Marlon, listos para el WiZink: "Más tiernos que las letras de reggaeton somos seguro"

Marlon son Adrián Roma, Juan Fernández y Jorge Diéguez, el grupo asturiano que conocimos en 2015 con un himno de rock canalla y vitalista, 'Todo va a ir bien'. Casi una década después (y con "mucho trabajo" por medio, confiesan, y "algunos momentos difíciles", como cuando la pandemia dio al traste con la gira que preparaban), aquel pronóstico se ha cumplido: en octubre lanzaron el que ya es su tercer álbum de estudio, 'Que se caiga el cielo', por el que han sido nominados a un premio de LOS40 Music Awards Santander 2023 (mejor colaboración con 'Olvidé Olvidarte' junto a Álvaro de Luna), y este domingo, 5 de noviembre, tocarán por primera vez en el WiZink Center de Madrid, un recinto que marca "un antes y un después" (y en el que acaban de colgar el cartel de 'Sold Out'). Antes, abarrotaron salas como la madrileña La Riviera y encabezaron giras con entradas agotadas en más de 14 ciudades.

Hablamos con Adrián, Juan (alias 'Juanín') y Jorge sobre pasado, presente y futuro.

Entrevista a Marlon:

¿Sois el ejemplo de que quien la sigue la consigue?

No sé si somos ejemplo de nada, pero sí sabemos que hemos trabajado duro. Hemos dado muchos pasos para estar saboreando todo lo que estamos viviendo ahora. 

Todavía hay quien pregunta en internet por qué os llamáis Marlon.

Al principio nos llamamos de otra manera, Marvin, y cuando fuimos a registrar el nombre, había otra persona que lo tenía registrado y por cuestiones legales nos vimos obligados a cambiarlo. Hicimos una búsqueda rápida y salió Marlon, que desde el primer momento nos encajó y nos gustó mucho. 

Cuando aún vivíais en Asturias...

Ellos [habla Jorge, en referencia a Adrián y Juanín] son de un pueblo pequeñito de Asturias que se llama Salinas. Yo soy de Gijón. Empezamos a tocar en Asturias y los primeros ensayos y los primeros conciertos fueron allí pero ya prontito nos fuimos a Madrid para intentar perseguir el sueño. Ya llevamos aquí... ellos, siete u ocho años, y yo, cuatro o cinco.

¿Cuál es esa canción de la que os sentís más orgullosos?

De todas. Pero en este último disco hay un tema muy especial, el que da nombre al álbum, 'Que se caiga el cielo'. Es el que más nos ha costado escribir y con el que más hemos soltado. Habla de un momento difícil que pasamos el año pasado: un amigo nuestro, por circunstancias de la vida, nos dejó, se fue de este mundo. La canción está dedicada íntegramente a él. Es una manera de terapia para nosotros y el homenaje que humildemente podemos darle, la forma que tenemos para llevarlo siempre con nosotros. 

En vuestra canción 'Comercialismo' os metéis con los puristas. ¿Los puristas se han metido con vosotros?

En la música siempre ha habido muchas etiquetas: tú eres un rockero, tú eres más popero... y nosotros, desde hace muchos años, nos hemos quitado esos filtros, hemos desterrado esas etiquetas porque solo limitan. Es una manera de decir que ya no nos importan y queremos hacer lo que nos nazca.

¿Os habéis sentido juzgados?

Quizás, sí. Cuando comienzas, te encuentras a gente que te anima y a gente que intenta hundirte el barco. Eso, al principio, fue creando bola pero ya no nos importa. Antes éramos más jóvenes y todas esas críticas, no te voy a mentir, hacían daño. Ahora, ya no.

Os gusta el rap (le hacéis un guiño en 'Comercialismo') y Blink 182, confesáis en una canción. ¿Qué otros artistas han sido importantes para vosotros?

Los tres venimos de familias supermelómanas. Hemos bebido del pop rock en castellano de Los Rodríguez, Hombres G, Canto del Loco, Pereza... ellos fueron grandes causantes de que nos dediquemos a la música. También grupos americanos como Blink 182, que fue un chute de energía para cada uno cuando los descubrimos, fue como ¡guau!  

Interpretar su canción 'All the small things' y hacer un surtidor de agua con la boca al final de los conciertos, ¿son rituales?

La verdad es que se han convertido en rituales. Nacieron de forma improvisado. A lo largo de toda esta gira hemos terminado siempre los conciertos con 'All the small things' de Blink 182, que es una canción que nos encanta y nos representa mucho y y que nos da un chute de energía. Ya casi se ha convertido en una especie de canción más en el set y una forma de comunión con el público: nos agachamos todos y saltamos para que todo el mundo se vaya con las pilas cargadas a casa. 

Este domingo, 5 de noviembre, tocáis por primera vez en el WiZink Center en Marid. ¿Es un antes y un después?

Empezamos tocando en salas muy pequeñas, el Costello fue la primera sala en la que tocamos en Madrid. Y fuera de Madrid hemos tocado en plazas muy chungas, sitios donde el espacio del escenario era esto [forman con las manos un cuadrado minúsculo] y teníamos que meternos ahí cinco tíos como podíamos y tocábamos ante diez personas. El suelo como si fuera caramelo, te quedabas pegado.... Miras atrás y saber que hemos llegado hasta aquí con canciones y mucho curro, es un antes y un después, un sueño cumplido y espero que no sea el último. 

Rosalía ha declarado en una entrevista que a las letras del reggaeton les falta ternura. ¿Qué nota os ponéis en esa asignatura?

¡Más tiernos que las letras de reggaeton somos seguro! A las letras les damos mucha importancia, no sé si son muy tiernas pero sí son reales. Las canciones hechas de verdad, que remueven, se escuchan durante muchos años, y ese es nuestro camino.