Australia prohibe el uso de las redes sociales en menores de 16 años (y España se plantea seguirle)

La noticia de la semana que ha revolucionado Internet y a los usuarios de de diferentes aplicaciones y plataformas ha sido la prohibición por parte del Senado de Australia del uso de redes sociales en menores de 16 años. Un hecho que ha levantado tantas críticas positivas, como negativas. 

El fin de esta ley que restringe el acceso de los menores de edad a ciertas redes sociales tiene como fin disminuir el acoso y los problemas de salud mental que pueden estar causado por el uso continúo y sin protección de este tipo de aplicaciones. Y, lejos de tratarse de algo que parece que no vaya a respetarse o cumplirse, el Gobierno australiano impondrá multas a todo aquel que no siga esta ley (y la cifra asciende hasta los 49,5 millones de dólares australianos). Desde la página oficial del Parlamento de Australia se dice: "La norma hace recaer en las plataformas la responsabilidad de introducir sistemas y procesos que puedan demostrarse para garantizar que los menores de la edad mínima no puedan crear y mantener una cuenta en las redes sociales”. Es decir, la responsabilidad de que los menores no accedan a ellas fácilmente debe recaer, sobre todo, en las empresas dueñas de esas redes sociales. 

España quiere restringir el uso de las redes sociales 

Tal ha sido el revuelo generado porque Australia prohiba el uso de redes sociales en menores de 16 años que España estudiará dicha ley para tratar de proponer algo similar para lograr disminuir el uso continuado de móviles y proteger a los menores. 

En nuestro país, se estima que cerca del 21% de los adolescentes es adicto al móvil, por lo que el Gobierno estudia diferentes formas de reducir esta cifra. Una de las opciones que s baraja es imponer un control parental gratuito en los dispositivos de los menores, de forma que los padres puedan saber, en caso de que lo deseen, qué ven sus hijos y cómo usan las diferentes aplicaciones. 

Parece que proteger a los menores del entorno digital se ha convertido en una prioridad para diferentes gobiernos de todo el mundo.