Triana Ramos, coreógrafa de Rosalía: "Rosalía es transparente, literalmente"
A sus 26 años, Triana Ramos ha bailado en los tablaos más reputados, ha coreografiado para David Bisbal o Rosalía, y ahora firma la puesta en escena flamenca de la campaña 'Gitana' de Cruzcampo. Así es su flamenco levitante y 'motomami'. Hablamos con ella.
Llega el minuto 1.05 de la última campaña de Cruzcampo, 'Gitana', y un éxtasis flamenco de palmas, brazos, zapateos y giros de cuello afilados cortan el aire mientras dibujan una coreografía de belleza fiera y reticular. La responsable de estos segundos (que puedes ver en el vídeo más abajo) es Triana Ramos (1997, Talavera de la Reina), bailarina y coreógrafa para David Bisbal (en el videoclip 'Amor Amé Summer Mix') y, sobre todo, de Rosalía, con quien ha trabajado en los MTV EMA 2019, en los Grammys Awards 2020, en la presentación de 'Motomami' en TikTok Live y en la gira mundial Motomani World Tour.
Entrevistamos a Triana Ramos, que nos habla de bailes poderosos, de individualismo 'heavy' y, cómo no, Rosalía.
Haces la coreografía de la campaña 'Gitana' de Cruzcampo. ¿Había directrices?
La intención del anuncio era hablar de la identidad y del acento pero este último no solo como una forma de hablar. Vemos a una muñeca que cobra vida, una gitana orgullosa de quién es y de sus raíces que la acompañan como bandera en los tiempos actuales. Empoderada.
¿Cómo es un baile empoderado?
Más que los movimientos que haces con tu cuerpo, es lo que expresas con él. Para ello, tienes que sentirte a gusto, orgulloso, porque al final eso es lo que va a entender la gente.
¿El flamenco urbano es que alguien rural está fuera de la tendencia?
El flamenco es flamenco y siempre va a serlo, a no ser que quieras utilizar otras influencias para hacer una fusión. Lo que hemos hecho en el spot es flamenco puro y duro, una bulería de Camarón [de este se ha utilizado un archivo sonoro inédito]. Quise hacer flamenco puro por respeto a las raíces. Ahora se están haciendo muchas fusiones porque las fusiones adaptan el flamenco a la época.
El flamenco puro no es para todo el mundo; es un arte muy profundo
Entonces, ¿ese flamenco 'urbano' es la llave para conectar con el público joven, o trasciende a eso?
El flamenco tradicional no es para todo el mundo, es para un público muy selecto porque es un arte muy profundo y no todo el mundo tiene la sensibilidad para apreciarlo, y no lo digo en absoluto despreciando. El flamenco tiene una historia detrás de mucha pena, de mucha hambre, de mucho dolor, de un pueblo español totalmente desolado aunque también hay cosas de amor y alegría, pero es un arte antiquísimo y mucha gente no está acostumbrado a él. En cuanto al flamenco urbano, o mejor dicho, fusión, puede ser una puerta para que la gente indague en el flamenco de verdad, en el tradicional.
Si el flamenco hablaba de una sociedad de hambre, de dolor… ¿qué cuenta ahora la danza actual de nosotros?
Ahora la sociedad está en un punto de individualismo 'heavy' y las tendencias actuales hablan de uno mismo. Hoy tenemos otros problemas, pero no una guerra civil o un guerra mundial y ahora hablamos de un desamor y de problemas que son más livianos. En el baile, además, se nota que todo se ha profesionalizado mucho: se baila muy difícil, con muchísima técnica, con mucha capacidad técnica, muy limpio todo, más rítmico. Y ahora cuesta más ver a un bailaor que no haga nada y, aun así, te saque un ole y te erice la piel. Eso es lo difícil hoy en día.
Como coreógrafa, ¿es difícil delegar en otros las emociones, que se expresen por ti?
No me cuesta nada delegar porque tengo la suerte de estar rodeada de grandiosos artistas que me entienden a la perfección y yo les entiendo a ellos. Trabajo desde la naturalidad porque lo que es verdad, llega.
¿El baile y la coreografía son dos formas distintas de expresarse o es la misma?
Me parece más fácil bailar que coreografiar. Cuando estás bailando eres tú y la música, y se acabó; eres como un canal de energía entre la música y el público. La coreografía es una responsabilidad porque otros van a hacer lo que tú sientes y desnudarte así ante otros artistas y otras personas, cuesta. Pero también es muy satisfactoria.
Eres de Talavera de la Reina (Toledo). ¿Cómo es el 'flamenco talaverano'?
No hay alegrías ni bulerías talaveranas. Yo estudié con mi madre, que es bailaora y tiene una escuela. Empecé a bailar allí. Después, a los 18, pensé en estudiar Bellas Artes pero luego me di cuenta de que lo que me llenaba era bailar. Se lo dije a mis padres, me apoyaron sin un pero y me mandaron a Sevilla para especializarme en flamenco. La cuna está allí. Ahora vivo en Sevilla. También viajo mucho y me encanta.
Coreógrafa de Rosalía. ¿Qué clase de responsabilidad es esa en un tour como el de 'Motomami' donde el baile tiene tanto peso?
Lo que busco es que el artista se sienta cómodo y trabaje desde su verdad y naturalidad porque al final yo no voy a defender la coreografía, sino ella, así que se tiene que creer lo que está haciendo. Y sentirse guapo y fuerte. Y seguro.
¿Qué no vemos de Rosalía?
Rosalía es verdad, es transparente: lo que veis, es lo que hay, no hay nada más. Es así, literalmente. Ella es maravillosa, una persona estupenda, una buena persona. Si no fuera buena persona, no podría ser buena artista.
¿No se puede ser buen artista siendo mala persona?
Al final se baila como se es y se toca y se canta como se es y si tú no eres bueno y no tienes cosas bonitas dentro, ¿qué puedes ofrecer de bonito al mundo?
Solo tienes 26 años y firmas trabajos con artistas de alcance internacional. ¿Qué te dicen tus amigos?
Mis amigos se alegran mucho por mí. Cada vez que voy a Talavera, que es una ciudad pero es como un pueblo, y me ven allí, me lo dicen. Pero yo también alucino: lo miro con perspectiva y digo, guau. Me siento superagradecida. Bailar, bailas bien o mal, es supersubjetivo pero cuando te contratan como coreógrafa pudiendo llamar a cualquiera... es increíble.
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