Esta es la mejor manera de reutilizar un vestido de fiesta según Rocío Osorno

Nos hemos enamorado del diseño de apliques de pedrería de Mango que ha llevado la influencer y más al verlo puesto así. 

Rocío Osorno con vestido de Mango y camisa blanca

Rocío Osorno con vestido de Mango y camisa blanca.

/ Instagram @rocio0sorno

Darle una segunda vida a un vestido de noche no es tan fácil. Por eso, en tiempos en los que la sostenibilidad por fin empieza a ser importante y buscamos más que nunca la versatilidad de las prendas para que no se queden arrinconadas en el armario, nos cuesta dar el paso de invertir en uno. Suerte que siempre hay alguien como Rocío Osorno dispuesta a inspirarnos con sus looks.

La influencer tiene un don para encontrar piezas que realmente valen la pena de las tiendas que todas conocemos pero, sobre todo, es capaz de mostrarnos que no solo hay una forma de llevarlas. Incluso looks que parecen 100% de fiesta y la prueba está en el que acaba de mostrarnos en su perfil de Instagram.

Como ves, el protagonista de su estilismo es un minivestido de tirantes en color plata que es recto y está realizado a base de apliques de pedrería en tejido premium. Un vestido joya con mayúsculas que es una auténtica maravilla para disfrutar de un plan nocturno porque es capaz de iluminarte al instante.

El diseño pertenece a la colección Selection de Mango, una línea de fiesta y ceremonia que la firma vende online de forma exclusiva por 199,99 euros que puede que el cuerpo te pida lucirlo en solitario combinado con unas sandalias de tacón pero que ofrece más posibilidades de las que a priori parece.

Vestido de apliques de pedrería, de Mango

Vestido de apliques de pedrería, de Mango.

/ Mango

Desde la marca, por ejemplo, nos animan a llevarlo con una camiseta negra debajo dando así un resultado de lo más interesante menos festivo pero indiscutiblemente nocturno, pero es que Rocío Osorno ha sabido darle otra vuelta de tuerca para que seamos capaces de llevarlo, por ejemplo, para ir a la oficina. ¿Cómo? Con una camisa blanca de corte clásico debajo y acompañándola de unas botas altas.

La clave está en concebir el vestido como un pichi y, para darle un rollo diferente, no tener miedo a que quede a la vista el final de la blusa para que simule una sobrefalda; y que las botas sean como las de la andaluza, negras, planas y con cordones para que sean capaces de restar a la pieza centelleante cualquier tipo de formalidad que se le asocie. ¡Menuda ideaza!

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