¡Adiós abrigo! Apúntate al chaleco

70’s vibe

Estampados, pantalones de campana y blusa de seda, el espíritu seventies está en todas partes. Y el chaleco también te ayuda.

/ D.R.

Ya es esa época del año. Cuando hace frío, pero algunos días, al sol, ya son un anuncio de la primavera. El momento perfecto para convertir el chaleco en un compañero inseparable. Estas son las claves imprescindibles para que lo incluyas en tu armario y en tus looks.

Son capaces de cambiar tu look habitual por completo. Por ejmplo, unos vaqueros y una camisa a cuadros no volverán a ser los mismos si los llevas con un chaleco, ya sea tipo blazer o de pelo. En ambos casos, el efecto inmediato será darle un toque arreglado a dos prendas completamente casual. Y si le añades unos tacones, entonces el efecto se multiplica por dos.

Y, al contrario, si a un outfit muy arreglado le sumas un chaleco, entonces, de forma inmediata se irá al lado opuesto. Y te ayudará a darle un aire más relajado y casual a tu look, por ejemplo a un vestido negro o de flores.

En la oficina. No encontrarás un aliada mejor: se basta y se sobra para que tu uniforme diario, ese que repites prácticamente de lunes a viernes, parezca otro. Una sola prenda y nada volverá a ser lo mismo. En este caso, opta mejor por un chaleco sastre y en un tono neutro, como el negro, el azul o el gris. De lo más profesional.

A tener en cuenta. Si es de pelo. Son ideales, pero tienen una pega: tienden a ponerte 5 kilos encima de forma instantánea. Si no te sobra, no hay problema. Pero si no es tu caso, apuesta por uno en tonos oscuros, y lo menos grueso posible. Y la ropa que lleves debajo, que sea negra y lo más pegada posible al cuerpo. Y prueba con diferentes largos hasta que descubras cuál es el que mejor te sienta.

Capa a capa. Es verdad, son tan bonitos que querrás que se vean siempre. Pero también son perfectos para jugar a las superposiciones. Llévalos debajo del abrigo para un extra de calidez. Y para que no te pongan kilos instantáneos, acuérdate de lo que acabas de leer en el apartado anterior. ¡Y a disfrutar!

 

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