Causas y soluciones de la caída del cabello en mujeres

Cirujano de formación, empezó en esto por casualidad y con todo su entorno en contra porque «decían que cómo me iba a dedicar a esto del pelo. En 2007 era algo bastante desconocido. En España, practicamente no existía». Comenzó un periplo internacional para formarse en los mejores centros de Canadá, Japón, Estados Unidos y de vuelta, se convirtió en pionero en cirugías capilares, bioestimulación con PRP (Plasma Rico en Plaquetas)... Ahora compagina las clases que imparte en la universidad con la clínica que lleva su nombre, en cuya sala de espera coincidieron recientemente tres famosísimos presentadores televisivos. El mejor tricólogo de españa, el dr. Víctor Salagaray, resuelve todas nuestras dudas uy nos explica las causas y soluciones para la caída del pelo.

No sé si ahora las mujeres estamos más preocupadas por la pérdida de pelo o realmente se ha agravado el problema, pero hay una sensibilidad mayor con este tema.

Es un poco de todo, estáis más preocupadas, se han descubierto soluciones que antes no existían para determinados problemas y también hay enfermedades que afectan al pelo y están aumentando de forma preocupante. Por ejemplo, el hipotiroidismo que lo afina, pierde calidad, densidad... y enfermedades autoinmunes, como las alopecias cicatrizantes primarias que provocan la pérdida de las cejas y toda la diadema frontal. Pensamos que estamos expuestos a tantos antígenos raros... comemos, respiramos y tocamos tanta porquería que nuestro sistema inmune se está volviendo loco y cada vez hay más incidencia de este tipo de problemas. Y luego se calcula que un 50 % de las mujeres sufrirá alopecia hormonal en algún momento de su vida, sobre todo en posparto y menopausia, o androgenética. Pero las mujeres también suelen venir por una cuestión meramente estética. Por ejemplo, porque no les gusta su frente y la quieren cambiar, o porque las fuertes tracciones del cabello han retrasado la línea de nacimiento. 

Sí, lo estamos haciendo mucho en modelos, gente de la tele, de la calle... Se trata de redibujar el nacimiento del cabello y permite devolver las proporciones a la cara. Para que haya armonía debe tener la misma distancia desde la implantación del pelo a la nariz, de la nariz al labio y del labio a la barbilla. Vienen mujeres que se han puesto bótox, pómulos, perfilado el mentón... buscando mejorar y al final, el "fallo" estaba en esa armonía. Al lograrla, se ven más guapas. Hay un cambio importante. Muchas dicen «¡pero cómo no conocía yo esto!» Si tienes claras las armonías faciales y algo de gusto estético y el implante está bien hecho, es muy difícil fallar. Yo me caracterizo por ser bastante conservador, prefiero ir haciendo reajustes y que prime la naturalidad. 

Actualmente, hay más demanda de mujeres porque se han dado cuenta de que no hay que afeitar la cabeza, que no hay cicatrices, que la recuperación estética son 10 días y que los resultados son progresivos y nadie se da cuenta de que te los has hecho. Porque vosotras no lo contáis. La medicina estética ya se confiesa, pero el pelo sigue siendo un tabú. 

El especialista que más pacientes me manda no es el cirujano estético ni el dermatólogo, sino el psiquiatra. 

Las mujeres soléis llegar muy tarde, cuando hay mucha caída, que es lo menos importante. Hay que ir cuando se empieza a ver baja densidad en la parte superior y en los laterales, no cuando ves la coleta fina, que es por lo que viene la mayoría. O cuando notas que te está cambiando la cara y no sabes por qué: puede ser la frontal fibrosante, que consiste en que la línea de la raíz se va retrasando, y cuando te das cuenta ya no hay patillas ni cejas. Se debería consultar también cuando la caída estacional se prolonga más de 3 o 4 meses y está acompañada de otros síntomas, como picores, grasa... 

Siempre, completísima, porque ayuda mucho al diagnóstico correcto. Normalmente, la caída del pelo es síntoma de otra cosa: puede haber problemas endocrinos, ginecológicos... Y en función de esos resultados, lo sensato es empezar medicando y suplementar nutricionalmente, ganar lo que se pueda y después ir subiendo escalones: bioestimulación con PRP (Plasma Rico en Plaquetas), cirugía... Muchas veces, tener buen pelo es más fácil de lo que parece, pero no os lo creéis. Pierdo clientes porque esperan algo más. Parece mejor un láser americano gigante que lanza luces de colores o un casco de ozono... y te vas a tu casa encantada de la vida, aunque no te vaya a hacer nada y hayas pagado 1.000 €, que si yo te doy una receta con los complementos que necesitas y te digo que vuelvas en 3 meses. Hay mucho timo. De repente, hay una plaga de clínicas, en muchos casos con personal poco formado y casi todas sustentadas por fondos de capital riesgo, que han visto un negocio redondo con esto. Y hay que tener cuidado.

Hay que suplementar lo que falta. La suplementación, bien prescrita y bien formulada, es una gozada. Por ejemplo, la vitamina D influye mucho en la elasticidad y el brillo del cabello, la falta de magnesio hace que el pelo sea más quebrazido, las hormonas sexuales son clave, las bilirrubinas afectan mucho a la piel y al pelo... Metabólicamente, no te puedes fijar en los valores normales de las vitaminas, porque aunque estén dentro de lo correcto, nuestro organismo no se las va a ceder al pelo. El médico te puede decir que para qué te receto hierro si lo tienes bien y no hay anemia, pero nosotros sabemos que por debajo de 70, el pelo de las chicas sufre mucho. En cuanto lo tomas, mejora una barbaridad. 

A veces no son carencias, sino que todo envejece y absorbemos peor las vitaminas. A los 30, sin duda, la mayor carencia es el hierro. Siempre mejora. Hay que descartar quistes ováricos, que generan andrógenos, la hormona masculina, y afecta mucho al pelo. Las de 40 son los casos más complicados porque siguen siendo jóvenes pero están empezando el proceso hacia la menopausia. Es muy importante la nutrición y la melatonina para hacerlas dormir bien, porque están muy estresadas. Si mejoras su salud y equilibrio, mejora el pelo. Y a partir de los 50 es cuando suele haber mejor respuesta. Llega la menopausia y ahí aconsejo aceite de onagra a chorro: cambia la piel, el pelo, el estado de ánimo. A esa edad, se pierden las hormonas femeninas y podemos "cargarnos" las masculinas, que son las que hacen que se empiece a perder pelo por la zona de la coronilla, se ponga más áspero, más feo... Con aceite de onagra, alguna vitamina y algún pinchazo de PRP, que a esta edad ayuda bastante, se consiguen muy buenos resultados. 

Es una bioestimulación: inyectas, espabilas el folículo, la circulación y parece que el pelo se pone más fuerte, pero si abusas, a la larga puede tener consecuencias negativas. Yo inicié los tratamientos con PRP capilares en España, pero hemos visto que son eficaces en algunos casos y en otros pueden perjudicar a medio o largo plazo. 

Tiene que estar mucho mejor indicado porque existe el riesgo de que no salga todo lo bien que esperabas. En la alopecia difusa o alopecia de mujer, que es cuando clarea el cuero cabelludo o la raíz se ve muy ancha, hay daño vascular y al operar generas más daño vascular. Si operas, el daño es irreversible. Para conseguir mejorar un poquito se arriesga muchísimo: matas más pelo del que pones. Sin embargo, con medicación las sacamos adelante. 

Sí, hay muchos falsos mitos. La mayoría se lo lava demasiado poco y elige champús que no van bien. En general, hay que utilizar uno suave. Y con el auge de lo natural, se han puesto de moda las fórmulas "sin", sin sulfatos y parabenos, sin siliconas... cuando todo esto no daña el pelo, o los tintes sin amoniaco, que tampoco lo hacen. No es fácil que algo dañe el pelo desde fuera. Y estoy a favor de los tratamientos de ácido hialurónico, colágeno... etc, en las peluquerías, para proporcionar un pelo más liso, más volumen... Son meramente cosméticos pero al final, no solamente hay que serlo sino parecerlo. Para eso, funcionan y no dañan el pelo. Con lo que sí hay que tener cuidado es con las coletas muy tirantes y las extensiones de pelo. Soy enemigo de las extensiones. La tracción continua es atrofia y muerte del pelo.