Teresa Helbig, la historia de una pasión que empezó con un vestido de 800 plumas
Es una de las diseñadoras más icónicas y reconocibles de nuestro país y este año celebra su 25 aniversario sobre las pasarelas, una fecha que hemos querido celebrar con ella hablando sobre sus comienzos, sus vestidos icónicos y su prometedor futuro.
"Una mujer Helbig nunca pasa desapercibida". Esta frase es el leitmotiv que se respira en cualquier diseño de Teresa Helbig y, haciendo un repaso por toda su carrera, no es difícil darse cuenta de cuánta verdad hay en ella. Lo que empezó con una boda y un vestido de más de 800 plumas ha acabado siendo un referente en la moda femenina de este país que conquista cada día a más mujeres tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. De hecho, las creaciones de la catalana son algunas de las más esperadas en la Semana de la Moda de Madrid, pero más allá de las pasarelas, sus propuestas han llegado hasta el armario de la reina Letizia y hasta de la mismísima Zendaya, demostrando que cada día son más mujeres, bautizadas como la #helbigang, las que se unen a su 'ejército' dispuestas a hacer de su uniforme, el centro de todas las miradas.
Acaba de celebrar los 25 años de la marca con un desfile especial en la Madrid Fashion Week, y la pandemia, lejos de hacer mella en el negocio, le ha dado alas para explotar aún más su creatividad. En estos meses, ha creado la marca Petite Helbig, para niñas de 4 a 12 años, se ha estrenado en el diseño de gafas con una colección para Multiópticas, hace unos meses abrió un showroom en Madrid y para final de año tiene la vista puesta en Los Ángeles.
Cumples 25 años al frente de tu marca, ¿cómo empezó todo?
Empieza todo por casualidades. Yo empecé como escaparatista en el mundo de la moda y de repente me invitaron a una boda de unas chicas a las que había hecho el escaparate en sus tiendas de Madrid y Barcelona. No sabía qué ponerme para esa boda y, con mi madre, hicimos un vestido de más de 800 plumas cosidas. Eso tuvo un éxito bestial en la boda y esas chicas me dijeron ‘oye, ¿por qué no haces una colección?’ y yo con un punto de osadía dije ‘¿por qué no?’.
Tenía el referente de mi madre, que ella es una gran costurera y ha sido el puntal y el apoyo en toda esta carrera de fondo y de trabajo muy duro. Así empezó todo, con un vestido de plumas que dio alas a toda esta aventura.
¿Crees que ese trabajo duro del que hablas es la clave del éxito para mantenerte en esta industria?
En mi caso estoy segura que sí. Es un trabajo que hay que hacerlo con muchísima humildad porque al final lo que estás haciendo es empoderar a esa mujer y creo que el trabajo duro, la insistencia, ser apasionado con lo que haces es lo que te puede permitir mantenerte.
¿Te sigues poniendo nerviosa antes de estrenar cada colección?
No te puedes imaginar cuánto. Creo que la única vez que no he estado nerviosa fue en el primer desfile, pero fue de la misma ignorancia, porque no piensas que nadie te va a ver ni te va a cuestionar. Es la única vez que no he estado nerviosa. Sigo poniéndome como una moto, sigo con esos nervios, con esas dudas, con mucha preocupación hasta dos horas antes del desfile. Ahí son los demás los que están con nervios y yo estoy más relajada y pienso ‘hasta aquí he llegado’.
¿Dónde encuentras la inspiración para tus diseños?
Yo creo que la inspiración es como nutrirse, como comer bien. Hay que estar muy atenta a todo lo que ocurre, a las nuevas realidades… El cine es mi gran pasión, la calle… No soy ninguna inspirada. Es fruto del trabajo día a día en el laboratorio de pruebas. Siempre antes de terminar el desfile anterior hay como una idea, un concepto que podríamos desarrollar, pero luego al final la inspiración final viene del trabajo del día a día.
Además fomentas la sororidad al crear el concepto de Helbigang o helbigirls. ¿Cómo surgió la idea?
La verdad es que hemos formado a lo largo de estos años una pandilla súper. Apostando por nuevos talentos, tanto en música como en cine. Para ser de la ‘gang’ hay que tener esa actitud y esas ganas. Ser desafiante, con las cosas claras, tener el no por respuesta. Creo que es un tema de actitud y con alguna de ellas hace tantos años que colaboramos que tenemos incluso una amistad.
A este club cada vez se unen más artistas internacionales, comoZendaya, Emma Roberts o Eva Longoria. ¿Cómo recibes esas llamadas o mails de sus representantes pidiendo que las vistas?
Hemos vestido a gente increíble. La verdad es que hasta que no lo vemos no nos lo terminamos de creer. Además todas estas mujeres que han llevado un Helbig es porque realmente les ha chiflado, así que imagínate lo que supone para nosotros, que somos una marca familiar, pequeña, independiente… Ha sido todo un logro que les hayan llamado las prendas tanto la atención como para llevarlas a un evento.
En España tus diseños también son un clásico de las alfombras rojas...
Sí, Inma Cuesta, Macarena Gómez, y un montón de mujeres más que son de la ‘gang’ y para las que somos su primera opción.
¿Sueles crear alguno exclusivo para alguna actriz o son siempre piezas que ya tienes en tu colección?
Suelen ser de colección, ya que normalmente nos queda muy solapado la alfombra roja con el desfile. Pero en algún caso hemos hecho un vestido exclusivo, como aquel año con Macarena y el vestido aquel de la capucha. Ella dice que todavía la gente le para por la calle para hablar de ese vestido.
Además has estrenado hace poco tienda online en la que se pueden comprar algunas piezas de tus colecciones, pero me da la impresión de que sigues prefiriendo la venta directa de la persona que visita el atelier. ¿Es así?
Es muy el ADN de esta casa la venta directa. Sí que hemos lanzado venta online pero con los esenciales, como la camisa, el jersey, etc. Nuestros vestidos son más de tocar, de sentir, de probarte… Son vestidos atemporales y que te van a durar toda la vida.
Has abierto mercado con Petit Helbig, que además nació en la pandemia… ¿Cómo surgió esta idea?
Lo de Petit Helbig siempre lo teníamos en la cabeza, pero el día a día es complicado y nunca encontrábamos el momento. Y justo con la pandemia, con el 'yuyu', con el follón, fue el momento de coger los tejidos que teníamos en el atelier y ponernos con ello. Hemos creado una marca monísima de la que estamos súper orgullosos. Eso sí que va a ser una venta online exclusiva, totalmente digital. De momento es un embrión, pero que ya nos ha dado la segunda colección. Nació para mantenernos todo el equipo con ilusión y trabajando en un proyecto durante esos meses tan duros.
La colección que presentaste hace unos días está inspirada en la ciudad de Los Ángeles, y creo que es tu próximo objetivo con la firma, tener presencia allí.
Estuvimos ya trabajando en Los Ángeles, con punto de venta, con relaciones con las estilistas y todo, en una pop up, pero de repente vino la pandemia y lo tuvimos que parar. Ahora a final de año retomaremos porque nos apasiona la ciudad y además es un lugar en el que gustamos, y eso nos da muy buen rollo.
Haciendo un repaso de estos 25 años, ¿tienes una colección favorita?
En todas siempre te dejas el alma, pero si tuviera que elegir una te diría la primera, precisamente por ser la primera. Además tenemos la anécdota de que como el 'fitting' lo hacíamos conmigo, cuando las modelos se pusieron los vestidos cortos para desfilar les quedaban híper cortos pero fue un exitazo y a la gente le encantó.
¿Y cuáles son las piezas de las que estás más orgullosa?
Nuestros vestidos de novia nos hacen sentir muy bien, porque es una historia fabulosa acompañar a la novia en esos días. Pero hablando de pasarela te diría que el vestido Medusa.
Además te has estrenado en el diseño de gafas con Multiópticas, ¿cómo ha sido la experiencia?
Pues también fue en pandemia. Así de osados somos, en esos meses abrimos taller en Madrid, creamos Petit Helbig y cerramos la colaboración con Multiópticas. A pesar de que no solemos hacer colaboraciones, porque la firma que te acompañe tiene que compartir valores contigo, con ellos desde el principio ha sido genial, porque son ópticos de verdad y ha sido una colección súper chula que se presentó en el desfile y estamos súper contentos con el resultado.
¿Han sido creadas ad hoc para tu última colección?
Totalmente. Las gafas contextualizan muchísimo el momento y la época, y han sido el complemento perfecto para la colección. Ha ido todo de la mano, se han hecho las dos cosas a la vez, y eso se nota.
Además has hecho dos estuches diferentes que podrían ser perfectamente dos mini bolsos. ¿Crees que podría ser el inicio de una línea de bolsos de Teresa Helbig?
No lo sé. No vamos a decir que no a nada, pero si tuviésemos que hacer bolsos sería también con una firma como esta, que fuera especialista en el sector. Es muy importante que la firma con la que colaboras entienda muchísimo del negocio. Hay uno de los estuches en el que te cabe el móvil, así que es perfecto para personas que como yo, nunca sepan dónde tienen el móvil, porque lo puedes llevar colgado.
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