No hay planeta B: la histórica protesta contra el cambio climático

Millones de personas salen a las calles para exigir medidas con las que afrontar la crisis por el calentamiento global. 

Manifestación en Madrid contra el cambio climático
Manifestación en Madrid contra el cambio climático / Gtres

El 27 de septiembre de 2019 se recordará como el día en el que por fin todos nos pusimos de acuerdo. En tiempos de permanente división, pocas cosas hay en las que se encuentra consenso como en el tema del cambio climático. Por suerte, una oleada de jóvenes ha decidido iniciar un movimiento que, afortunadamente, no tiene freno.

La prueba es la fecha marcada en la que millones de personas han salido a la calle para decir basta y exigir a los gobiernos medidas con las que afrontar esta crisis. Ya lo hicieron el pasado mes de marzo con el apoyo de determinados colectivos aunque esta vez ha sido una convocatoria histórica la que se han sumado a la huelga mundial en más de 150 países para luchar contra la inacción frente al calentamiento global.

Una verdad incómoda que merece atención... y, sobre todo, actuación.

Protestas en Madrid para pedir justicia climática.
Protestas en Madrid para pedir justicia climática. / Gtres

La razón principal por la que los jóvenes han tenido mucho peso en esta protesta es porque, como aseguró la británica Tanya Steele, de WWF, hace un año, “Somos la primera generación que está destruyendo el planeta y la última que puede hacer algo para evitarlo”. Esta cita consiguió calar en la sociedad e hizo que por fin muchos dejaran de mirar par otro lado y se empezaran a tomar muy en serio lo que estaba ocurriendo con el planeta.

De hecho, hace unos días esa demanda de justicia climática cobró aún más fuerza después de que se hiciera viral un video de la activista Greta Thunberg, en el que desafiaba a los líderes mundiales en la cumbre del clima de la ONU con su contundente discurso.

"Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición", dijo la sueca de 16 años en su emocionante manifiesto en el que avanzaba que "No dejaremos que sigan con esto. Justo aquí, ahora es donde trazamos la línea. El mundo se está despertando. Y se viene el cambio, les guste o no".

Unas palabras que resultaron inspiradoras para muchos y que pretendían remover conciencias de todos aquellos que todavía no han despertado de su letargo para empezar a hacer algo a pesar de la gravedad de la situación actual. Porque, como se cantaba en las marchas organizadas por ciudades como Madrid o Barcelona, "mañana es demasiado tarde" porque "no hay planeta B".

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