Joyas tan brillantes como responsables

La sostenibilidad ha hecho de la innovación su punta de lanza en un terreno tan tradicional como el joyero. De gemas de laboratorio a oro reciclado, el lujo abre nuevas rutas en busca de alternativas.

Suot Studio

Las piezas de Suot Studio están engastadas con gemas de descartes de la joyería tradicional.

/ D.R.

Cuando la firma desapareció del mapa en 1923, con la muerte de su fundador, Oscar Massin era famosa por lo innovador de sus técnicas para engastar diamantes: lo engarzarba en estructuras flexibles que les permitía imitar la forma de un lazo o el encaje, movimiéndose como si de un tejido se tratase. Tanto que en la Exposición Universal de París de 1867 su artífice las expuso para su venta por metros, como se despachan las telas en una mercería. Casi un siglo después la enseña ha vuelto a escena y las palabras 'diamante' e 'innovación' siguen siendo su reclamo. Esta vez con un enfoque sostenible que, más allá de la artesanía que se viene empuñando como caballo de batalla, es resultado de los avances tecnológicos: su apuesta es que el uso de oro reciclado y diamantes de laboratorio puede volver a sacarle brillo a un nombre histórico como Massin en un contexto en el que los consumidores están redefiniendo los valores del lujo.

Oscar Massin

La primera colección de Oscar Massin, hecha con diamantes de laboratorio.

/ DAN JARAMILLO

Lo dicen las números. Las ventas de joyería de alta gama subieron un 24%, hasta los 22 billones de euros, cerrando 2021 un 7% por encima de las cifras prepandemia. Pero hay otras cifras marcando el panorama del sector: según un informe reciente de De Beers, el 60% de los compradores eligiría una joya basándose en las credenciales sostenibles de una firma, mientras otro 85% estaría dispuesto a pagar más por gemas responsables. "Necesitamos poner la sostenibilidad en primera línea del modelo de negocio y el diseño. Es la única manera viable de seguir siendo creativo en el actual estado del planeta", defiende Coralie de Fontenay, presidenta de Oscar Massin. El suyo es uno de los nombres detrás de la reaparición de esta casa centenaria –cuyas piezas han pasado por los ajuares de Eugenia de Montijo y Anna Wintour– bajo el paraguas de Luximpact, un holding con una premisa sostenible fundada por un trio de conocidos mandamases en el sector: de Fontenay, antigua directiva de Cartier; Frédéric de Narp, anterior CEO de Harry Winston; y Sandrine Laage, que estuvo al frente de los estudios de diseño de ambas marcas. "Sabemos que la idea de diamantes creados en laboratorio tardará en calar, pero se empiezan a ver fisuras en esa rígida actitud de una industria a menudo conservadora", dice de Narp. Su radar apunta a "una audiencia más joven que la habitualmente interesada en los diamantes extraídos. Las nuevas generaciones están en sintonía con estos temas, tienen interés en buscar soluciones, y una mentalidad abierta para aceptar estas gemas como verdaderas por su calidad en lugar de aferrarse a la percepción tradicional". Al fin y al cabo usan una tecnología tan avanzada, desarrollada por los laboratorios Latitude, que "puede crear diamantes idénticos en su composición física y química a los de extracción minera", afirma el empresario. "Si podemos obtener piedras que solo se diferencia en su impacto en el planeta, ¿por qué no íbamos a acoger esos avances?", sopesa Laage.

Suot

La nueva colección de Suot Studio, Lab Diamonds, apuesta por las gemas de laboratorio frente a la minería tradicional.

/ D.R.

"La joyería es un sector en movimiento en el que no habría que tener miedo a adaptarse a los tiempos, a innovar y experimentar con materiales y técnicas nuevos", defiende Marta Tous, tercera generación y directora de arte de la enseña que lleva su apellido. Lab Diamonds, la última entrega de Suot Studio, el proyecto "experimental" que lanzó el pasado octubre y lidera en paralelo, suma los diamantes sintéticos a una elección de materiales definitoria: metales reciclados y gemas procedentes de descartes. "Una gema preciosa no deja de serlo por estar rota. Al contrario, esa rotura le aporta una singularidad única. Buscamos poner esa imperfección en valor utilizando técnicas tradicionales de joyería a través de un prisma contemporáneo e innovador".

No son solo ellos. El upcycling que firmas como Marine Serre y Balenciaga han encauzado en el vestidor cala ahora en el joyero por mediación de creadores nuevos (y no tan nuevos) que no tienen reparo en saltarse el guión establecido. De Alighieri y Beatriz Palacios a Nadia Mongenthaler. La ginebrina lleva más de una década empleando oro suizo reciclado sin comunicarlo porque para ella "debería darse por descontado", dice. "Es de lejos una opción más sostenible que seguir extrayéndolo de las minas, incluso cuando se etiqueta Fairtrade o Fairmined. El reciclaje es uno de los fuertes de nuestro oficio", sostiene la diseñadora, que recolecta collares de perlas naturales que luego desmonta para dar vida a sus piezas. Lo ve como "una oportunidad" ligada a la idea de herencia, tan vinculada a la joyería. "Los gustos cambian, pero esta profesión siempre ha sabido reutilizar sus recursos para crear algo nuevo que corresponda a los tiempos y las aspiraciones de la nueva generación".

Nadia Mongenthaler

Pendientes de oro reciclado, piedras preciosas y perlas upcycled de Nadia Mongenthaler.

/ D.R.

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