¿Fue Mr. Big un error?: 'And just like that' siembra la duda
Los fans de la serie no damos crédito a la reflexión que hace Carrie casi al final de la segunda temporada, donde le plantea a Miranda si se equivocó al elegirle.
La segunda temporada de 'And just like that' está a punto de llegar a su fin. El público parece haberse quedado con el corazón encogido, o al menos sin entender muy bien el exceso de información al que se nos somente a apenas dos capítulos de que finalice. Si bien en los seis primeros no ocurre casi nada, desde que (¡cuidado spóiler!) aparece Aidan en la vida de Carrie todo se pone patas arriba.
Sí, nosotras nos alegramos mucho, muchísimo, de su aparición y estamos convencidas de que es lo mejor que podía pasarle al personaje de Sarah Jessica Parker. Porque hay segundas partes que sí pueden salir bien y con Aidan en el mapa el éxito está asegurado. Sin embargo, hay varias cosas que no terminan de cuadrarnos. Lo primero: ¿por qué van tan rápido? Pero lo más llamativo no es eso, sino que durante ese capítulo final su protagonista termina reflexionando con Miranda si no se equivocó quedándose con Big. Una pregunta que no entendemos, ya que 20 años atrás Carrie dejó a Aidan por no poder quitarse de la cabeza a quien luego terminaría siendo su marido. ¿Por qué tanto desprecio hacia todo lo que crearon en 'Sexo en Nueva York' y que tantísimo éxito generó?
La serie icónica no sólo destacó por los outfits de Sarah Jessica Parker y sus diálogos ingeniosos, sino también por las relaciones apasionadas que florecieron en medio del bullicio de la ciudad que nunca duerme. Una de las historias de amor más memorables y complejas de la serie fue la de Carrie Bradshaw y Aidan Shaw. Su romance capturó los corazones de los espectadores y demostró que el amor puede ser tanto un camino empinado como un cálido refugio en la jungla urbana de Nueva York.
Su historia comenzó de manera inesperada en la segunda temporada de la serie. Mientras Carrie seguía lidiando con su relación intermitente con el esquivo Mr. Big, Aidan entró en escena como un constructor de muebles rústicos con un corazón amable y directo. A diferencia de sus parejas anteriores, él era un tipo comprometido y sincero, lo que creó un contraste interesante con el mundo extravagante y a menudo superficial de nuestra protagonsita. A medida que su relación fue avanzando los fans de la serie fuimos testigos de momentos memorables. Sin embargo, a pesar de su amor genuino, Carrie comenzó a sentir la presión de las inseguridades y dudas personales que habían plagado sus relaciones anteriores. A medida que su relación con Aidan avanzaba, surgieron grietas. Ella lidiaba con su atracción continua hacia Big y sus propias inseguridades en relación con la comodidad de una relación estable. Las diferencias en sus estilos de vida también comenzaron a aparecer, ya que Aidan anhelaba la simplicidad y la estabilidad mientras que el personaje de Sarah Jessica Parker se sentía atraído por el glamour y la emoción de Manhattan.
El punto clave en su relación llegó cuando Carrie tuvo un encuentro fugaz con Big. Incapaz de resistirse a la atracción, tuvo una breve pero impactante aventura con él, traicionando la confianza de Aidan. Aún así, luchó por perdonar la traición y ella se esforzó por reparar el daño. A pesar de sus intentos, el amor que una vez compartieron no pudo resistir la carga de la traición. En una escena desgarradora, Aidan finalmente decidió poner fin a la relación. En definitiva, su romance pasó por altibajos, desafíos y momentos de felicidad genuina, pero finalmente se convirtió en una lección valiosa sobre las complejidades del amor y las relaciones humanas en el vibrante telón de fondo de la ciudad de Nueva York. Así que no, Mr. Big no fue un error. Fue la decisión de la Carrie del pasado, la que le llevó a ser quien es. El tiempo dirá si lo de Aidan va en serio (veremos si hay una tercera temporada..., y si no la hay nos gustaría pensar que eso de que "fueron felices y comieron perdices").
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