5 lecciones sobre bodas que aprendimos en el cine

La novia Premios Feroz

'La novia', gran favorita en los Premios Feroz.

/ Filmaffinity

1. La familia, bajo control. ¿Contar con la opinión de tu madre, tu hermana y tu prima Mari Carmen que de bodas sabe un montón? ¡Caro que sí! Hay tantas cosas que elegir y organizar que vivirás en un permanente mar de dudas y necesitarás mucha ayuda, pero de ahí a que acaben tomando las riendas, hay sólo un paso. ¿Que no? Vuelve a ver Mi gran boda griega y te darás cuenta de cómo la dominante familia de la pobre Toula acaba por elegir desde las invitaciones, el lugar de la ceremonia y hasta el vestido de novia y los de las damas (¡y vaya vestidos!). A ella traga con todo porque lo único que quiere es casase con su chico, pero dar el sí quiero y hacerlo a tu manera no deberían estar reñidos. Así que si la boda que sueñas es una barbacoa en el campo con shorts y sandalias ¡adelante! Le darás una oportunidad a la tía Mari Carmen de ampliar su curriculum de bodas con nuevas experiencias. 

2. El alcohol, lejos. No estamos sugiriendo que hagas una celebración libre de vino, cócteles y champán, pero procura al menos mantenerlos apartados de los momentos más importantes y emotivos de la ceremonia. Porque no mola tener un padrino borracho o un novio de resaca. Para empezar, procura que las despedidas de soltero lo suficientemente alejadas del “día B”. Si necesitas material audiovisual para convencerte, basta con que repases la saga de Resacón en las Vegas o que Una boda de muerte, por ejemplo. Si aún así, alguien tropieza en un momento clave o pronuncia un discurso de poética etílica, respira hondo y no sufras más de la cuenta. Recuerda que cada metedura de pata o pequeña catástrofe será una divertida anécdota con la que te reirás en el futuro.

3. Saltarse las normas, sí, pero con moderación. La originalidad puede ser un arma de doble filo y convertir tu boda en un circo en el que se suceden los numeritos en plan “más difícil todavía”. Un toque de personalidad perfecto que convierte una boda en algo muy, muy especial lo encontrarás, por ejemplo, en Love actually que no es una peli de bodas propiamente dicha, pero que arranca con una magnífica ceremonia con sorpresa final al ritmo de All you need is love.

4. La opinión de tu futuro marido también cuenta. Vale que muchas veces ellos pasan y que dejan, encantados, los detalles en manos de las chicas. Puede también que te diga que sí a todo porque sólo desea complacerte y que seas feliz en ese día, pero asegúrate de que más o menos estáis en la misma onda. Y que la boda de tus sueños no sea una pesadilla para él. Chaqué, limusina y tropecientos invitados con pamela y chistera pueden hacer que le tiemblen las piernas a cualquiera. ¿O es que no recuerdas la espantada de Mr. Big en Sexo en Nueva York: la película? La novia es siempre la gran protagonista (mucho más si, como Carrie Brradshaw, llevas un vestidazo de Vivienne Westwood y un pájaro azul en la cabeza), pero también es su día. Si tú quieres un bodón por todo lo alto y él una ceremonia súper íntima en plan solos tú y yo, seguro que podéis encontrar un término medio entre tus sueños y tus deseos.

5. No te preocupes del tiempo. En general las novias fantasean con un día perfecto de cielos azules para dar desfilar hacia el altar, por eso el verano es la temporada alta de bodas. Pero como buen tiempo nunca está garantizado, la amenaza de lluvias inoportunas le quita el sueño a más de una futura novia. ¡Deja de sufrir! Dice la sabiduría popular que “novia mojada, novia afortunada” y, además, un buen chaparrón puede tener sus ventajas: hará que todos la recuerden y te brinda la oportunidad de vivir escenas llenas de romanticismo. Si no lo crees vuelve a ver Sweet Home Alabama y dime que no te apetece comerte a besos a tu marido bajo una tormenta de verano.

Tags _

Síguele la pista

  • Lo último