Por qué salvar a las abejas es importante
La población de abejas, la base de nuestro ecosistema, desciende por el cambio climático. Cécile Lochard, directora de desarrollo sostenible de Guerlain, nos explica proyectos como 'Women for Bees’, con Angelina Jolie como embajadora.
Sentadas en el bosque, junto a 13 colmenas vivas en Sant Climent de Llobregat, Barcelona, entrevistamos a esta mujer apasionada del medio ambiente, con un compromiso real y coherente. Rechaza una botella de plástico de agua tras una excitante visita con apicultores de la zona, dentro de la iniciativa 'Smart Green Bees' creado por LG en asociación con El rincón de la Abeja y Guerlain España. La marca cosmética de lujo refuerza así su implicación para preservar el animal del que extraen sus mejores ingredientes y a la vez el desarrollo del emprendimiento femenino. Cécile Lochard nos lo explica.
La población de las abejas está retrocediendo, ¿es un problema acuciante y se produce en todo el mundo?
Sí, el fenómeno del colapso de sus colonias se empezó a observar a finales de los 90 en EEUU, y a principios de 2000 en Europa. Además de parásitos y depredadores como el avispón asiático que las acechan cada vez más, les afecta el uso de pesticidas, las sequías y los extremos de temperaturas que conlleva el cambio climático y el monocultivo intensivo, porque ahora las abejas solo encuentran un tipo de alimento en un medio, y son como nosotros, que necesitan variedad para su equilibrio. Si la mortalidad normal aceptable en una colonia es un 10% al año, hoy estamos en más del 30% de colonias que desaparecen, y hay un gran silencio y desconocimiento sobre su importancia.
¿Por qué debemos estarles tan agradecidos?
Por su principal función, la polinización, absolutamente necesaria para la reproducción de las plantas, las flores, los vegetales… nuestra alimentación depende de ella en más del 30%. Y los animales que comemos también los necesitan para lo mismo. Hay otros insectos polinizadores que transportan el polen (mariposas, avispas...) pero la abeja es el más eficaz.
¿Profesionalizar el sector es también una forma de proteger a la abeja?
Sí, desde luego. En todas las regiones hay especies endémicas, aquí tenéis la abeja ibérica, vital para vuestro rico ecosistema, que vive los mismos factores. Pero España es un país gran productor de miel, con muchos apicultores pioneros, en cuyo trabajo nos estamos interesando. En Francia solo el 10 % de los apicultores están profesionalizados, mientras que en España el 70% son profesionales o semi. En el programa de conservación Guerlain for Bees contamos con una red de aliados unidos a la causa de las abejas, y en Bee School estamos sensibilizando a los niños sobre
¿Dónde encuentran la miel más preciada para sus preciados cosméticos?
La miel pura de la abeja negra de la isla de Ouessant, en Francia, es particularmente reparadora para la piel. Los beneficios de la miel se conocen desde la antigüedad, cuando se aplicaban vendajes curativos. Hace dos años se creó Be Lab con científicos expertos para seguir investigando procedencias y secretos de otros productos apícolas como jalea real, cera, própolis o polen.
Las mujeres tenemos espíritu emprendedor, ¿fue ese el punto de partida de “Woman for Bees”?
Exacto. Según especialistas de la UNESCO, las mujeres son las más vulnerables al cambio climático, además de a las crisis. Lo vemos en los países en vías de desarrollo que estamos visitando, donde no tienen un reconocimiento empresarial ni económico. La profesión de la apicultura era muy masculina, y ahora están orgullosas de trabajar en una cadena de biodiversidad.
¿Te costó mucho convencer a Angelina para la causa?
Hace dos años, con mucha humildad, le dije de forma muy clara que queríamos formar a 50 mujeres en 5 años. “Quizá te parece poco, es un proyecto pequeño…” y me dijo: “No, al contrario, al ser una marca de lujo se creará un halo, un aura y por tanto la difusión necesaria para lograr el objetivo”. En solo dos años ya hemos llegado a ese número y el año próximo se sumarán 30 más que surgirán de proyectos locales. Fue muy emocionante viajar con Angelina a Camboya para apoyar a 12 mujeres, que nos contaban lo importante que era para su automonía, ha supuesto un cambio sustancial en sus vidas.
¿Qué estás aprendiendo tú, como directiva, de estas mujeres que escogen este medio para vivir de y por la naturaleza?
Admiro la excelencia y la pasión con la que hacen su trabajo, al que dan un sentido enorme, esto me aporta muchísimo. 'Woman For Bees' nació en 2020 y ya hemos conseguido una red muy grande de conocimiento en todo el mundo de personas dedicadas a la protección de la abeja. Me siento una privilegiada por estar en una marca que se anticipó, porque lleva mucho trabajo abrir camino, y tenemos una ventaja sólida de hace más de 15 años
Y personalmente, ¿cómo conectas con la naturaleza para recargar energía o mantener el bienestar?
Soy profesora de yoga, hago retiros en el campo; en mis vacaciones con mis dos hijos hacemos voluntariado con protección de animales, y los fines de semana practico equitación. Vivo alineada con mis valores y los de mi empresa.
Lujo y sostenibilidad
¿Cuándo empezaron las marcas de lujo a interesarse por la urgencia de cuidar el planeta?
El lujo por sí mismo, comparado con otros mercados de consumo, deja una huella ecológica menor. Está demostrado que creamos productos que se mantienen en el tiempo, pero hemos sido tímidos a la hora de expresarlo, pero ahora lo estamos haciendo más visible y más rápido, el contexto nos lo exige. El lujo es trendsetter, marca tendencia para otros sectores y tenemos influencia y un impacto para crear estos imaginarios positivos en modos de vida más sostenible y hacerla visible y asequible. Guerlain quiere hacer la sostenibilidad más accesible y deseable a todos.
¿Y en qué punto están ahora, qué se ha conseguido?
La toma de conciencia, la organización y la modificación de procesos ya están, hay ambiciones muy fuertes hasta el 2030, todo el sector del lujo está alineado en ese camino, y nosotros hemos sido los primeros, pero es una buena competencia que estén todos, no debería haber competición sino trabajar todos juntos en ese camino. En el desarrollo sostenible no debería haber competición.
¿La innovación es el gran camino para conseguir el compromiso total con el medio ambiente?
Totalmente, espero no ser ilusa, pero creo que la innovación ya tiene siempre integrado el desarrollo sostenible. La búsqueda de nuevas materias primas y materiales, los procedimientos en los laboratorios para crear las fórmulas, envases reciclables y recargables… Un ejemplo: hace tres años, trabajando en el abastecimiento para los perfumes, se decidió hacer una transición hacia el alcohol bio orgánico, sin pesticidas, que viene de la remolacha, lo que además de cuidar la piel protege a la abeja y al ecosistema.
¿Es un gran reto ser directora de desarrollo sostenible de su compañía?
Es una gran responsabilidad. Me dedico a ello desde hace 25 años, y hasta hace tres años era más fácil y ahora no tanto. Todo tiene que estar ligado a la ciencia y los argumentos han de ser robustos, no podemos decir cualquier cosa porque el cliente lo quiera oír. Yo me siento una privilegiada por estar en una marca que se anticipó, porque lleva mucho trabajo abrir camino, y tenemos una ventaja sólida de hace más de 15 años.