Mad Cool 2023: hubo artistas que nos gustaron muchísimo y cosas para mejorar (el acceso, claro)

La primera jornada del festival Mad Cool 2023 fue este jueves divertida y metalizada, con público y artistas envueltos en shorts, pantalones, lentejuelas, escenografías y auras plata, todo resplandeciente y con el césped artificial del nuevo recinto, en Villaverde (Madrid), de estreno. Si te cansas, te sientas. Un gusto.

3 actuaciones que nos encantaron (y de algunos, no éramos fans)

El primero que hizo magia sobre el escenario fue Machine Gun Kelly, célebre novio de Megan Fox y trend-setter que, con pantalones dorados, chaleco de punto verde flúor y gafas de sol —luego se las quitó y se oyeron suspiros al enseñar el rostro casi perfecto— ofreció un directo energético a medio camino entre el rock, el rap y el espectáculo que posibilitó que se teletransportara en pleno concierto del escenario a un stand cercano, y luego volviera por sorpresa.

Tal vez su descarga musical, que también contó con una guitarrista vestida con transparencias y rejilla casi idéntica y tan despanpanante como la actriz de 'Transformers' (¿casualidad?), no sea apta para puristas, pero lo pasamos bomba (y él, que se prestó a interpretar en español el tema 'Danza Kuduro' antes del 'Bitter Sweet Symphony' de The Verve porque ahí cabía todo, se diría que también).

Lizzo, una de las artistas más esperadas, nos enamoró con glamour, fantasías de paillettes, voz poderosa, melenazos dorados, nalgazos soberbios, ramalazos de funk y soul clásico, cuerpo de baile y, al final, su flauta. Fue dulce, fabulosa y arrolladora. Nos encantó.

Ella dio paso a Robbie Williams, el que muchos consideraban como el gran cabeza de cartel de la noche. A sus 49 años, el que se dio a conocer como miembro de la 'boy band' Take That allá por los 90 sigue desprendiendo sex appeal 'cool' e irreverente. Habló mucho y cantó poco. Básicamente, hizo lo que le pareció. Habló de hijos (él tiene cuatro con su pareja, Ayda Field, aunque confesó que al principio de su relación se había planteado no tenerlos), de sus canciones, que aparecieron poco por allí porque él prefirió esa noche versionar las de otros ("Solo tengo dos tipos de canciones, las de "soy un tipo jodidamente increíble" y las de "me has dejado solo y devastado") o de su pasado en Take That, cuando hacía "porno gay". Vestido con dos piezas dorado con lentejuelas, Robbie Williams nos pareció maravilloso.

Una feria de variedades

Más allá de los conciertos previstos en el programa, al Mad Cool concurren numerosas marcas cuyos stands son, cada vez, más divertidos y merecen ser visitados como un escenario más.

En varios de ellos (como el de Tezenis o Disney) maquillaban con espíritu Euphoria. Tambíen puedes echarte protector solar al principio del recinto, quitarte el calor pasando por medio de una especie de 'secamanos' gigante o volar sobre globos con Vibra Mahou cuyo stand destacó entre todos con sus rifas de verbena al ritmo de 'Nochentera' de Vicco y sus conciertos sorpresa (este jueves, Azúcar Moreno). Y la fiesta sigue.

Los problemas de acceso

No cambia: viene siendo uno de los grandes problemas de los festivales madrileños: llegar al festival, y luego volver a casa. Aunque la única estación de tren abierta hasta las 4 era la de Villaverde, con horario especial para transportar a los festivaleros, algunos carteles dirigían a los asistentes hacía la estación de Cristóbal Industrial por la que no pasaba ningún tren.

Los taxis y las VTC (que cobraban importes de unos 40 euros para viajar al centro) escaseaban. La ida también fue complicada con coche o taxi por el tráfico.