Isabel Jiménez: "La tele es mi ratito de dejar de ser 'la mamá de' para ser yo misma, por eso veo el trabajo supercompatible con la maternidad"

Hablamos con la periodista sobre moda, sostenibilidad y conciliación durante la presentación de la nueva colección de Slow Love, la firma que fundó hace casi seis años junto a Sara Carbonero y que acaba de ser adquirida por el grupo Tendam.  

Isabel Jiménez con vestido de Slow Love durante la presentación de la nueva colección

Isabel Jiménez con vestido de Slow Love durante la presentación de la nueva colección.

/ D.R.

Es uno de los rostros más conocidos de los informativos de nuestro país, madre de dos niños pequeños y una firme activista por el cuidado del medio ambiente que le ha declarado la guerra al plástico en su primer libro. La de Isabel Jiménez no es precisamente una vida 'slow', algo que comprobamos cuando quedamos con ella en las oficinas de la marca que creó junto a Sara Carbonero para charlar un poco y conocer la colección de primavera-verano 2021, la primera que lanzan bajo el paraguas de Tendam, el grupo empresarial al que pertenecen Cortefiel, Women'secret o la renovada Hoss Intropia.

Llega directa del plató de Telecinco, pica algo del catering porque no ha tenido tiempo de comer, se retoca el maquillaje y se cambia de look en tiempo récord (tanto el vestido de antes como el de después son de Slow Love), mientras se muestra sonriente y cercana, incluso detrás de la mascarilla. Está pletórica y nos habla con la misma pasión de las 130 prendas que ha diseñado junto a su amiga, socia y comadre para la nueva temporada como de la crisis del plástico que ha abordado a lo largo de más de 200 páginas bajo el título de 'Y tú, ¿qué harías para salvar el planeta?'. Lo suyo es un no parar.

¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre sostenibilidad?

El proyecto comenzó cuando conocí la iniciativa de unos amigos que habían decidido eliminar las pajitas de plástico y desarrollaron una alternativa comestible y cero residuos. Desde hace dos o tres años tenía varias editoriales proponiéndome escribir novela, pero no me apetecía. Y a raíz de ahí, como yo siempre estoy inventándome cosas, pensé que podía ayudar a darles voz y utilizar mis herramientas como periodista para que este mensaje se convirtiera en un movimiento. Creí que la editorial me iba a matar cuando propuse escribir un libro sobre plástico, pero tengo que decir que estaban entusiasmados porque en Europa hay mucho contenido así pero en España no había tanto y les apetecía darle visibilidad al asunto.

¿Siempre has estado comprometida con esta causa?

No, de hecho lo cuento en un capítulo. Hace unos años fue cuando tuve mi primera toma de realidad gracias a estos amigos y ya al empezar a investigar sobre el tema, a hacer entrevistas y demás, he adquirido una conciencia brutal. Es verdad que, a priori, no es un libro fácil, pero el 'feedback' que tengo de los lectores es que sorprende y engancha. Mi papel era hacer atractivo el tema, por eso tan pronto te hablo de moda, como de 'fast food' o de conciertos y todo ello con un lenguaje muy rápido, como el que utilizo en televisión, y entrevistas a expertos y personajes como el chef Diego Guerrero, Ariadne Artiles o Jon Kortajarena.

En el libro tocas muchos palos y nos das tips para cuidar el planeta en diferentes ámbitos, ¿cómo los has aplicado en tu vida?

Efectivamente, al final se trata de adaptar nuestros hábitos siendo conscientes de lo que hacemos y lo que le estamos haciendo al planeta. Por eso para mí lo más coherente fue aplicarlo a Slow Love porque, además, la industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo. Al meterme de lleno en el tema de la sostenibilidad le di una vuelta a toda la marca, la pusimos patas arriba y trabajamos por hacerla más sostenible, con tejidos, procesos y certificados que lo garantizasen. Cuando hicimos la primera colaboración con Cortefiel el otoño pasado lo dejamos claro: no puede haber ni una sola excepción; si no hay un material reciclado, ecológico, sostenible... no puede estar en la colección, hay que ser coherentes. Y seguimos en esta línea.

Hablemos de la nueva colección: ¿te lo pondrías todo o hay prendas que no son tu estilo?

¿Yo? ¡Todo, todo! A lo mejor hay un par de cosas que son más de Sara, pero me encanta todo: los vestidos de punto, la chaqueta vaquera, las sandalias... ¡y todas las prendas de alto verano que todavía no habéis visto! Las dos estamos muy orgullosas y nos sentimos muy identificadas con el resultado. Piensa que empezamos hace casi seis años con una tienda multimarca y una línea básica de camisetas y ahora poder lanzar una colección tan amplia desarrollada con tanto cuidado, con nuestro estilo y que respira la esencia de Slow Love y de lo que hemos construido nosotras con esa filosofía, es una maravilla.

¿Qué hay detrás de la decisión de vender la marca?

Ha sido la simbiosis perfecta. Slow Love necesitaba estar bajo el paraguas de una empresa que controlara toda la parte de gestión y nos acompañara para crecer y llegar a más gente. Todo surgió con la colaboración de Cortefiel: tanto Sara como yo habíamos trabajado con ellos como imagen anteriormente y nos sentimos tan bien trabajando juntos y hubo tanta sintonía entre los dos equipos que el siguiente paso natural era este. Y nosotras felices, porque lo que nos apetece es estar en la parte creativa, en la parte divertida del negocio, y hemos encontrado el equilibrio perfecto.

Siendo amigas y socias al mismo tiempo, ¿cómo llevas trabajar con Sara?

La verdad es que es muy fácil trabajar juntas. Tenemos las dos muy claro lo que queremos desde hace muchos años, compartimos la misma visión y coincidimos en todo. Sin ir más lejos, el otro día mi hijo Hugo cumplía 3 años y las dos publicamos a la vez un story con la misma canción. Nos reímos mucho y ella me decía: "¡lo nuestro ya no es normal!"

Sara Carbonero e Isabel Jiménez en la campaña de primavera-verano 2021 de Slowlove

Sara Carbonero e Isabel Jiménez en la campaña de primavera-verano 2021 de Slowlove.

/ D.R.

Como madre trabajadora, ¿qué nos puedes decir de la conciliación?

¡Puf! Pues para empezar que no es nada fácil. Yo siempre tengo mil pelotas en el aire: el libro, la marca, los informativos... y con un niño es fácil, pero ahora ya con dos... ¡madre de mi vida! Se hace lo que se puede.

De hecho, casi no paraste durante el embarazo y apenas has estado dos meses de baja de maternidad.

Sí, me pegué un atracón de trabajo a final de año, cuando estaba embarazada, y ya cuando nació Dani en enero toda la operación con Tendam estaba hecha y la colección muy avanzada. Yo sabía que todo lo que dejara hecho durante el embarazo sería lo que descansara más tarde. Ahora he tenido una época más calmada, con menos trabajo, excepto el momento de grabar la campaña de Slow Love. Y la vuelta a la tele... es que me apasiona: es mi rato de dejar de ser 'la mamá de' y ser yo misma, por eso para mí el trabajo es supercompatible con la maternidad.

Para la campaña habéis vuelto a tu tierra, a Almería; habrá sido muy emocionante.

Ha sido mágico. Fue muy bonito. La campaña se llama 'El viaje pendiente', y no solo por el nuestro, sino el de todo el mundo por esta etapa tan complicada que estamos pasando. Además, lo grabamos en una parte preciosa del Cabo de Gata y creo que esa implicación con la naturaleza también le ha dado coherencia a toda la colección.

Isabel Jiménez vuelve a Almería para la nueva campaña de Slow Love

Isabel Jiménez vuelve a Almería para la nueva campaña de Slow Love.

/ D.R.

¿Crees que este cuidado del medio ambiente es realmente compatible con la moda rápida a día de hoy?

Creo que en estos momentos está habiendo un cambio impresionante en la industria y hay un conglomerado de empresas a nivel mundial que está muy enfocado en transformarlo todo desde dentro. O sea, esa realidad ya existe y está muy centrado en el modelo de economía circular; pero claro: el camino fácil y barato sigue siendo el 'fast fashion', aunque desde las marcas se está tendiendo a buscar otros procesos más respetuosos con el medio ambiente.

En los últimos tiempos casi parece que la sostenibilidad ha pasado de ser un reto a un reclamo de ventas.

Totalmente, hay un 'green washing' para todo: para la moda, para la cosmética... le ponen la etiqueta de sostenible al 90% de productos. Por eso cuando un consumidor está realmente concienciado tiene que buscar qué hay detrás de todo ese marketing. La transparencia por parte de las empresas es muy necesaria. Nosotros, por ejemplo, en las etiquetas de cada prenda decimos por qué y en qué porcentaje es sostenible esa pieza en concreto para qué tú como consumidor sepas exactamente qué estás comprando.

Como compradores, ¿por dónde podemos empezar a aportar nuestro granito de arena?

Por el modelo de economía circular, que es una de las grandes soluciones para proteger el planeta y resulta fácil aplicarlo en la moda. Tú no puedes coger un armario, tirarlo todo y comprarte todas las semanas una prenda nueva, aunque esta sea sostenible. Tenemos que darle más vida a todas las prendas que ya tenemos, invertir en ropa que realmente nos apetezca tener y darle muchas más vidas y muchos más usos a la que ya no queremos. No es incompatible ser sostenible con comprar moda; otra cosa es cómo lo haces y en qué cantidad. La idea es comprar menos, pero comprar mejor.

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