Ignasi Monreal: el artista que colabora con Gucci y Rosalía, y ahora diseña el arte más VIP de ARCO 2023

El arte tiene muchas formas de ser en ARCO 2023. El de Ignasi Monreal, se transforma y adapta de la mano de la Maison Ruinart.

Ignasi Monreal, con obras de 'Plats Bruts' y una botella de Ruinart

Ignasi Monreal con obras del proyecto de 'Plats Bruts' y una botella de Ruinart.

/ Ruinart

Ignasi Monreal (Barcelona, 1990) nos recibe en el Ruinart Lounge, el espacio más blanco y burbujeante de la sala VIP de ARCO 2023, entre botellas artísticas de champagne y puffs. El artista, que es conocido por sus pinturas trampantojos de platos sucios ('Plats Bruts') y se ha convertido en uno de los nombres más cotizados por las marcas (ha colaborado con Gucci, Cartier, Bvlgari, Mercedes Benz o Zara, además de dirigir un videoclip de Rosalía, 'Aunque es de noche', o ser escenógrafo de un ballet), es el autor de los nuevos estuches 'second skin' de las botellas de Ruinart que nos disparan desafíos ópticos mientras insectos multicromáticos trepan por las curvas de los magnum recordándonos sobremesas al aire libre en las que termina "subiéndose una hormiga o cualquier animalillo a una pierna o a la mesa", explica el artista, que también incide en que los insectos escogidos son los que en la península ibérica ayudan a reforestar y polinizar, dando al proyecto el carácter verde y comprometido que comparte con la marca.

Ignasi Monreal con su obra, 'Plats Bruts', y botellas de Ruinart

Ignasi Monreal junto con su obra más reciente: piezas de 'Plats Bruts' y la edición especial para ARCO de las botellas de Ruinart.

/ Ruinart

Entrevistamos al artista:

Champagne, lienzos, arte digital, videoclips, escenografías de ballet [trabaja actualmente en la producción La Bayadère que se representa en marzo en la Ópera de Roma]... ¿el arte es más multidisciplinar que nunca?

Intento no aburrirme... y no paro porque soy freelance y no hay otra. Haciendo tantos proyectos te das cuenta de que lo único que vale la pena es disfrutar del proceso. Y hago algunos trabajos que luego me dejan tiempo para la pintura, que es mi razón de vivir. Hay que que reservar tiempo para mantener la chispa con la pintura; si no la cuidas, como en la parejas, la chispa desaparece. 

Has trabajado con Bvlgari, Cartier, ahora Ruinart, ¿qué es para ti el lujo?

El lujo es libertad, aunque esta puede llegar a ser solitaria. El lujo es poder decidir tú qué cosas hacer en cada momento y cómo inviertes tu tiempo, que es tan breve en esta vida. Ese es el lujo más absoluto.

En la colaboración con Ruinart, ¿quién se ha tenido que adaptar a quién?

Desde un punto técnico, el hecho de que el soporte sea una botella de magnum es un reto y exige una mayor adaptación por mi parte. Pero el trabajo creativo es resolver puzzles. Llegar a una solución y hacerlo bien es lo que te da la dopamina y lo que hace este trabajo adictivo.

Ignasi Monreal pinta los estuches de los magnum de Ruinart

Ignasi Monreal pinta los estuches 'second skin' de las botellas de champagne Ruinart.

/ Ruinart

Dicen que este trabajo es una continuación de 'Plats bruts', pero aquí todo huele a limpio.

'Plats bruts' es la antítesis de todo lo que hago relacionado con el lujo. Yo trabajo mucho con el lujo y 'Plats Bruts' es mi libertad, mi vía de escape; con él no tengo que cumplir las expectativas de nadie. Ni siquiera he puesto las obras a la venta, son para mí. Es la primera vez que relaciono este proyecto con una marca porque era mi pequeña isla, está ahí mi corazón.

¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?

La razón por la que lo he hecho es porque hay una coincidencia con Ruinart, que ha estado presente en mis cenas previas a las presentaciones y expos. Los puntos que compartimos van de convivencia, de relación en la mesa y de la importancia de la sobremesa, que es una palabra que solo existe en España y no tiene traducción a otros idiomas. En las sobremesas de verano al aire libre hay invitados inesperados como hormigas, abejas, mariposas... que son, además, unos animales muy importantes en el proceso de reforestación en la península ibérica. Una cosa es plantar un árbol pero si quieres un bosque, hay que meter biosfera, vida, y esa es también una de las preocupaciones de la marca.

Ignasi Monreal, en el stand de Ruinart con sus 'Plats Bruts' detrás

Ignasi Monreal posa en el lounge de Ruinart en ARCO con sus 'Plats Bruts' detrás.

/ Ruinart

A medida que en ARCO crecen las obras no físicas, ¿los formatos físicos se convierten en algo más valioso, o al revés?

Lo digital es nuevo y, como pasa en la historia del arte, tenemos que darle perspectiva y tiempo, nos pilla tan de cerca que nos cuesta comprenderlo. Como artista tenemos la responsabilidad de usar ese medio como se merece y no intentar copiar en él la pintura al óleo. Yo, que también soy artista digital, caigo a veces en ese error. El arte digital es un mundo nuevo de posibilidades infinitas y por ahora solo hemos rascado la superficie. Y sus obras tienen que tener sentido solo en su formato digital.

¿Por ejemplo?

Hace poco hice unas flores que reaccionaban a su valor. Cuanto más dinero entraba, más crecía la flor; si no entraba dinero, morían. Hay que buscar la poesía en las cosas más duras, incluso en el capitalismo acérrimo en el que vivimos.

En el arte, el cine, la literatura... ¿el realismo es la nueva tendencia a seguir?

Ignasi Monreal con sus botellas de Ruinart en ARCO

Ignasi Monreal coloca las botellas de Ruinart que ha diseñado en ARCO 2023.

/ Ruinart

Como pintor figurativo, hace unos años me planteé cuál era el sentido, en un mundo donde todo el mundo hace fotos, hacer algo hiperrealista. Mis obras son figurativas pero engañan al ojo porque en una superficie plana, como en la botella de champagne, te hago creer que hay algo. Me gustan los trampantojos y las ilusiones ópticas.

¿Cómo es saber que tu obra, como en esta 'colab' con Ruinart, puede acabar en el contenedor?

Me gusta la parte efímera de las obras, que vivan un momento completo y luego, se destruyan. Esto se relaciona con el teatro. Llevo tres años trabajando en un ballet (La Bayadère) y va a estar en cartel cinco días. Pero es un arte que va a perdurar en tu memoria más que otra que, a lo mejor, tiene más duración en el tiempo. Hay que valorar las cosas por el valor intrínseco que tienen, hay que intentar ver las cosas como son, no como tú proyectas tus ideas sobre ellas. Del ballet me ha encantado que, además de ser efímero, no va de mí: la atención es el baile y me encanta hacer el ejercicio de tener que dar dos pasos a atrás y de hacer brillar a otras personas, los bailarines. Me motiva mucho, es adictivo, y también trabajar en un equipo, con compañeros, que para mí es una novedad. Estoy encantada pero hoy he dormido tres horas.

Síguele la pista

  • Lo último