Penélope Cruz se viste de novia para el estreno de 'Dolor y Gloria' con su look más dulce

Y confirma la vuelta del peinado de nuestra infancia.

Penélope Cruz en el estreno de 'Dolor y gloria' en Madrid

Penélope Cruz en el estreno de 'Dolor y gloria' en Madrid.

/ Gtres

Que el blanco es uno de los colores más elegidos por las celebrities sobre la alfombra roja no es ninguna novedad. Son muchas las que escogen impolutos diseños que bien podrían servir para dar el "sí, quiero" como el que Penélope Cruz ha lucido en la premiére de 'Dolor y gloria'.

En plena promoción de la última película de Pedro Almodóvar, la actriz se ha vestido de novia con una creación en la que destaca una zona superior de manga corta en la que aparecen bordadas pequeñas lentejuelas y que lleva el sello de Chanel.

Como si de una trilogía se tratase, la actriz ha vuelto a decantarse por una obra de la casa francesa para homenajear a su amigo Karl Lagerfeld, fallecido en París el pasado 19 de febrero, tras llevar uno de sus diseños en color negro a la entrega de los Premios Unión de Actores y Actrices, y posteriormente a la presentación de su último trabajo en la gran pantalla un vestido-blazer con la etiqueta de la maison.

Un look con el que la madrileña ha vuelto a demostrar que el blanco es sin duda uno de sus colores fetiche (recordemos que fue con un vestido vintage de Pierre Balmain en este tono con el que recogió su Oscar a la mejor actriz de reparto en el año 2009) y que el peinado que llevábamos cuando éramos tan solo unas niñas vuelve a ser tendencia.

Cuando desfiló en la Semana de la Moda de París pudimos ver a Penélope con la melena ondulada y un semirecogido que terminaba en un gran lazo negro, y ahora ha vuelto a repetir fórmula para mostrar su lado más dulce.

Esta vez los bucles eran más marcados y la zona superior no estaba ligeramente cardada como cuando lo lució sobre la pasarela, pero el efecto de retirar los laterales del cabello resultó perfecto para darle un aire más romántico y delicado al estilismo era el mismo.

De nuevo la mirada volvía a cobrar protagonismo, aunque esta vez no optó por un maquillaje natural en el que se abandonaran el eye liner o las sombras oscuras como en anteriores ocasiones, sino que prefirió optar por unos ojos ahumados y un rostro más iluminado de lo más favorecedor.

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