Paula Usero ('Las abogadas'): "Somos la generación más preparada pero se nos critica mucho"
Paula Usero protagoniza dos de los estrenos del mes: la serie 'Las abogadas' y la película 'Solos en la noche'. Aún así, la vida de actriz no es fácil, confiesa. Hablamos con ella de trabajo, generaciones de cristal, alquileres disparados y libros que ayudan a sobrellevar todo lo anterior.
Paula Usero es uno de los rostros más presentes en la televisión del último lustro: el éxito de Luisita, su personaje en 'Amar es para siempre', sobre todo a partir de su relación con otra mujer, Amelia (Carol Rovira), inspiró un spin off en torno a la pareja, #Luimelia. También se asomó brevemente a 'Paquita Salas', la producción de Los Javis, y ha sido sirvienta en 'La cocinera de Castamar'. En el cine, su papel de Lidia Román en 'La boda de Rosa' le proporcionó una nominación a los Goya y otra a los Feroz en 2021.
Ahora vuelve con dos producciones: la serie 'Las abogadas' (La 1), uno de los estrenos más esperados del mes que se acerca a los años previos de la Matanza de Atocha, a principios de los 70, y a la evolución y al papel crucial que cuatro mujeres —Lola González (interpretada por Paula Usero), Cristina Almeida (Elisabet Casanovas), Manuela Carmena (Irene Escolar) y Paca Sauquillo (Almudena Pascual) — tuvieron en aquel periodo, y la película 'Solos en la noche', una comedia que nos traslada al 23 F a través de unos abogados laboralistas.
Con motivo de una sesión de fotos de Paula Usero con el fotógrafo Carlos Villarejo y la maquilladora Almudena Garbel, hablamos con la actriz sobre trabajo, series, libros, terapia y las inquietudes de una generación (la suya) que lucha por encontrar un lugar.
Entrevista a Paula Usero:
¿Qué es lo que pasa con las series españolas y los oficios? Hay de médicos, chicas del cable, abogadas… ¿Nos fascinan los gremios o es que en España gusta más el realismo que la ficción?
No sé si gusta más el realismo que la ficción pero lo que sí que sé es que hoy hay una necesidad de contar la historia que nos ha precedido más aún que en otros momentos. Creo que 'Las abogadas' llega cuando necesitamos acordarnos de dónde venimos y qué es lo que otros hicieron para que estemos donde estamos. Sirve para que no caigamos en la desmemoria, que es algo que dice mucho Elisabet Casanovas [su compañera de reparto] y me parece muy acertado, conforme está el mundo y nuestro país con el auge de ciertos sectores políticos. Es un buen recordatorio de todo lo que les costó y tuvieron que pelear estas cuatro protagonistas, aunque hubo también más mujeres que lo hicieron.
¿Conocer la historia hace que lo malo no se repita?
Sirve para que algunas generaciones conozcan partes de la historia que no se enseñan en el cole porque en la clase no se detienen a contárnoslas con el tiempo suficiente, con la importancia que tienen. Nos corresponde tener ese conocimiento como sociedad.
Esa necesidad de conocer la historia que has mencionado, ¿crees que es algo común en tu generación?
En mi entorno, estos temas preocupan mucho. Creo que somos una generación que nos está tocando pagar unas consecuencias quizá de otra generación, la de la transición, la de mis padres. Nos está tocando asumir una responsabilidad que no nos pertenece. Creo que actualmente tenemos un mundo bastante cruel y hostil, y somos una generación que estamos sumamente preparados y preparadas, pero no tenemos las mismas oportunidades que ellos tuvieron. Estamos peleando por lo que nos corresponde. Por ejemplo, está el asunto del precio de los alquileres, que es algo que está todos los días en las conversaciones de mis amigos y amigas. No es justo que tengamos cerca de 35 años y tengamos que destinar el 70% o el 80% del sueldo a un alquiler.
¿Es tu caso? Esta temporada estrenas serie (‘Las abogadas’) y película (‘Solos en la noche’). Da la impresión de que no te faltan proyectos.
Yo me mudé en febrero y lo que tengo que pagar ahora respecto a lo que pagaba antes es casi el doble. Vivo en una vivienda muy pequeña, de un dormitorio, me mudé para vivir sola. Ahora, por ejemplo, voy a cumplir 33 años, no tengo trabajo desde junio y veo el dinero que destino al alquiler, y es una cosa desmedida. He trabajado mucho desde que llegué a Madrid pera ahora mismo ando tirando de ahorros y teniendo el susto porque no sé cuándo llegará el próximo trabajo. Y me planteo cada día todo, si volver a Valencia, que es de donde soy... Es como que tienes que tener muchos planes (plan A, plan B, plan C…) por lo que pueda pasar. Por cierto, para encontrar casa tuve que hacer muchísimos castings de casas. En muchas me dijeron que no. Y por otra parte, tengo la sensación de que a nuestra generación se nos acusa de no esforzarnos, de que no hacemos nada…
Os llaman la generación de cristal
También vivimos en un momento de cristal. Somos probablemente la generación que más estudiamos, que más nos preparamos para salir al mundo laboral, que más intentamos estar conectados con quienes somos y con lo que deseamos para tener una responsabilidad social más arraigada y verdadera, y tengo la sensación de que se nos juzga mucho, se nos apunta con el dedo. No sé si antes era más sencillo pero comparo mi vida con la de mis padres a mi edad y era totalmente distinta. Ya tenían dos hijos, casa... Estamos intentando romper patrones generacionales y conocernos. No sé cuánta gente de la edad de mis padres iría a terapia pero de mi generación, mucha. Estamos intentando crecer, acercarnos a nuestra identidad y a cuál es nuestra verdad; estamos cambiando nuestro pensamiento en nuestra construcción.
¿La terapia es clave para ese proceso?
A nosotros nos sirve para aprender qué cosas no nos han hecho bien desde pequeños, cómo gestionarlas y para tener un lugar de refugio donde contar cómo te sientes y aprender a ser mejores con nosotros mismos y, de esa manera, poder serlo con el resto. Por ejemplo, desde que voy a terapia me conozco más y estoy mucho más conectada con el tipo de persona al que quiero ser, eso me completa un montón.
La serie ‘Las Abogadas’. ¿Conocías la historia antes de hacer este papel?
Sí, porque estuve muchos años haciendo 'Amar es para siempre' y una de las temporadas tocaba los atentados de Atocha. Unos meses antes de ‘Las abogadas’ había rodado ‘Solos en la noche’, que también tiene que ver con ese periodo. Esas abogadas, en aquellos momentos, se unieron para cambiar las cosas y modificar la posición de la mujer en aquellos años.
¿Qué te ha gustado más de esos personajes?
Me encanta ese despertar que experimentaron y su compromiso para lograr un mundo mejor. La película está contada preciosa, con mucho rigor, y creo que va a tocar el corazón.
También en la película ‘Solos en la noche’ ejerces de abogada.
Es una película pequeñita, muy divertida, se estrenó en septiembre. Lleva al espectador a esa noche, la del 23 F, como si la vida se desplazara a ese momento. Está hecha como un puzzle con los recuerdos de la gente más cercana. Y está recibiendo críticas muy bonitas.
¿Para ser actriz hay que tener la piel muy dura, como dijo una vez la actriz Alexandra Beaton, de ‘The next step'?
Creo que hay que tenerla muy dura y muy fina a la vez: dura porque esta es una profesión difícil, yo paré de trabajar en junio y no sé cuándo voy a volver. Hay que tener la cabeza muy en su sitio para no hundirte y que no te afecte ver a tus compañeras trabajar y tú quedarte en casa. Pero hay que tenerla también fina porque tienes que permitirte vivir las historias que vas a contar: si no las permites pasar, no podrás contarlas con verdad.
Ahora que tu rostro es conocido, ¿has tenido que cambiar algunos hábitos?
Pues no. No lo tengo muy presente. Yo voy por la calle y si me beso con alguien, me beso, y si quiero ir en chándal, voy en chándal. Me da igual. Yo no me oculto.
¿Qué ves como espectadora?
Me gustan mucho los contenidos de Filmin, tienen mucho rigor, mucha clase. En el cine he visto ‘Volveréis’. Últimamente, sin embargo, no veo ni muchas series ni películas, creo que estoy un poco saturada a nivel audiovisual. Me refugio más en la lectura.
Recomiéndanos un libro
Soy muy fan de Joel Dicker, de novela negra, me chifla, lo recomiendo un montón. Y me acabo de terminar un libro bellísimo, ‘Dorayaki’ de Durian Sukegawa. Es delicioso.
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