El amanecer de un Fendi sin el káiser

El primer indicativo de la ausencia de Karl Lagerfeld ha sido la elección de peluquería y maquillaje. A los recogidos pulidos y las teces frugales les han sucedido sombras de ojos brillantes, delineador a discreción, coletas despeinadas y moños con un punto muy 'kawaii'.

Fendi - Milán - Mujer - Primavera-Verano 2020 103

Fendi - Milán - Mujer - Primavera-Verano 2020 103

/ IMAXtree.com

La disrupción, sin duda premeditada, respondía al albor de una nueva era. Que Silvia Venturini Fendi, nieta de los fundadores de la enseña familiar, mano derecha del 'káiser' durante buena parte de sus 54 años en la casa y ahora cabeza visible del equipo creativo, haya salido a saludar al final del desfile mientras los altavoces repicaban 'Let the Sunshine in' de Aquarius también ha sido una declaración a todas luces –o al menos así lo hemos interpretado buena parte de los asistentes–. De acuerdo, Karl ha muerto, la entrega de este otoño-invierno, su colección póstuma, ha sido un sentido homenaje de despedida y ahora toca dejar atrás el luto y dejar entrar la luz de un nuevo amanecer.

Fendi - Milán - Mujer - Primavera-Verano 2020 110

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/ IMAXtree.com

Pero esas melenas deliberadamente deshechas también eran un guiño (uno de los mucho que hubo en las 48 salidas del 'show') a las que han sido las referencias inspiracionales –en apariencia ajenas la una a la otra y sin embargo audazmente integradas– de esta primer desfile de prêt-à-porter en solitario para Venturini: las películas 'The Anniversary' (1968) y 'Carry on Camping' (1969).

Con los escenario de la segunda en el 'moodboard', el equipo creativo de la enseña ha llevado a su terreno -más cerca de la costa amalfitana o de Ponza, la isla donde la diseñadora tiene una casa a la que huye cuando necesita recargar las pilas, que del camping inglés donde el filme tiene lugar- la tendencia del 'gorpcore'. Esa que, avanzando sobre los pasos del 'normcore', convirtió en tendencia la estética funcional de un armario más propio de las paginas de 'Jara y sedal' que de una revista de moda, empezando por las botas de montañero y siguiendo con las chaquetas multibolsillos y por supuesto el gorro de pescador.

Sin perder el pragmatismo existencial que lo sustenta, Fendi le ha dado un giro propio al look que se ha traducido en chaquetas acolchadas, parkas con bolsillos y juegos de pantalones 'paper bag' y chaquetas en tejido gabardina. Eso en la primera mitad. En la segunda, el glamour ganaba terreno y hacia aparición la figura de Mrs. Taggar, el personaje de Bette Davis en 'The Anniverary', tan rotunda en su carácter como en su look, empezaban a verse vestidos de tejido toalla con estampados de flores sobredimensionados, otros en lúrex, faldas lápiz, cárdigans sobre vestidos de volantes y revisiones del 'tailleur' con un carácter más lúdico.

A la sorpresa de una inesperada escasez de pelo, tejido que Lagerfeld no tenía problema en combinar con biquinis y que esta vez solo ha aparecido en seis chaquetas en un gramaje ultraligero que no chocaba con los vestidos vaporosos que había debajo de ellos, se ha sumado la de los accesorios. Tacones más anchos y menos empinados de lo que veníamos viendo, cuerdas de ante a modo de cinturón y bolsos inéditos que, a golpe de novedad, han conseguido hacer sombra al Baguette. “Creo que en verano uno se siente más liberado y relajado que en cualquier otro momento del año, y tiene la sensación de estar listo para nuevas experiencias”, declaraba Silvia Venturini Fendi en una frase que puede aplicarse a lo visto sobre la pasarela, y al punto y a parte vital que representa.

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