Tenemos que hablar de Palomo Spain

En la presentación en Madrid de 'Objeto de deseo' la última colección del cordobés, hubo de todo. Fantasía. Mucha gente. Algo de caos. Difícil de resumir. Intentémoslo.

Palomo Spain Objeto de deseo
Palomo Spain Objeto de deseo / Noel Quintela

Convertido en un burdel donde el deseo daba rienda suelta a la imaginación de Alejandro Palomo, el madrileño club Matador fue el escenario del más emocionante espectáculo de moda visto en la capital desde hacía tiempo. La expectación flotaba entre las paredes del local y los techos adornados con pinturas románticas, donde la música de ChicoTrópico se estrellaba y volvía como la melodía onírica de un sueño. Sin duda, la elección de la 'playlist' por parte del dúo, fue un elemento indispensable para la puesta en escena de la última colección -recién llegada desde la semana de la moda de New York-  de Palomo Spain, 'Objeto sexual'

Es difícil explicar lo que se vivió la noche del sábado, pero quizá sea algo parecido a lo que sintieron los invitados del 'Black and White Ball' la fiesta de máscaras ofrecida por Truman Capote en el Hotel Plaza de Nueva York. Quizá puede parecer exagerado, y bueno, seguramente lo sea, pero quién no pudo acercarse hasta Matador para ver las alas que desplegó Palomo Spain el pasado fin de semana, aún se está arrepintiendo.

Y es que estaba todo el mundo. Estilistas, actores, modelos, diseñadores y popes de la moda que comentaban entre bastidores su asombro por lo que ha conseguido este cordobés en tan poco tiempo. Tan poco que para la mayoría de la industria de la moda era, hasta hace poco, un desconido.

Pero quizá la cara que más sopresa causó fue la del director Pedro Almodóvar, quien parecía encantado con el show. Cuentan que el modisto fue presa de los nervios cuando se enteró de que el cineasta iba a acudir a la presentación. Y no es para menos; es sabido que Almodóvar no se prodiga en este tipo de saraos, pero el encuentro entre ambos universos era inevitable. Unos días más tarde y más calmado, Alejandro nos confiesa: "Que se presentase Almodóvar fue un sueño, su trabajo está impreso en el mío y ha sido una gran inspiración para mí desde que soy pequeño."

Pero volvamos a la presentación. ¿Qué pudimos ver? Lo cierto es que poco, la gente se agolpaba en torno a los modelos, que paseban delicadamente por las habitaciones, posaban subidos a chimeneas o se escondían tras cristaleras. No miento si digo que durante más de diez minutos solo pude ver brazos alzados que sujetaban móviles. El pasillo que separaba las dos estancias principales se colpasó a los pocos minutos de dar por comenzado el show. Nadie se quejó. Nadie se sintió incómodo. Todos flotábamos como embriagados por la fuerza de la puesta en escena.

El relaciones públicas de una conocida firma de lujo me comentaba con los ojos como platos "Es alucinante lo que está consiguiendo este chico, otras firmas ni pagando lo podrían conseguir." ¿Y qué es lo que está consiguiendo? Básicamente, que nos emocionemos de nuevo con la moda.

 

 

Cerca de la barra, Brays Efe confesaba algo apenado que le encantaría vestir de Palomo Spain, pero que no creía que hubiese talla para él. Un poco más lejos, un chico vestido con un traje de print de leopardo, abrazaba a los modelos y se dejaba fotografiar. El chico era Alejandro Palomo y no había nadie en el mundo tan feliz como él.

Tras la conmoción del momento, la pregunta que queda en el aire es qué va a pasar ahora o si la presión podrá con este joven diseñador. Alejandro contesta: "La presión existe desde el minuto cero, porque siempre he sentido la obligación de hacer un buen trabajo. Ahora todos los ojos están en mí, pero las ganas son mayores."

 

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