Markus Lupfer nos lleva de shopping vintage

El director creativo de Armand Basi nos enseña su Londres secreto. Una ruta por las mejores tiendas y los últimos y más buscados locales de moda.

Markus Lupfer, director creativo de Armand Basi.
Markus Lupfer, director creativo de Armand Basi.

Son ya las diez de la mañana. Markus nos espera lejos del bullicioso centro de la capital inglesa. En Bistrotheque, un restaurante oculto en Hoxton, el barrio de los jóvenes artistas. Algo así como el Williamsburg neoyorquino. «Un paraíso en el corazón del East End de Londres, donde el alquiler es económico y cada día aparece un nuevo local.» Su taller está muy cerca. Lupfer forma parte de esa comunidad que ha transformado el circuito independiente londinense. Su misión al frente de la línea de mujer de Armand Basi es precisamente esa: «Ir un paso más allá, romper las barreras y crear una imagen que sea distintiva a nivel internacional.» Hoy nos colaremos en su universo… y en su iPod. La música es una de sus fuentes de inspiración.

11:30 h Blondie

115-118, Commercial Street

Pista 1: Soft, de Kings of Lion.

Fulares de seda con estampado de flores de Gucci, minivestidos de Dior de los 60, maletas de Louis Vuitton, sandalias de plástico, cinturones metálicos… La moda se repite. Quizá por eso «el vintage es siempre el mejor punto de partida para crear una colección.» Buscando entre las perchas de Blondie, encontramos todas las tendencias que hemos visto este año sobre la pasarela. Para un diseñador, «lo más importante es la silueta y la técnica; fijarse en los acabados, las aplicaciones, los bordados…» ¿Y esta temporada? «Los años 70, 80, también la década de los 20 y, como siempre, los diseños victorianos. La querencia por el pasado es un fenómeno histórico –asegura Markus–, incluso en los años sesenta rescataban líneas de los cuarenta y los veinte.» Sin embargo, algunos creadores, como Ghesquière para Balenciaga, miran ahora hacia el futuro. «Estamos en un momento de transición.»

13:45 h Rellik

8, Golbourne Road (Westbourne Park)

Pista 2: Gettin’ Enough, de Lil’Chris.

Galliano, Comme des Garçons, McQueen, Alaïa, Westwood… Los diseños de estos creadores, que también se adelantaron a su tiempo, se mezclan aquí con tesoros de Chanel, Dior, YSL, Gaultier o Moschino. Steven, propietario de Rellik y amigo de Markus, nos lleva al sótano, donde se esconden sus últimos hallazgos, como una bolsa de rizo de Chanel de los ochenta con la cara de Coco, que alguna rica de la época lució en un yate o crucero. ¿De dónde lo saca? «Conoce a mucha gente –asegura Markus–, puede conseguir lo que quieras.» Para demostrarlo, le pide «una americana con hombreras de los años 80, de Westwood. La colección de otoño que he diseñado para Basi apuesta por el volumen.» Dicho y hecho. En dos minutos tiene una pieza original en sus manos. «La semana pasada le vendí una igual a Galliano», confiesa Steven. Solo en la capital inglesa tiene sentido un local como Rellik. «En París, la belleza se mide en términos de perfección. Su estilo es impecable. La gente de Londres tiene un toque más caótico, les gusta arriesgar, buscar esa diferencia que te hace único y especial.» Algo que no puedes encontrar en Alemania, donde nació el diseñador, «ni siquiera en Nueva York». ¿Y qué nos dices de España? «Creo que está en un buen momento creativo; ahora es más moderna e internacional.»

15:00 h Grays Antique

58, Davies Street (Bond Street)

Pista 3: Mornings Eleven, de The Magic Numbers.

Montones y más montones de ropa en burros, perchas y estanterías. Un baúl de los recuerdos en el que Markus disfruta revolviendo. Los diseñadores son como investigadores privados: nada escapa a su atención. «Antes de crear una colección tienes que abrir bien los ojos; mirar qué se cuece en Nueva York, Japón… El año que viene, me gustaría ir también a Rusia; es un mercado en auge.» ¿Y en Londres? «Tienes que ser miembro de Home House.» Es un club privado en el que se reúne gente como Madonna («vive a la vuelta de la esquina»). Markus nos invita a entrar para tomar un café antes de ir al aeropuerto; y sí, nosotras también abrimos bien los ojos.

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