Cáncer de mama: Lo que no se cuenta
En 2023, en España, 35.312 mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de mama. Más del 85% sobrevivieron, pero el 36% sufre secuelas que pueden llegar a marcar de por vida.
Suena una campana. La gente aplaude. Ya has acabado los tratamientos y has vencido al cáncer. O eso piensa mucha gente. Lo cierto es que poco se habla de lo que ocurre cuando el cáncer acaba porque, en realidad, sus secuelas – físicas, emocionales y sociales– pueden alargarse indefinidamente en el tiempo. Eso es lo que destaca el reciente estudio ‘Necesidades y calidad de vida en Supervivientes de cáncer de mama’, realizado por el Observatorio del Cáncer, el 36 % de las participantes tienen mala calidad de vida por síntomas y problemas físicos, emocionales y sociales derivados de la enfermedad y los tratamientos.
Nada vuelve a ser igual
Silvia tiene 57 años y tuvo cáncer de mama hace diez. Cuando la diagnosticaron era coreógrafa, un trabajo que le apasionaba. Tras pasar por la mastectomía, una quimioterapia muy dura y la radioterapia, supo que su vida había sido arrasada. “Nada volvió a ser igual. Ni mi cuerpo, ni mi energía”, asegura. Tras los tratamientos, cada día la acompañaban fuertes dolores articulares, un agotamiento que parecía quedarse y el miedo, a la metástasis, a tener que volver a pasar por el camino del cáncer, a no volver a ser ella. “Lo peor era haber perdido mi fuerza, tanto la mental como la física. Aceptar que me había convertido en otra persona me costó mucho tiempo”, cuenta.
Al final, Silvia tuvo que admitir que se sentía incapaz de volver a trabajar y, tras un proceso que recuerda agotador, le concedieron una prestación de incapacidad permanente por la astenia crónica, debilidad que le impide trabajar con normalidad, que le habían provocado los tratamientos contra el cáncer. “Cuesta mucho aceptar que no puedes recuperar tu vida y, cuando te quejas, la mayoría de la gente te dice que eres afortunada porque has sobrevivido. Pero yo no me siento afortunada, aunque claro que me alegro por estar viva. Es una sensación extraña de la que apenas puedo hablar con nadie”, confiesa. Su caso no es único.
Las secuelas del cáncer de mama
Algo que debería de conocer toda la sociedad española –muy concienciada con el cáncer–, es el alcance de los las secuelas derivadas de esta enfermedad. Para poner el foco en ello, el Observatorio del cáncer ha realizado un estudio que revela que, de las supervivientes de mama en activo, dos de cada tres, el 65%, ha experimentado impedimentos para hacer su trabajo y sienten falta de apoyo o comprensión por parte de los compañeros o jefes. El 68% tienen claro que el cáncer ha limitado sus oportunidades profesionales.
Cuantificar las secuelas y los problemas físicos, emocionales y sociales que causan, pueden ayudar a mejorar la vida de las pacientes oncológicas. Como ser capaces de evaluar sus necesidades sanitarias, psicológicas, laborales, económicas y sociales. Porque, como destaca el Observatorio del Cáncer, una de cada cuatro (24%) supervivientes se ha visto obligada a dejar de trabajar y el 16% tiene reconocido algún grado de discapacidad, todo como consecuencia del cáncer.
Más investigación
Si en la vida todos los caminos conducen a Roma, en el cáncer todos nos llevan al mismo punto: la investigación. Como siempre recuerda Pilar Fernández, presidenta de la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico (CMM), “más investigación es más vida”. La importancia de según avanzando en este sentido cobra toda su dimensión con solo mirar las cifras. Según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, en 2023, en España, 35.312 mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de mama, con especial incidencia entre los 45 y 65 años.
Gracias a la investigación, a la prevención y detección precoz, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de forma significativa: se ha dado la vuelta a la cifras de hace 30 años. Hoy, la supervivencia media del cáncer de mama a cinco años es del 85,5%. Sin embargo, queda mucho por hacer. Los tratamientos, cada día más personalizados, siguen provocando secuelas. Avanzar en la investigación sigue siendo fundamental. Además, hay que recordar que el cáncer de mama metastásico, que va a tener un 30% de personas diagnosticadas, aún no tiene cura.
No estás sola
Entre los principales problemas físicos de las supervivientes de cáncer de mama destaca que un 46%, sienten dolor con frecuencia o siempre, y un 72% molestias en las articulaciones. La mitad suelen encontrarse fatigadas y han sufrido deterioro cognitivo, problemas de atención, concentración, atención… Por ello es importante recordar que el cáncer no acaba cuando aparentemente termina y es esencial conocer y dar respuesta a las necesidades de las pacientes de cáncer que lo requieran.
De las 18.340 pacientes de cáncer de mama que atendió la Asociación Española Contra el Cáncer en 2023, un 64% necesitaba atención psicológica, y la ansiedad y estrés –factores de riesgo–, afectaba al 19%. Para atenderlos, la Asociación ofrece servicios gratuitos de apoyo de atención psicológica, orientación médica, logopedia, nutrición, ejercicio físico oncológico y fisioterapia. Se puede acceder a ellos tanto durante el tiempo que duran los tratamientos, como si hay secuelas derivadas de la enfermedad, como linfedema, cicatrices, fatiga o pérdida de actividad.
Atención: hay que seguir
Este año, la Asociación Española Contra el Cáncer este año recuerda que #ElRosaesMásqueunColor. Porque, aunque muchas campañas están edulcoradas, también es cierto que detrás del rosa están, por ejemplo, 22,89 millones de euros destinados a 92 proyectos de investigación para, entre otros, entender las causas de la metástasis, evitar el problema de las recidivas, y mejorar la calidad de vida de las supervivientes.
Marcas que se han convertido en un referente en el apoyo a la lucha contra el cáncer, como Ausonia, de P&G, se han unido a la Asociación Española Contra el Cáncer para recordar que el rosa se ha convertido en un sinónimo de investigación. Además, con el hashtag #QuieroVerteEnvejecer, recuerdan –y lo sabemos todas las personas que hemos pasado por un proceso oncológico–, que envejecer es un regalo. Ese, sin duda, es el gran objetivo a cumplir.
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