Pamela Anderson: una historia de amor, celos y cintas de vídeo

La actriz ha estrenado un documental, disponible en Netflix, en el que muestra su perfil más desconocido... a pesar de haber sido la mujer más famosa de los 90

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¿Qué puedes contar sobre ti si todo el mundo cree conocerte de sobra? Puede que esa fuera una de las muchas preguntas que se hiciera Pamela Anderson en el momento de centrarse en la creación de su documental, 'Pamela Anderson: Una historia de amor', disponible en Netflix desde este martes 31 de enero. Este trabajo llega casi un año después del estreno en Hulu en Estados Unidos y, después, en Disney+ (plataforma a través de la cual llegó a España) de 'Pam & Tommy'.

La historia de la cinta de vídeo de contenido sexual más famosa de todos los tiempos era sencilla de contar: un exempleado enfadado y harto de las excentricidades de una pareja que parece tenerlo todo, decide arrebatarles lo único que aún les pertenece, es decir, su intimidad. Tras robar una caja fuerte llena de corchos de botellas, armas y un famoso bikini, se da cuenta de que en su botín también se incluye una cinta de vídeo en la que esas dos personas mantienen relaciones sexuales. Entonces eran tiempos de VHS, pero eso no impidió que se viralizara su contenido en los inicios de internet. Una vez colgado, ya no hubo vuelta atrás.

Sobre ese aspecto se desarrolla buena parte del documental que cuenta la historia de la mujer más famosa de los 90, sobre los viajes sin retorno y la inexistencia de las segundas oportunidades. Pamela Anderson viene a demostrar en esta producción biográfica, que corre a cargo de su hijo mayor Brandon Lee, que los mitos suelen estar escritos de forma superficial y que se debía a sí misma la oportunidad de explicar lo que sucedió.

Hablamos de un icono sexual que inicialmente tenía fobia a todo lo relacionado con ello. Nacida en el seno de una familia disfuncional, en la que sus padres peleaban tantas veces como se reconciliaban, Pamela fue víctima de abusos sexuales por parte de su niñera y violada por un hombre de 25 años cuando ella tan solo tenía 12 años. Lejos de vivir en ambos traumas, que en el documental reconoce no haber superado, decidió viajar a de un pequeño pueblo canadiense a Estados Unidos para presentarse en la mansión de Hugh Hefner, editor de la revista Playboy.

Antes de ser una de las conejitas de la publicación, se dio cuenta de que podía incluso cambiar de identidad decolorándose el pelo y acabar con ese miedo al sexo mostrando su cuerpo casi al completo. De hecho, Pamela llega a reconocer que no se sentía totalmente desnuda si aún llevaba zapatos, de modo que todo su pudor desaparecía cuando se fotografiaba con ellos.

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Ya convertida en un reclamo comercial, en la década de los 90, logró la fama internacional gracias a 'Los vigilantes de la playa' y su personaje de CJ Parker, con quien asegura sentirse muy identificada, por su perfil romántico e iluso. Precisamente este no casaba demasiado con la que parecía ser su personalidad, presuntamente excéntrica y liberada, y fue eso lo que atrajo aún más la atención de los millones de espectadores que reunía al otro lado de la pantalla y que jugaban con esa dualidad de la actriz.

"Hay hombres que se cabrean si no eres lo que querían", insiste Pamela en una de las escenas de este documental, que no repara en hacer un recopilatorio de todas las parejas que ha tenido hasta ahora (el último, Dan Hayhurst, de quien se separó en 2022). En esto recuerda especialmente a la frase más famosa de Rita Hayworth: "Todos los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan conmigo". En cualquier caso, ambas vienen a decir que la imagen que se tenía de ellas nada tiene que ver con la que realmente encarnaban y que, a pesar de que eso fue lo que les otorgó la fama, también fue lo que las condenó.

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Pamela Anderson se basa en el tratamiento mediático que recibió a raíz de su relación con Tommy Lee para demostrarlo. Después de una boda imprevista, tan solo cuatro días después de conocerse y estando ella en una relación con otro hombre, protagonizaron posados explosivos a la par que buscaban formar una familia... y eso no casa demasiado ante una opinión pública que enfrenta lo excéntrico con lo tradicional. De ahí que no se les otorgara su momento de intimidad y duelo cuando perdieron a su primer hijo en un aborto espontáneo tan doloroso como público.

Ni qué decir de cómo los medios de comunicación trataron la maternidad de la actriz, que cuando no estaba trabajando o cuidando a su hijo, se enfrentaba a entrevistas en las que constantemente se le preguntaba por su operación de pecho. Mientras ella soportaba este tipo de comentarios, así como críticas por parte de una sociedad que no entendía que una mujer tuviera un pasado relacionado con la revista para adultos más famosa del mundo y ser madre a la vez, a su esposo, Tommy Lee, se le adoraba por estar casado con la mujer más sexy del planeta.

De ahí que, cuando se produjo el robo de la cinta (de cuyos derechos renunciaron para zanjar el asunto y desaparecer del foco mediático), muchos pensaron que no tenían el derecho a tener ni a reclamar su intimidad si siempre habían hecho gala de ella. Ese desgaste, sumado a una depresión posparto de su hijo Dylan y, al menos, un episodio de violencia de género (Lee no solo era celoso con los hombres que miraban a su esposa, también sentía celos por ser "el tercero", después de sus Brandon y Dylan), concluyó en una separación de la que aún hoy Pamela no se ha recuperado.

"Estaba frustrada por no dar el ejemplo a mis hijos de la idea de matrimonio y familia tradicional. Nunca superé que la relación con el padre de mis hijos no funcionara", reconoce la actriz en una parte del documental, en el que constantemente revisa esas cintas de vídeo que en su día fueron su condena. Esperamos que, al menos, su última etapa como activista ambiental ("Me cansé de hablar de mis novios y de mis tetas", añade) le reportara parte de la felicidad que la sociedad le sustrajo cuando supuestamente estaba en la cresta de la ola.