínimos residuos posibles. En realidad, el concepto Zero Waste nació en los años 70, pero ha resurgido con fuerza como respuesta a los problemas medioambientales que generan los residuos en el siglo XXI. La idea es promover una economía circular, dejar de consumir en lo posible, no despediciar y no generar ningún tipo de residuo.
Al cambiar la forma en la que consumimos, reducimos el impacto medioambiental de los materiales y de la basura. Cada vez somos más conscientes de ese continente de plástico sobre el mar que flota amenazante en algún lugar del Pacífico. También las imágenes de animales muertos por comer nuestros deshechos plásticos, algunos tan diminutos que, como ellos, ya los llevamos en el torrente sanguíneo. En una charla TED que dio la escritora y divulgadora Ally Vispo en 2018, el público se quedo de piedra ante un dato que les dio: nuestro primer cepillo de dientes, nuestro primer juguete, aún existe en alguna parte del mundo, ya sea en algún vertedero de España o de China o flotando en el mar. La razón es que el plástico tarda entre100 y 400 años en descomponerse. Así que debemos tener muy en cuenta que lo que tiremos a la basura vivirá más que nosotros, seguro, y quizá hasta que nuestros futuros nietos, quien los tenga.
Cada vez hay más personas concienciadas del daño que el cambio climático y nuestro modo de vida está causando al medio ambiente. Las calles se llenan de personas, sobre todo jóvenes, que protestan ante la lentitud de los cambios y la inacción de los gobiernos y grandes empresas, pero también las personas han empezado a movilizarse y a cambiar su día a día y grupos como Zero Waste España en Facebookhan creado una comunidad, formada ya por más de XX personas, que comparten formas de vivir de un modo sostenible.
Por todas estas razones, Ally Vispo ha publicado el libro ‘Zero Waste para salvar el mundo’ (Vergara),la primera guía ilustrada que ofrece trucos y consejos sencillos para poner en práctica en todos los ámbitos del día a día: cómo reciclar los residuos, cómo hacer la compra de una manera más sostenible, qué objetos debemos eliminar de nuestra rutina, cuál es el kit básico para tener una cocina más respetuosa con el medio ambiente. La entrevistamos para que nos cuente cómo ha llegado a realizar este interesante y práctico manual.
Lo primero, ¿cómo te presentarías a los lectores?
Me llamo Ally Vispo, tengo 36 años y trabajo como escritora y creadora de contenido, divulgo sobre sostenibilidad, zero waste y veganismo. En 2014 decidí dar un cambio radical a mi vida, dejé los productos animales, el consumismo, y comencé a vivir una vida más sostenible. Dejé mi trabajo en el mundo de la moda en 2016 (llevaba 10 años viviendo en Londres) para dedicarme a tiempo completo a lo que hago ahora, ya que mi perspectiva sobre lo que es importante en el mundo había cambiado radicalmente.
¿Cómo definirías al movimiento Zero Waste?
El movimiento Zero Waste no es algo nuevo, es un término que lleva usándose mucho tiempo para referirse a las cadenas de procesos de aquellas empresas que intentan no crear ningún residuo (mayormente por motivos económicos). Hoy en día, este término se utiliza también para definir un estilo de vida en el que una persona individual vive creando el mínimo residuo posible, realizando diferentes acciones y tomando ciertas decisiones de consumo en su día a día, como puede ser, evitar el plástico, el consumismo y los productos animales, entre muchas otras cosas.
¿Por qué te comenzó a interesar este movimiento?
En 2014 me hice vegana y gracias a ello comencé a interesarme por la relación entre ese estilo de vida y el medio ambiente. Poco a poco me fui informando y formando sobre el tema y me di cuenta de que era algo urgente que necesitaba ser más divulgado. Siempre me ha gustado luchar por las cosas que he creído correctas y necesarias, y está claro que hacía (y hace) falta una gran concienciación sobre el tema, y esperaba poder contribuir con mi granito de arena a ello, divulgando y escribiendo sobre el tema.
Cuando empezaste a informarte, ¿qué fue lo que más te sorprendió?
Sobre todo la falta de información que tenemos. Recuerdo publicar mi primer artículo sobre Zero Waste en mi blog allá por 2015 y nadie le hizo mucho caso. En aquel entonces ir a comprar con tus bolsas a granel al supermercado o llevar tu propia taza reutilizable a la cafetería era de ‘bicho raro’, recuerdo las caras con las que te miraban. Y yo pensaba, ‘cómo puede ser que algo tan lógico y necesario sea tan desconocido y visto como algo tan raro?’. Por suerte esto ha cambiado muchísimo en los últimos años.
¿Y por qué decidiste escribir el libro Zero Waste?
En 2018 publiqué mi libro ‘Simplemente Consciente’, en el que hablo sobre mi camino desde el mundo de la moda y el consumismo hacia la sostenibilidad y el zero waste. El él relato todo lo que he aprendido desde que comencé en el movimiento, y esta nueva guía Ilustrada ‘Zero Waste para salvar el mundo’ es básicamente una versión actualizada, mucho más visual y concisa sobre el tema. El libro está lleno de ilustraciones muy útiles que ayudarán al lector a implementar las acciones más sostenibles en su día a día, desde sustituciones de productos hasta tips sobre ahorro de recursos y alimentación sostenible.
¿Qué es lo que más te preocupa de cómo nuestros residuos están afectando al medioambiente?
Me preocupa que la gente piense que los residuos solo se refieren al plástico. Por supuesto que es una parte del problema, pero también tenemos que pensar en lo que comemos, desechamos, compramos y hacemos. La sostenibilidad va mucho más allá del plástico y debemos tener en cuenta que nuestras decisiones de consumo, nuestros votos en las urnas, exigencias a instituciones y hasta la forma en la que nos alimentamos son también importantísimas si queremos tener un impacto real.
¿Cómo recomendarías empezar a tener un estilo de vida más sostenible y por qué deberíamos empezar a hacerlo?
Siempre digo que lo importante es empezar con una mentalidad abierta y teniendo claro que la perfección y el residuo cero realmente no son posibles. Es imposible no crear ningún tipo de residuo, y lo de las jarras de cristal es una forma muy eficaz de llamar la atención de la gente al movimiento, pero no dejan de ser eso, un concepto, no algo que se pueda alcanzar en el sistema actual.
¿Cómo empezaste tu a apostar por un modo de vida más sostenible?
Comencé con un estilo de vida libre de productos animales y después fui incorporando nuevas actitudes y cambios en mi día a día. Principalmente dejé de ser una consumista empedernida y comencé a meditar más sobre las cosas que compraba. Comencé a comprar menos, de calidad, y a fijarme en los materiales con los que las cosas estaban hechas. Parece algo lógico, pero es algo que no me había plantado antes y creo que a mucha gente le pasa lo mismo.
Confiésanos: ¿qué es lo que más te costó, lo que te parece más complicado?
Lo mas complicado creo que fue (y es) vivir haciendo absolutamente todo lo posible por crear el mínimo residuo, comunicar sobre ello a los cuatro vientos constantemente, esforzarte al máximo por hacer lo mejor que puedes cada día, y aún así ver que gran parte de tu entorno, la sociedad y las instituciones siguen sin ser conscientes de la gravedad del asunto y de lo urgente que es que todos y todas hagamos algo al respecto.
¿Qué obstáculos vamos a encontrar y cómo conseguir superarlos?
Vivimos en un sistema lineal que actualmente no nos permite ser todo lo sostenibles que quisiéramos. Un sistema centrado en la cultura de usar y tirar, de productos baratos fácilmente reemplazables, y que antepone el beneficio económico al bienestar y la sostenibilidad. El mayor obstáculo es ahora mismo ese, la frustración de pensar que queda muchísimo camino por recorrer y que se nos acaba el tiempo. La única forma de superarlo es llevando acabo acciones individuales que suman en nuestro día a día y al mismo tiempo exigir obsesivamente a las instituciones (escribiendo correos, llamando, votando, divulgando y asistiendo a manifestaciones) que hagan algo para cambiar el destino actual del planeta.
¿Qué le dirías a quien se empeña en seguir sin reciclar la basura?
Mi pareja es de Suecia y allí reciclar está considerado como una responsabilidad cívica básica, como puede ser no tirar basura al jardín del vecino. En Londres, donde estuve viviendo 10 años antes de mudarme a Barcelona, también es así. Cuando volví a España, sin embargo, me sorprendió que aún mucha gente cree que no es algo necesario, y también que la gente que lo hace cree que es suficiente para no contaminar. Para mí una persona que no recicla (un gesto tan básico como separar la basura), es lo mismo que una persona que tira basura en la calle, playa o los parques. No puedo llegar a entender cómo algo tan simple como eso puede suponer un problema para una persona, aunque también te digo que hace falta que los ayuntamientos inviertan más dinero en concienciar a la sociedad de ello.
Cada día observo que pese a mis esfuerzos, el cubo de basura que antes se llena es el de plástico, ¿por qué pasa esto y cómo evitarlo?
Actualmente vivimos en un mundo hecho de plástico, en el que la conveniencia está por encima de todo lo demás, incluso nuestro bienestar. Evitar el plástico de un solo uso es difícil, pero puede hacerse. Comprar verdura en fruterías, realizar nuestra propia leche vegetal en casa, llevar nuestras propias bolsas de tela al supermercado, y evitar los alimentos procesados puede ser un buen comienzo.
La mayoría de la ciudadanía está preocupada, pero te sientes como diminutas gotas de agua en el océano… ¿De verdad podemos hacer algo para parar este desastre?
¿Qué es el océano más que un conjunto de gotas diminutas? Cada persona tiene la capacidad de crear parte del mundo en el que vivimos. Si todos nos pusiéramos las pilas en serio y tomáramos acciones individuales urgentes dejando atrás nuestras costumbres y miedo a cambiar, y exigiéramos con cierta agresividad los cambios a las instituciones, el mundo sería diferente. Gracias a las redes sociales hoy en día podemos informarnos y unirnos para cambiar el mundo, debemos aprovechar esta última oportunidad que tenemos de salvar el mundo.
En tu libro mencionas una frase muy inspiradora de Margaret Mead, ‘no debemos subestimar a una grupo de personas concienciadas dispuestas a cambiar el mundo’. ¿Se siente una muy sola e incomprendida intentando proteger el mundo?
Creo que muchas veces sí. Es frustrante ver como en nuestra oficina, en las tiendas o incluso en nuestra propia casa, cosas tan básicas como reciclar, no consumir en exceso o crear residuo innecesario (tirando comida u objetos en perfecto estado, por ejemplo) mucha gente ignora el tema mientras otras intentamos hacer un esfuerzo sobrehumano para cambiar las cosas. Sin embargo, siempre digo que hay que seguir adelante, algunas de las acciones más importantes y significativas de la historia comenzaron con una sola persona haciendo algo significativo, y creo que así es como comienza todo. No debemos subestimar el efecto dominó de nuestras acciones.
¿Crees que el sistema capitalista está obsoleto? ¿Qué debería de cambiar y cómo?
Totalmente, no es una manera sostenible o justa de vivir. Creo que es en cierto modo la raíz de gran parte de nuestros problemas. No tengo respuestas para todo y si supiera cómo cambiarlo te lo diría, pero es algo que ahora mismo tiene tantos frentes abiertos que me es imposible decirte por dónde empezar.
¿Cuáles te parecen los mayores mitos que impiden o dificultan el cambio sostenible?
El pensar que tenemos que ser perfectos y que reciclar o simplemente comprar a granel es suficiente. Hay que ir más allá. No hay que hacerlo todo de la noche a la mañana pero tampoco podemos hacer lo básico y dejarlo ahí. Es el momento de la acción. Debemos dejar atrás esa idea de que la perfección es posible y seguir adelante imparables haciendo todo lo que podemos en todos los ámbitos, sin flagelarnos si alguna vez hacemos algo “mal”. Mucha gente no comienza en el movimiento por miedo a no hacerlo perfecto y me gustaría asegurar que ese no es el objetivo y nadie lo es.
Y por último, ¿por qué crees que deberíamos participar en el movimiento Zero Waste?
Creo que es la base del civismo, la consideración por el resto del mundo, más allá de lo que nos gusta, apetece o hacer sentir cómodos. El futuro del planeta esta, literalmente, en nuestras manos. El movimiento Zero Waste es un concepto que todos y todas deberíamos entender como nuestra responsabilidad básica en este planeta, la consideración por alguien más que nosotros mismos, y el respeto por la naturaleza, los animales y el resto de las personas que habitan en este planeta. Somos la última generación que puede hacer algo para evitar una catástrofe, y estoy completamente segura de que aunque el camino es largo, lograremos pasar a la historia como la generación que salvó el mundo.
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