Del plumón de flores silvestres a la seda de pétalos de rosa: así son los nuevos tejidos ecológicos

Los últimos avances científicos ponen el acento en la sostenibilidad para crear fibras alternativas y llevar al armario hasta un nuevo nivel.

Coleccion Co Exist Story de H&M

Vestido de Co Exist Story, la primera colección vegana de H&M.

/ Johnny Dufort

En el discurso sostenible que actualmente la moda trata de articular cada vez con más fuerza (y sobre todo, con mayor fluidez), perderse en la semántica puede ser peligrosamente fácil. Apelar al consumo consciente puede significar muchas cosas diferentes, pero una forma de garantizar esa compra responsable es adquirir prendas confeccionadas de forma sostenible. Un camino en el que ya hemos visto cómo la tecnología ha cogido hábilmente de la mano a la industria para convertirse en punta de lanza como garantía de supervivencia.

Con la moda rápida produciendo a ritmos desenfrenados para satisfacer la demanda, los fabricantes terminan confiando en materiales sintéticos vírgenes que son baratos y rápidos de producir. Sin embargo, estos tejidos (como el poliéster), tardan décadas o más en biodegradarse, y los textiles en general constituyen el 7,7 % de los residuos sólidos urbanos en los vertederos. No solo es hora de reducir la velocidad, también es hora de echar un vistazo más de cerca a las etiquetas de composición de las prendas para que el resultado sea también uno de los factores que influyan a la hora de formar nuestra decisión.

Pero, ¿cómo podemos discernir qué tejidos son sostenibles y cuáles no? Dado que no existe lo que podríamos llamar ese “tejido definitivo” que resuelva todos los problemas. Porque, al final del día, todas las telas nuevas requieren recursos para producirse, y aunque nos encantan las prendas vintage y de segunda mano, también pueden contribuir al problema de los microplásticos según de qué estén hechas. Los tejidos sostenibles a menudo se fabrican con materiales naturales o reciclados, con el objetivo de reducir el impacto, ya sea a través del proceso de producción o las propiedades de la fibra. Estas telas también pueden contribuir a la reducción de desechos, la conservación del agua o la reducción de las emisiones.

Gracias a los avances científicos, los laboratorios se han convertido hoy en los proveedores de tejidos más inesperados que los diseñadores podían encontrar, pero también una fuente de novedades con las que sustentar sus convicciones ecologistas. A continuación enumeramos algunos de los materiales más novedosos que empiezan a nutrir el repertorio sartorial.

Plumón de flores silvestres

Si hay una firma que, temporada tras temporada nos sorprende con materiales innovadores recién descubiertos tras las investigaciones científicas más punteras, esa es H&M. El discurso sostenible de la firma sueca salta del papel a la práctica no solo con convicción sino también demostrando funcionalidad gracias a su relevante papel como pioneros de la moda sostenible a través de colecciones como la Conscious Exclusive o la más reciente, la Co-Exist Story, que se ha puesto a la venta el 4 de noviembre. Se trata de su primera colección vegana y sostenible, totalmente aprobada además por PETA. Entre las estrellas de esta colección destacan los anoraks, confeccionados con FLWRDWN un novedoso biopolímero hecho con flores silvestres que resulta perfecto como alternativa al plumón de animales.

Colección vegana Innovation Co-exist Story de H&M

Anorak de plumón blanco relleno con el novedoso biopolímero FLWRDWN de la colección vegana aprobada por PETA, Innovation Co-exist Story, de H&M.

/ Johnny Dufort

Cuero de hongo

Cuero de hongoSi hay un nombre en la moda de lujo que ostenta con orgullo el título de guerrera de la sostenibilidad esa es Stella McCartney. Comprometida con la causa desde que lanzara su firma homónima hace 20 años y cuando no se trataba aún ni siquiera de una tendencia, la británica ha sentado las bases de una estética que no está reñida con la concienciación. Vegana convencida y activista contra las pieles animales, las plumas y el cuero, se asoció con la empresa de biotecnología californiana Bold Threads el año pasado para asegurarse el acceso a un material innovador llamado Mylo. Descrito como ‘no cuero’, se cultiva a partir de micelio, la parte vegetativa del hongo, y se considera infinitamente renovable, tiene 40 veces menos impacto de carbono que el cuero y 17 veces menos carbono que el cuero sintético hecho de plástico. Tras haberlo aplicado con éxito para realizar bolsos, la novedad que acaba de presentar esta temporada son las primeras prendas.

Paris Jackson vestida con un conjunto de cuero vegano Mylo de Stella McCartney.

Paris Jackson vestida con un conjunto de Mylo creado por Stella McCartney.

/ D.R.

Seda de naranja

Más de 700.000 toneladas de subproductos de cítricos se producen y desperdician cada año solo en Italia, lo que brinda a la empresa italiana Orange Fiber la oportunidad de convertir estos desechos en una fibra natural con una baja huella de carbono. De manera similar a Bolt Threads, el proceso extrae la celulosa cítrica de estas cáscaras de naranja sobrantes y la convierte en una fibra dando como resultado un tejido de alta calidad. Este hilo de celulosa resulta muy similar a la seda por lo que se puede mezclar con otros materiales para crear sarga, popelina o jersey.Una de las firmas que fue pionera en utilizarlo fue Salvatore Ferragamo que creó una colección cápsula de prendas y fulares estampados que rendían homenaje a sus raíces italianas.

Pañuelo de seda de fibra de naranja de Salvatore Ferragamo

Pañuelo de seda de fibra de naranja de Salvatore Ferragamo.

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Bioplástico de algas

Las industrias alimentaria, farmacéutica y de biocombustibles aprovechan desde hace años la capacidad de las microalgas para producir compuestos a escala industrial. Ahora, una nueva generación de empresas está decidida a utilizar esta calidad en el desarrollo de materiales y suministros para aplicarlo en prendas de vestir y calzado. Entre ellas, una pionera es la diseñadora neoyorquina Charlotte McCurdy, quien ha conseguido crear un tejido impermeable combinando polvo de algas marinas con grasas procedentes de otras especies de algas que son las que aportan la resistencia al agua. Por su parte la empresa alemana Algalife planea lanzar sus fibras en prendas de segunda piel, como ropa interior y deportiva. Los primeros productos estarán en las tiendas en 2021 y en el futuro, su objetivo es desarrollar hilos para textiles para el hogar, productos de higiene y la industria automotriz.

Prendas elaboradas con bioplásticos de algas

Imágen de las primeras prendas comercializadas por la empresa alemana Algalife, desarrolladas con fibras a partir de algas.

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Seda de pétalos de rosa

La seda tradicional proviene de gusanos de seda que subsisten con una dieta a base únicamente de hojas de morera, que son resistentes a la contaminación y fáciles de cultivar. Las características de esta planta hacen que la producción de seda sea de desperdicio bastante bajo. Pero como la seda requiere trabajo animal, es esencial examinar las marcas y asegurarse de que utilicen métodos de producción éticos. No obstante existen marcas que han desarrollado tejidos de textura similar a la seda pero conseguidos a partir de procesar, por ejemplo, pétalos de rosa. Es el caso de la sueca Bite, cuyas camisas, vestidos y faldas entre otras prendas están confeccionadas con un tejido derivado de un tipo de rosal de la India.

Camisa de seda de petalos de rosa

Camisa negra de seda elaborada a partir de pétalos de rosa, de la firma sueca Bite.

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Cuero de piña

La española Carmen Hijosa necesitó siete años de investigación para desarrollar y crear Piñatex. Tras haber trabajado como consultora para la industria de la marroquinería en Filipinas durante la década de 1990, y escandalizada por el impacto ambiental de la producción masiva de cuero y el curtido químico decidió dedicar sus esfuerzos a encontrar una alternativa más sostenible. Sabiendo que las alternativas al PVC no eran la solución ya que muchos artículos 'veganos' baratos se fabrican a partir de este plástico, y sin embargo, están lejos de ser ecológicos, Carmen se propuso crear un nuevo producto sostenible que pudiera “producirse comercialmente, proporcionar un impacto social y económico positivo y mantener una huella ambiental baja a lo largo de su ciclo de vida”. Y así dió con la piña. Su compañía, Ananas Anam, desarrolló la primera máquina automatizada para ayudar en el proceso de decorticación, que extrae las fibras largas de las hojas que se convierten en una malla, que luego se transporta a España para los toques finales, dando a Piñatex su apariencia de cuero. El textil de origen sostenible ahora se utiliza en prendas de vestir, calzado, accesorios de moda y muebles, con un bajo impacto ambiental y una alta responsabilidad social. La firma italiana Altiir por ejemplo lo ha aplicado a una serie de cazadoras de estética motera forradas con algodón cupro bemberg (un material transpirable y de tacto sedoso, hecho de fibras de algodón y celulosa).

Cazadora de cuero de pina

Cazadora con efecto metalizado de Piñatex, cuero hecho a partir de fibra de piña, de Altiir.

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Con el desmesurado aumento de la demanda de lana de cachemir que se ha producido en los últimos años, un fenómeno ligado a su considerable bajada de precio y la democratización del tejido más cálido y ligero del mercado, todas las miradas se han puesto en las cadenas de suministro, cuya opacidad genera enormes reticencias. Esta preciada fibra que proviene de una cabra de Asia central y de la que cada animal sólo produce unos pocos gramos de lana al año ha generado tanta controversia que ha propiciado la búsqueda de alternativas. Entre ellas la de David Lee, ex bailarín de la Oakland Ballet Company y fundador de la marca de ropa KD New York, quien ha dado con una solución vegana. Lee comenzó a desarrollar la cachemira colaborando con una fábrica que experimentaba con hilos a base de soja. En un intento por reproducir el aspecto y la sensación de la cachemira animal, se desarrolló una mezcla con soja y una mezcla patentada de fibras. Las plantas utilizadas en el material son todas orgánicas certificadas y la fibra de soja está hecha de subproductos recuperados de la industria de la soja orgánica, que de otro modo serían descartados. Según Lee, esta nueva fibra “iguala al cachemir en suavidad y tiene una caída y transpirabilidad superiores". Además tiene cualidades antibacterianas y se puede lavar a máquina sin encoger.

Jersey de cachemir vegano de soja

Top cruzado con escote de pico elaborado en cachemir vegano, de KD New York

/ D.R.

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