La alfombra roja de los Premios Goya 2016

Una alfombra en la que destacó un peinado afro, como siempre, glamour, la múltiple presencia de políticos y el fenómeno de fans.

Nieves Álvarez con vestido de Georges Chakra en los Premios Goya 2016
Nieves Álvarez con vestido de Georges Chakra en los Premios Goya 2016

Blanco, plateado, negro y rosados. Esos eran los colores que la Academia de Cine había pedido a los invitados a la gala de los Goya que lucieran para conmemorar el 30 aniversario de los galardones del cine español. Y las tonalidades que invadieron la alfombra roja de forma obediente desde las 19.00 y durante tres horas.  

De blanco roto posó, bellísima, Ana Álvarez, convertida casi en una novia por obra y gracia de Lorenzo Caprile (precisamente en la gala en la que la mayoría de la prensa convocada apostaba por la película 'La novia' como gran favorita). O Inma Cuesta, la actriz que llena la pantalla de ese filme lorquiano que se asemeja más a un ballet que a una película convencional.

Enfrente, de negro cerrado, brillaron Penélope Cruz, delgadísima, con flequillo y de Atelier Versace; o Juana Acosta. O Nieves Álvarez, con una negritud rota por llamaradas gracias a la aguja de Georges Chakra.

En cuanto a la simpatía, vino, sobre todo, de la mano de Úrsula Corberó y Verónica Echegui, concentradas en ofrecer miles de poses a los fotógrafos mientras soltaban risotadas. Y Ricardo Darín y Javier Cámara, que llegaron juntos y derrochando buen rollo (“son divinos”, se oía a su espalda).

Por supuesto, no podía faltar la habitual nota explosiva a cargo de Macarena Gómez y su marido, Aldo Comas, este último ataviado con una estola de piel más recatada que la del año pasado (aquella “tenía patas”, recordó).  Y la retuiteada cabellera afro de Victoria Abril, que accedió a hacerse selfies y posar agitando la melena (asimismo Inma Cuesta lució la melena natural y rizosa que ha llevado en sus últimas apariciones. ¿Tendencia?)

Sin embargo, no fueron los citados, sino otros, y no relacionados con el cine español, los que causaron el mayor revuelo en este paseíllo de la elegancia y que, además, fueron los encargados de cerrarlo. El primero, el músico superventas Pablo Alborán, que protagonizó el episodio más sonoro cuando unas fans se colaron en la alfombra al grito de "¡Pablo, Pablo!" El otro, Pablo Iglesias, ataviado con esmoquin y pajarita como muestra de respeto al séptimo arte, según explicó ante cientos de cámaras pendientes de sus palabras pese a que aún quedaba en la alfombra roja algún actor demorado.

- La alfombra roja desde dentro y en las redes sociales

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