El maquillaje luminoso de la reina Letizia en tres pasos

Hace tiempo que se dejaron de lado los looks beauty muy definidos y marcados para dar paso en su lugar a los de aspecto limpio y pulido. Maquillajes naturales que resultan ideales para llevar cada día sin importar el contexto y tengan la búsqueda de la luminosidad como primer objetivo, porque será esta la clave para que verdaderamente funcione.

Para tener referencias sobre a qué nos referimos basta con analizar cualquiera de las apariciones de doña Letizia, que es una de las que mejor sabe esculpir su rostro a base de puntos de luz para conseguir un efecto rejuvenecedor instantáneo. La reina es una verdadera experta en presumir de piel fresca y radiante ya que sabe muy bien cuáles son los pasos que hay que dar para lograrlo.

En primer lugar hay que preparar la piel con un buen tratamiento que trate manchas, arrugas y líneas de expresión para después aplicar la base de maquillaje. Para conseguir el maquillaje luminoso de la reina Letizia hay que recurrir a un fondo muy ligero, fluido y que no tenga apenas pigmentación y que aporte hidratación. De este modo, evita la sequedad y logra igualar su tono de un modo nada evidente para que su rostro se mantenga completamente uniforme.

Tan solo en verano para potenciar el bronceado, completa este paso con un toque de polvos de sol en los las mejillas y la frente que aportan un poco de color.

En segundo lugar, llega el turno de su gran aliado, el iluminador. Este lo aplica especialmente en pómulos, el puente de la nariz, la barbilla, el arco de las cejas y la mandíbula para aportar cierto relieve en el tercio superior de la cara gracias al brillo.

Esta forma de aplicar luz en zonas estratégicas incide la luz recibe el nombre de strobbing y es la que ha recibido el testigo del aclamado contouring. Un truco muy efectivo ya que está demostrado que el efecto buena cara es instantáneo.

El tercer y último paso es centrar el foco de atención en su mirada. Aquí de nuevo se deja de lado la sensación mate para buscar el esplendor en la zona superior del rostro, siempre sin perder esa sensación de naturalidad. En el caso de la reina Letizia, la elección suele ser una sombra de tonalidad irisada que realce de un modo discreto los ojos y deje que estos se lleven el reflejo.

Si se aplica correctamente –puede hacerse con una brocha, una esponja pequeña o incluso con el dedo– una vez elegido el suave color y una textura que preferiblemente sea en crema, este truco es capaz de agrandar la mirada y hacer que los ojos parezcan más despiertos, por lo que consigue ocultar los signos de cansancio o fatiga.