Tamara Falcó se va de boda con un look de vestido estampado y sandalias de terciopelo que querrás al instante

La hija de Isabel Preysler queda coronada una vez más como la perfecta invitada.

Instagram @matelier-design

Aunque ha tenido rivales duras como Marta Ortega, el título honorífico de la invitada de boda del año 2021 es para Tamara Falcó. Habrá quién piense distinto, por supuesto, pero nadie podrá negar que no tenemos argumentos suficientes de peso a nuestro favor los que defenderíamos su candidatura en caso de que existiera tal galardón.

La hija de Isabel Presyler nos ha demostrado en los últimos meses su exquisito gusto personal para vestir en este tipo de enlaces formales. Y lo ha hecho además escapando de lo mismo siempre porque si algo tiene Tamara Falcó además de su elegancia innata es personalidad a la hora de diseñar sus looks de invitada de boda.

El último ejemplo lo ha dado este mismo fin de semana con un outfit 'made in Spain' al completo.

El vestido es un diseño estampado -también podría llevarse perfectamente el título a la celebritie con mejor armario de ropa estampada...- muy delicado y sofisticado.

Fabricada por Matelier, una firma nacional especializada en vestidos personalizados que tiene también colección propia, la pieza está fabricada en gasa con un juego de colores donde prima el rojo, cuello cerrado y manga corta ajustada, un detalle distinto al diseño original de la marca, denominado Picasso, en el que estas son acampanadas.

Un discreto volante, lo suficientemente para darle el toque final al vestido en su parte baja sin robar demasiada atención al conjunto, pone la guinda al diseño de Matelier que Falcó ha combinado con unas preciosas sandalias de terciopelo en color berenjena, cierre de pulsera en el tobillo y tacón cuadrado fabricado en bloque de piel en tono dorado de la firma española Flor de Asoka, otra pieza elaborada al 100% de manera artesanal, lo cual se nota muchísimo en el resultado final.

Para completar el look de invitada de boda, Tamara Falcó ha optado por una manicura sencilla, en la que solo destaca un pequeño punto negro en el centro de cada uña sobre un tono nude de esmalte muy natural y un recogido en la misma línea de sencillez, una coleta media con raya al medio.

Pendientes dorados grandes y una cartera de mano en color rosa empolvado rematan otro estilismo de matrícula de honor de la empresaria, a la que ojalá le queden muchas bodas delante porque es un lujo disfrutar de su capacidad inigualable para convertirse siempre en la invitada perfecta.